Emilio
Abrí los parpados de golpe, haciendo que mi visión que se tornara borrosa. Me ardían mucho los ojos, pestañee pesadamente y bufe molesto por el insistente sonido de mi celular, el cual había sido el causante de mi abrupto despertar. Lo saque del bolsillo de mi pantalón con dificultad y conteste la llamada sin siquiera molestarme por verificar el nombre de la persona que me había despertado.
-¿Hola?
-Mailo, ¿qué te pasa? Pareces un zombie.- Se carcajeo Nikolas desde el otro lado de la linea por mi voz ronca.
-No digas tonterías.- Murmure suspirando con cansancio. Aun tenia sueño, pero por lo menos el dolor de cabeza había cesado.
-¿Mama Niu te mando a dormir temprano o que?... La noche es joven amigo.
-¿Y desde cuando tú eres el fiestero?- Arquee una ceja mientras me enderezaba tranquilamente en el sofá. -¿Qué hora es?
-Las 10:30, ¿En verdad estabas durmiendo?
-Que sí, estoy destruido.- Conteste con los ojos cerrados. Eras más de las 10, ¿Tanto había dormido?
-¿Estas bien?- Su tono burlón había desaparecido por completo con esa ultima pregunta.
-Sí, sí estoy bien. Solo... Tengo muchas cosas en la cabeza.
-Aja... ¿Y esas cosas en la cabeza se llaman "Joaquin"?- Pregunto sorprendiéndome.
-Emilio, no me quieras tratar como tonto. Todos hemos notado que Joaquin esta decaído. Ale me lo comento el otro día y Eduardo también coincidió. No sabemos que le sucede y estamos seguro de que tú sí. Siempre estas con él, así que seguramente estas al tanto de la situación. Es por eso que no hemos intervenido. Pero nosotros también somos amigos de Joaco, lo conocemos mailo, no estamos ciegos. La gente también lo nota. Prácticamente Joaquin a desaparecido de las redes sociales por completo.
-Tienes razón Niko, pero es muy complicado de explicar.- Le interrumpí aturdido por toda la información que me acababa de dar. Había terminado de despertarme después de todo su discurso.
-Ya lo se Emilio, pero no te lo guardes todo tú solo, estamos aquí.
-Gracias de verdad.- Sonreí manteniendo la seriedad en mis palabras.
-De acuerdo. En realidad llamaba para quedar y salir por ahí todos juntos, pero veo que Joaco y tú no están en condiciones.
-Perdón...
-Olvídalo, te tengo que colgar.
Adiós amigo.- Me despedí cortando la llamada segundos después. Deje el celular en la mesa frente al sofá y me puse de pie, tirando algunos peluches y cojines accidentalmente. Joaquin siempre llenaba el sofá de peluches coloridos. A veces pensaba que el que había decorado su departamento había sido un niño de 5 años, pero en realidad Joaquin era tan genuino y espontaneo que todo las decoraciones gritaban su nombre.
Encendí las luces del salón, ya que tanta obscuridad empezaba a molestarme. No abriría las ventanas nuevamente, ya que lo había hecho antes y Joaco había reaccionado bastante mal, así que simplemente deje que la luz artificial iluminara mi alrededor.
Camine hasta la cocina y encendí la luz al igual que había hecho en salón. Me sorprendí al ver el interior vació del refrigerador. ¿Como se alimentaba este muchachito? Decidí dejar de lado el impactante hecho de que solo había un par de cervezas en el, y lo cerré, decidiendo que la mejor idea seria pedir una rica pizza caliente. Recordé pedir la pizza de 3 quesos ya que era la única que no le picaba el gusto a Joaquin.
Cuando termine de hacer la orden, camine hacia el cuarto de invitados donde descansaba Joaco. Quería comprobar su estado. Me asome algo temeroso y lo vi. Estaba tapado hasta el cuello, así que solo logre divisar alguno de sus pequeños chinos bajo las sabanas blancas. Parecía en verdad cansado. Así que decidí no molestar y cerré la puerta lentamente con cuidado de no hacer ruido. Santiago debió de haberle dado un calmante bastante fuerte. Deje que durmiera y camine hacia la habitación principal. Suspire al ver todos los trozos de puerta desparramados por el suelo. Me dispuse a recoger lo que pudiera.
Volví al salón apurando el paso cuando escuche el timbre sonar dos veces. Fabrique la mejor sonrisa que pude y abrí la puerta. Viendo el repartidor con la pizza en la mano, demasiado sonriente. Estaba empapado de pies a cabeza pero la caja de pizza parecía intacta. Pobre hombre sacrificándose en un día de lluvia por mí... Conmovedor.
-Seras docientos pesos señor.- informo extendiéndome la caja cuadrada. Saque el dinero de mi cartera para luego entregárselo al mismo tiempo que agarraba la comida con la otra mano.
-Gracias.
-Por nada.- Contesto sonriente para luego desaparecer de mi vista.
En ese momento mi celular comenzó a sonar nuevamente. Cerre la puerta por completo y deje la pizza en la mesa. Lo tome en mis manos, y fruncí el ceño al ver el numero que me llamaba.
Mire unos segundos hacia la habitación de invitados y volví a posar los ojos en la pantalla del móvil.
"Joaquin"
Conteste.
-Hola.- ¿Por qué me llamaba? ¿A caso le había pasado algo? Comencé a caminar hacia la habitación, preocupado. -¿Joaquin?- Volví a decir ya a escasos centímetros de la puerta.
Pero lo único que recibí como respuesta fue una pequeñísima y armoniosa risa desde el otro lado de la linea.
Me detuve de golpe aun con el celular pegado a la oreja.
-¿Joaco?...
La risita volvió a escucharse y fruncí el sueño un poco extrañado.
-No entiendo Joaco ¿Qué pasa?
la risa extraña volvió a sonar en mi oreja y completamente sacado de onda abrí la puerta de la habitación.
Me quede completamente helado al ver a Joaquin en la misma posición de antes. Su respiración era calmada y constante. Por lo que comprendí que no se había movido desde la ultima visita. Volví a mirar mi celular pero la llamada ya se había cortado.
-¿Qué chingados?- Susurre mirando nuevamente a Joaquin. Temblé levemente al ver su propio celular del otro lado de su cuerpo, lejos de él y negué con la cabeza totalmente desconcertado. Era imposible que me hubiera llamado. Tal vez quería hacerme una broma pero ¿como había hecho todo tan rápido?... Llamar, reírse, dejar su celular cargándose y acostarse en la misma posición que antes, todo eso con un par de medicamentos en su organismo.
Me di la vuelta con mi celular en la mano y salí de la habitación con la única intención de ver una buena película y comer pizza.
Y por supuesto... Quitarme el miedo repentino que se negaba a abandonar mi cuerpo.
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Venga campeones.
Gracias por leer, votar y darme follow.
Los amo.
Anahí.
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Sin Luz - Emiliaco
Mystery / ThrillerAmar te marca. Te hace dejar a un lado tu egoismo y entregar tu corazón a otra persona. Exponerte a tal grado de darle el poder de curarte y dañarte sin contemplaciones. Amar es sacrificio, es creer en lo que nadie cree. Es querer proteger a la otra...