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Nota: Contenido fuerte. Si eres muy sensible puedes evitar el capitulo. Se pide discreción



Emilio



-No puedo decirte, Emilio.- Murmuro casi sin aliento. -Es demasiado, no vas a creerme.

-Haré lo que pueda.- Dije sincero, encogiéndome de hombros y dándole una pequeña sonrisa que él no vio. Acaricie su espalda con firmeza intentando brindarle la confianza que necesitaba. -Necesito saber.- Explique suave.

Volvió a negar, esta vez con menos energía. Se mantuvo mirando las teclas blancas y negras que se encontraban frente a nosotros.

-Ella...- Comenzó hablar. -Me llevo... a donde pertenencia. De donde venia. Su lugar de procedencia.

-¿Te llevo a ver a donde nació?

-No, no.- Lo vi tragar saliva y llevarse una mano a los ojos, quitándose la humedad previa a las lagrimas que al parecer le molestaba sentir. -Ella esta muerta, Emilio. Y me lo hizo ver claramente porque me mostró su tumba.- Abrí los ojos un poco más de lo normal al escuchar eso, sorprendiéndome. No por el hecho de que ella estuviera muerta, si no porque tuviera una tumba, algo que demostraba que no era un demonio o algo parecido, cosa que recordaba haber leído en Internet. Ella había estado viva en algún momento. No pude seguir razonando ni pensando a toda velocidad porque Joaquin siguió hablando. -Se paro frente a mí, me señalo la tumba, y dijo que era allí a donde ella pertenecía.

-¿En donde fue eso? ¿A donde fuiste luego de salir de Valle de Bravo?- Pregunte sonando un poco más desesperado de lo que planeaba.

-Nunca salí de Valle de Bravo.

-No tiene sentido.- Fruncí el ceño. -Mi madre te vio, pasaste por la cabaña tomando tus cosas y luego te fuiste.

-Emilio...- Se veía tan cansado, que comenzaba arrepentirme de haber preguntado que había sucedido. Pero no podía echarme para atrás ahora, tenia que saberlo todo. -Ella, no solo sabe mover objetos... Lastimarme o hacerme ver cosas que en realidad no han sucedido. No solo tiene la capacidad de hablarme para volverme loco... Sin que nadie más la escuche. Ella es capaz de mucho más y estoy seguro de que planeo todo para que tú no me buscaras, ni me encontraras.

-¿Estas diciendo que mi madre en realidad no te vio? Pero entonces... Entonces ¿cómo explicas que tus cosas desaparecieron de la cabaña?... ¿Como explicas la nota que me dejaste con tu letra?

-Aquel día...- Interrumpió a mis preguntas atropelladas. -Luego de despertar a lado del lago, me adentre entre los arboles. Ella comenzó a llamarme y yo no pude evitar seguir su voz. No estaba demasiado asustado porque el lugar estaba bastante iluminado y tú seguías estando en el mismo lugar que yo, pensé que no me iba alejar demasiado si seguía su voz, en verdad pensé que podía volver a tu lado en cuanto ella dejara de hablarme.

Tomo aire pestañeando con pesadez.

-Pero no fue así. Sí me había alejado demasiado.- Se lamento en un susurro. -Me había alejado muchísimo y no fui consciente de ello hasta que sentí un peso anormal en los hombros.

-¿En los hombros?

-Ella siempre se me había aparecido en forma de una niña de más o menos siete años ¿te lo he contado?- Pregunto mirándome. Negué despacio, inseguro. No recordaba que él me hubiera contado que ella tenia aspecto de niña. Pero de alguna manera lo sabia. Sabia que se trataba de una niña.

Sin Luz - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora