52.

6.6K 965 509
                                    


Emilio

Cuando el medio día llego simplemente para dejar atrás a la mañana repleta de brownies y chocolate, el miedo por dejar solo a Joaquin se empezó alojar en mi pecho. Sabia que tarde o temprano se llegaría la hora en la que tendría que volver a mi apartamento, pero no quería hacerlo. Por la mañana me había detenido por mi impulso repentino por llenar el estomago de Joaquin con postres caseros, ahora tenia que encontrar otra cosa que me ate a este lugar y no me permita abandonarlo.

-¿Qué te parece si hacemos una fiesta hoy?- La idea llegó a mi mente de repente y tome mucho cuidado en expresarla.

-No lo se...- Resoplo con pocos ánimos. -No me apetece estar con tanta gente la verdad...

-Ándale di que sí. Nuestros amigos tienen muchas ganas de vernos.- Utilice ese argumento sabiendo que eso iba terminar por convencerlo.

-Esta bien... Pero que no sea algo muy alocado ¿de acuerdo?

-Lo prometo.




La puerta de la entrada se abría y cerraba cada dos por tres. Bastaba solo con ver a tu alrededor para darte cuenta que la casa estaba casi a reventar. A pesar que las invitaciones fueron de ultimo momento, ninguno de nuestros amigos se negó a asistir a la reunión.

-¿Todo bien?- Me sobresalte al escuchar la voz de Joaquin a mis espaldas.

-Sí, sí, todo excelente. Nikolas acaba de llegar, debe de estar buscándote entre la gente.- Explique sonriendole.

-Ah... De acuerdo.- Su voz se percibía un tanto lejana, como si le estuviera costando mucho trabajo estar aquí.

-¿Qué pasa?- Decidí interrogar. Pero antes de que él lograra responderme, unas manos se colgaron inesperadamente de mi cuello.

¡¡Emilio!!- Exclamo una voz femenina a mis espaldas. Y yo no pude evitar soltar una gran sonrisa al reconocer su voz. Volteé con rapidez, y entonces observe impresionada a la que había sido mi mejor amiga durante mucho tiempo, pero que casi no veía porque vivíamos a países de distancia. Me había enterada que estaba de vacaciones en ciudad de México y por eso pensé en invitarla a la fiesta, jamas pensé que vendría.

-¡No inventes! ¡Nicole!- Grité entusiasmado abrazándola y disfrutando de su risa nerviosa igual que la mía.

-Estaba en la ciudad y al leer sobre la fiesta no me podía perder la oportunidad de ver a mis grandes amigos.- Sus ojos se posaron en Joaquin él cual le regalo un sonrisa demasiado pequeña. Sabia que algo le pasaba y me iba dar el tiempo de averiguar que era ese algo.

-Con permiso.- Dijo de repente. -Voy al baño.- Nicole le sonrió ante su despedida momentánea y puso sus ojos un poco rasgados en mí.

-Tengo tanto que contarte Amigo, ni te imaginas todo lo que me ha pasado. Mañana salgo a Rusia de nuevo pero no podía perder la oportunidad de verlos antes de irme.- Comenzó a hablar con felicidad y rapidez. Asentí con energía separándome de ella y mirando su cabello obscuro y perfectamente lacio. -Vamos por un trago primero, muero de sed.- Sonrió, para luego tomar mi mano y jalarme hacia la mesa de bebidas entre la multitud.


Fue así como las horas comenzaron a pasar a gran velocidad una vez más. La noche se me hizo cortas entre bebidas y charlas con amigos que hace mucho tiempo no veía. Me encontraba completamente a gusto con las charlas de mis amigos. Diego, nos contaba que estaba bastante contento por el éxito que estaba teniendo en la música. Emmanuel por su parte nos relataba el extraño caso de la mancha en su televisión, todos se burlaban de él, pues creía que algún espíritu era el responsable de lo que pasaba en su departamento y yo mejor que nadie entendía su sentir... Pero sin duda fue Nicole la que sorprendió a todos, y como no... La noticia de que iba a casarse con un Ruso que la tenia completamente enamorada no era para menos. 

Sin Luz - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora