Maratón 2/3
Emilio
Trague saliva al ver como todos abrazaban a Joaco. Dirigí disimuladamente mi mano hacia el bolsillo de mi amplio abrigo y saque mi celular con pulso tembloroso.
No podía ser verdad. No podía ser tan estúpido.
Encendí la pantalla y observe la fecha debajo de los números que indicaban la hora.
8 de mayo.
¡No chingues!
Me quede viendo la pantalla con los ojos muy abiertos, sabia que era pésimo para recordar los cumpleaños, era algo bien sabido por todos. Pero aun así no podía dejar de sentirme mal por haber olvidado el cumpleaños de Joaquin. Para mi estúpida cabeza no olvidar su cumpleaños había sido una excepción, hasta ahora.
¿8 de mayo? Tan pronto, en que momento habíamos llegado a este mes. Había tenido tantas cosas metidas en la cabeza que ni siquiera me había acordado del cumpleaños de la persona más especial para mí.
Levante mi mirada nuevamente hacia Joaco, sintiendo mi estomago revolverse lleno de culpa. Él no había mencionado nada de su propio cumpleaños. Cuando sacamos los boletos de avión yo ni siquiera me percate que volaríamos un día antes de su día especial. ¿Y si el pensó que yo lo había hecho para que se rencontrara con su familia exactamente hoy? Joder... Soy la peor persona del mundo.
¿Y ahora que debía hacer? ¿Fingir indiferencia y comprarle un regalo a escondidas?... ¿¡Pero en que momento!? Seguramente hoy me tendría todo el día aquí sin dejarme escapar. Ademas no tenia idea a donde ir para comprar algo. Estábamos en otro país, donde la mayoría de las personas hablaban holandés, estaba perdido.
-Emilio ¿vienes?...- Una vez más la voz de la madre de Joaquin me saco de mis pensamientos. Asentí sonriendole lo mejor que pude y comencé a caminar a su lado, mientras veía como los demás entraban en la casa hablando con Joaco... Seguramente de cosas relacionadas con su cumpleaños.
¡No mames, soy un asco!
La casa se veía bastante acogedora. Un agradable aroma a comida caliente se colo por mis fosas nasales cuando atravesé la entrada, y aquello logro relajarme de alguna manera, llenando mi cuerpo helado poco a poco de calidez. El ambiente era totalmente familiar. Aunque eramos pocas personas en la casa se podía sentir la unión y el amor que se tenían.
Parecía que ya estaban listos para comer a pesar que era bastante temprano. Observe como Joaquin caminaba hacia mí con su maleta en mano.
-Vamos a dejar las cosas a la habitación.- Me dijo cuando paso frente a mí. Asentí, sin verme capaz de hablarle por la vergüenza que sentía al haber olvidado su cumpleaños.
Tonto, tonto, tonto mailo, eres un tonto.
Mientras subíamos las escaleras hacia el cuarto escuche como el celular de Joaco comenzó a sonar. Observe como él lo sacaba del bolsillo y luego una sonrisa ladeada se formo en sus labios mientras que lo llevaba a su oreja con entusiasmo.
-¡Hey!- Saludo luego de atender la llamada. Se quedo unos segundos en silencio mientras que la sonrisa en su rostro no hacia más que crecer. Y eso me hacia sonreír a mí también de manera inconsciente. Verlo feliz después de todo lo que habíamos pasado era... gratificante. -Son unos tontos...- Rió sin dejar de subir las escaleras, yo escuchaba atentamente detrás de él. -Sí, sí, hemos llegado ya, hace bastante frió... Sí, que sí Niko muchas gracias por llamar, agradécele a Eduardo también que me hayan cantado en la oreja... Coman pastel por mí.- Rió una vez más y luego corto la llamada negando divertido. -Te mandan saludos.- Dijo luego mirándome de reojo.
-Gracias.- Conteste susurrando con un enorme nudo en la garganta. Todos lo había felicitado ya, era el único que seguía sin decirle nada. -Emm... F-Feliz cumpleaños.- Murmure patéticamente con la mirada clavada en el suelo.
-Así que al fin te acordaste.- Suspiro riendo para si mismo en un tono bajo.
-L-Lo siento... Yo... Soy tonto Joaco, estaba tan metido en otro asunto que simplemente se me paso la fecha.- Fui sincero con él pero a pesar de eso seguía sintiéndome con la peor persona del universo y bien merecido me lo tenia.
Él no contesto. Solo me brindo una sonrisa divertida mientras llegábamos al segundo piso de la casa. Ya que había pocos cuartos tendríamos que dormir en la misma habitación, lo cual me aliviaba un poco porque sabia que me sentiría incomodo durmiendo solo en una caja ajena.
-Bienvenido a nuestra morada por algunos meses.- Dijo mientras abría alguna de las puertas del largo pasillo donde ahora nos encontrábamos. Reí por la presentación y luego entre al lugar con mi maleta, mirando todo de manera curiosa.
Nos quedamos mirando con amplias sonrisas en nuestro rostro, él apoyado en el mueble que sostenía el ordenador y yo sentado en la cama. Y a medida que mi corazón se aceleraba al ver sus ojos brillar, me sentía tonto por estar sintiendo tantas cosas por Joaquin. El miedo que me daba estarme enamorando de él me hacia querer salir corriendo.
-Lamento...- Comencé a decir para romper el hielo. -...El haberme olvidado de tu cumpleaños.- No podía dejar de sentir la culpa recorriendo mis extremidades.
-Ya olvídalo Mailo, creo que has hecho demasiadas cosas por mí todo este tiempo, no necesito un regalo materia de tu parte, con que estés aquí conmigo es más que suficiente.- Sentí mis mejillas algo calientes al oírlo decir aquello.
-De acuerdo, pero aun así tengo que hacerte un regalo.- Lo pensé un momento. -¡Ya se!, te invito a cenar.- Dije convencido y orgulloso de mi decisión.
-¿Una cena? O sea que... ¿seria como una cita?- Insinuó sonriendo con picarda.
-No... Sera solo una simple e inocente cena de amigos.- Establecí riendo algo nervioso. ¿Como le era tan fácil bromear con cosas así siendo que hace algunas semanas nos habíamos besado?
-Que aburrido.- Bufo sentándose a mi lado en la cama. -Pero esta bien, aceptare tu invitación Emilio.
-De acuerdo, pero entre los dos vamos a buscar el restaurante y la reservación, porque no tengo ni idea de los lugares que hay aquí. A parte cuando hablo ingles siempre me trabo.
Y eso basto para que estallara en carcajada a mi lado. Reí con él ambos sentados en la cama mientras negábamos con la cabeza. No teníamos remedio, nos encantaba reír de cualquier cosa, tal vez por eso nos habíamos llevado tan bien desde que nos conocimos. Era muy fácil divertirme con él, no me aburría a su lado. Y aunque últimamente hayamos pasado por momentos tensos e incómodos estaba seguro que íbamos a lograr superarlos. Estaría tranquilo con él a mi lado de eso no tenia duda.
-¿Sabes?- Dijo dejando salir las ultimas risas restantes. -Creo... Que una cervezas y pizza bastaran.
Sonreí... Me había leído la mente.
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¿No les dan ganas de abrazarlos?
Anahí.
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Sin Luz - Emiliaco
Mystery / ThrillerAmar te marca. Te hace dejar a un lado tu egoismo y entregar tu corazón a otra persona. Exponerte a tal grado de darle el poder de curarte y dañarte sin contemplaciones. Amar es sacrificio, es creer en lo que nadie cree. Es querer proteger a la otra...