5.

10K 1.2K 539
                                    

Emilio.

-Literalmente necesitas una bolsita para las babas.- La voz de nikolas interrumpe mis pensamientos. Volteo a verlo empuñando mis hijos en su dirección. Últimamente se la pasaba burlandose de los comportamientos que tenia hacia Joaquin. Quería a toda costa que de alguna manera yo confesara que sentía algo por él. Yo quería mucho a Joaco, pero para ser sincero ni yo mismo entendía del todo lo que sentía por él.

-¿Eh?- Intento disimular que conozco perfectamente las intenciones de su interrupción.

-Esa habilidad de darle vuelta a las cosas no funciona conmigo amigo, ya acepta que te mueres por Joaquin.

Quería pegarle, pues me estaba poniendo en una situación bastante incomoda y todos nuestros conocidos estaban a nuestro alrededor. Si tan seguro estaba de lo que yo sentía por Joaquin, entonces cual era el afán de estármelo preguntando. Era obvio según él, porque quería una confirmación.

-Joaquin es como mi hermano.- Me sentía incomodo, no sabia que más decir para evadir el tema. Muy dentro de mí sabia que yo lo quería como nunca había querido a alguien, pero no estaba listo para aceptarlo, me daba miedo.

-¡Que viva el incesto!- Noto como todos nuestros invitados desvían la mirada hacia Nikolas, él solo sonríe y se dirige al baño para desviar la atención. Todos los ojos de mi alrededor se posan sobre mí, pero yo solo me concentro en una mirada en especifico, la de mi Joaquin.

Como si mi cuerpo se mandara solo no tarde demasiado en acortar la distancia que me separaba de él. Y como si un golpe de ternura me hubiera nublado la razón, le paso mi mano sobre sus hombros y lo acerco a mi pecho. Él se sobresalta al principio pues no se había dado cuenta que estaba sentado junto a él, en cuanto sus ojos enfocan que soy yo él que lo abraza siento como su cuerpo se relaja y se acerca un poco más a mi pecho, se acurruca en el más bien.

-¿Por qué estas tan solo?

-Hoy no estoy de humor Emilio. -Clava su mirada en la lata de cerveza que sostiene en su mano, que por lo que alcanzo a percibir, esta casi llena. -Creo que me voy a casa.

-Pero por qué Joaco, si la fiesta va empezando, ¿Te sientes mal o algo así?- Intento sacarle platica, me muero por preguntarle sobre mis sospechas, quiero saber si lo que le esta provocando todo este nerviosismo es el corazón, necesito saber de quien esta enamorado.

-Sí, yo he estado un poco enfermo estos días. - Ahora si estaba realmente preocupada, ¿Cómo qué enfermo? Pude notar como si fuéramos una especie de espejo nuestras sonrisas había desaparecido del rostro. Joaquin jamas se enfermaba y cuando lo hacia solo era resfriados pasajeros. -¿Has ido al doctor?- Pregunte sin poder ocultar mi preocupación.

-Tranquilo Emi, no debe de ser nada, es solo que mi ritmo de sueño esta siendo un tanto extraño, tengo sueño la mayoría del tiempo, y cuando por fin puedo descansar despierto igual o más cansado de lo que estaba antes de ir a la cama, lo que me provoca no tener mucha energía durante el día, creo que son más que nada las preocupaciones de la vida adulta, no te preocupes por favor, se me pasara pronto.- Escucho a Joaquin con detenimiento, todo lo que acaba de contarme explica el porque de sus ojeras e inquietud por las noches.

-¿Sabes que me importas verdad?

-Si lo se.

-Entonces deja de decirme que no me preocupe. ¿Por qué no te quedas a dormir esta noche?, ya es un poco tarde para que regreses solo a tu casa.

-No quiero molestarte más, estos últimos días te he estado acosando y estoy intentando parar, no quiero que termines odiándome.

Atraigo su pequeño cuerpo de nuevo a mi pecho, no quiero dejarlo ir, y por mucho que me cueste aceptar, no solo estoy hablando de esta noche.

-Insisto señor Bondoni- Él se carcajeo negando con la cabeza divertido.

Ahí estaba su sonrisa real, la que tenia muchos meses que no había logrado captar. Por un momento pude percibir toda la luz que era Joaquin.

¿Estas seguro?, en verdad ya no quiero molestar.- Muy en el fondo sabia que él quería quedarse, y yo para ser sincero estaba encantado con ello.

-Te lo juro moco, no hay problema.- Una gran sonrisa le partió el rostro, estaba logrando que él se relajara, que disfrutara un poco este momento.

Joaquin era muy guapo cuando sonreía de verdad.

-Vamos a bailar.- Su propuesta me dejó totalmente sorprendido.

No puedo negar el nerviosismo que me provoca cada vez que nuestras manos se unen. intento hacerme el gracioso para desviar un poco el rubor en mis mejillas.

Estoy bastante satisfecho pues había conseguido que Joaquin se relajara, después de todo mi compañía le hacia bien y yo seguía sin entender el porqué.


____________________________

Gracias por compartir la historia. Ya casi 2k lecturas.

Anahí








































Sin Luz - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora