Emilio
Joaquin se dio cuenta que estaba tardando demasiado el acomodar mis chinos y rasurar la pequeña barba molesta que me salia en algunas partes especificas del rostro. Me resulto gracioso que me apurara, diciendo que mi método de retrasar lo inevitable estaba siendo muy infantil.
En fin, luego de que ya no me quedaron más excusas no me quedo de otra que dejar al castaño a cargo de la casa.
Apenas salí del departamento y esa sensación de nerviosismo comenzó a invadirme el cuerpo entero, y fue entonces cuando me di cuenta que esto seria más difícil de lo que pensaba.
Ni siquiera disfrute mi primera salida al aire libre después de tanto tiempo. Pare el primer taxi que vi, y le indique la dirección del departamento de Joaco, quería acabar con esta tortura lo antes posible. Ya hasta me estaba planteando el no comprar nada de comida, pero en serio la despensa se había acabado y si no llevaba nada para alimentarnos eventualmente tendría que volver a salir.
Pasaban y pasaban los minutos y esta sensación de intranquilidad no se iba.
Intente respirar con calma, mirando por la ventanilla del taxi, pensando amargamente, si había aguantado más de un mes sin saber nada de Joaco, podía resistir una hora sin saber si estaba bien estando solo en mi casa.
Luego de unos minutos llegamos a la zona en la que vivía Joaquin. Le pague al taxista casi tirandole el dinero en la mano, y me baje apresurado caminando hacia el edificio. El piso de Joaco se encontraba en uno de los niveles más altos, pero estaba tan apurado que ni me di cuenta del recorrido y llegue más rápido que lo que mi mente pudo procesar. Entre con la copia de la llave que tenia y cerré la puerta tras de mí más fuerte de lo que había calculado mi cerebro. De alguna forma, aquel sonido de la puerta impactando con fuerza logro despertarme de mi ansiedad y me di cuenta que mi respiración estaba bastante agitada.
Me pase la mano por el rostro.
-Cálmate.- Me reproche cansado.
Cuando logre regular mi nerviosismo camine con más calma por el departamento, intentando no recordar los hechos desagradables que viví la ultima vez que vine.
Camine hasta el cuarto de Joaco y me encontré con su armario. Tome un bolso que estaba dentro del mismo y puse todo lo que necesitaba para que mi bonito se vistiera.
A medida que iba guardando la ropa me sorprendí al reconocer la mayor parte de las prendas. Es decir... Era un poco extraño como mi mente sabia hasta cuales calcetines le serian más cómodos. Otra ropa me hacia sonreír de lado, porque me recordaba momentos pasados... Momentos que vivimos juntos y al parecer mi cerebro no estaba dispuesto a dejar ir.
Acomode lo que no iba a llevarme en su lugar y me dispuse a seguir mi camino a la siguiente parada.
Apenas salí del edificio, comencé andar con más tranquilidad, mi nerviosismo inicial ya había menguado por lo que me sentía más tranquilo.
Entre al supermercado recorriendo los pasillos decidiendo que cosas me apetecían llevar para alimentarnos el tiempo que fuera necesario. Recordé que a Joaquin le gusta mucho la carne y el queso por lo que fue de las primeras cosas que metí en el carrito. Después de eso me fui directamente al área de comida congelada, pues pensaba que iba a ser mucho más practico tener comida preparado fácil de usar cuando se necesitara.
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Sin Luz - Emiliaco
Mystery / ThrillerAmar te marca. Te hace dejar a un lado tu egoismo y entregar tu corazón a otra persona. Exponerte a tal grado de darle el poder de curarte y dañarte sin contemplaciones. Amar es sacrificio, es creer en lo que nadie cree. Es querer proteger a la otra...