Emilio
Los padres de Joaquin se habían separado cuando él era pequeño, por lo que el hecho no le afecto demasiado a un nivel emocional. Eso era lo que él me había contado. Sin embargo el por qué de la separación era algo que yo desconocía. Y por mucho tiempo creí que él tampoco lo sabia.
Pero ahora al mirar sus ojos cristalizados mirando al sujeto que permanecía inmóvil al lado de su madre frente a la puerta, fácilmente pude darme cuenta de que Joaquin conocía los motivos de la separación entre sus progenitores perfectamente; razones que al parecer, lo tenían sumergido en un profundo rencor totalmente dedicado a su padre. Un rencor teñido de melancolía.
Quite mi mano de su hombro lentamente después de que él pronunciara la palabra "padre", me había quedado paralizado, igual que todos los que nos rodean. Realmente parecía que hasta el flujo del agua se había detenido en los canales. Los puños cada vez más apretados de Joaquin parecían ser lo único que se movía. Podía ver los huesos de sus manos marcándose cada vez más al igual que sus venas. Percibí su enojo, su confusión, su inquietud, sus desesperación por salir corriendo de allí.
Se estaba conteniendo.
-Es un buen momento para que te largues de aquí.- Gruño la mujer luego de tensos segundos de silencio.
-Feliz cumpleaños hijo.- Hablo de todos modos el hombre, ignorando por completo a la mujer. -De haber sabido que por fin nos íbamos a encontrar hoy te hubiese comprado un obsequio.- Siguió murmurando con dulzura en su voz mientras que sus ojos parecían mirar con cariño a Joaco, él cual permanecía inmóvil junto a mí.
-¿Cómo?- Negó él con la cabeza, viéndose totalmente confundido. -No entiendo que haces aquí. Llevo años esperando verte entrar por la puerta de mi casa y vengo a encontrarte en otro continente, esto es muy absurdo.- La mirada de Joaquin se empezó a llenar de lagrimas, estaba realmente afectado con esta situación.
-Ya basta.- Se interpuso Elizabeth, colocándose rápidamente frente a su hijo. -No es momento de hablar ahora. ¿Crees que tienes el derecho de aparecerte en nuestras vidas cuando se te de la gana? Vete de aquí ahora mismo.- Ordeno fulminando con la mirada al hombre de ojos suplicantes.
-Yo...
-Es mejor que haga lo que ella dice.- No se de donde saque el valor para meterme en la conversación, pero lo hice, y percibí mi propia voz como la de un adulto, uno que hablaba muy en serio. -No puede aparecerse en esta propiedad si ella no lo quiere. No tiene derecho a estar aquí.
Los tres me observaron sorprendidos. La mujer de cabello obscuro parecía agradecerme con la mirada, mientras que la del hombre se encontraba cansada y rendida, como si supiera perfectamente que yo tenia la razón.
Y la de Joaquin era indescifrable para mí.
No conocía de nada al padre de Joaco. Yo no tenia porque tenerle rencor u odio. Pero al ver como mi bonito se había sorprendido de verlo, mostrando un pequeño pero terriblemente nostálgico brillo en sus ojos, sentí alguna clase de enojo. No debería de reaccionar así. No debería de ser algo "extraño" para él ver a su padre. Tendría que saludarlo como cualquier hijo haría con su padre de manera normal. Las reacciones que habían tenido ambos al verse me dieron a entender que su relación estaba rota, y yo no pude hacer más que reaccionar de manera hostil.
-Vale.- Respondió finalmente, y me estrujo el corazón ver como los ojos de Joaquin se desviaron rápidamente hacia él de manera angustiada. Parecía estarle suplicando que se quedara. -Pero voy a volver.
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Sin Luz - Emiliaco
Mystery / ThrillerAmar te marca. Te hace dejar a un lado tu egoismo y entregar tu corazón a otra persona. Exponerte a tal grado de darle el poder de curarte y dañarte sin contemplaciones. Amar es sacrificio, es creer en lo que nadie cree. Es querer proteger a la otra...