29.

6.8K 949 492
                                    



Emilio


-¡Santo Jesús! Esto esta increíble.- Sonreí mientras miraba la hermosa habitación frente a mí.

-No esta mal.- Escuche que dijo Joaquin mientras entraba a la habitación detrás de mí con una gran sonrisa en sus labios.

-¿No esta mal? Tenemos vista a la ciudad entera, ¡Se ven todos los canales y las casas flotantes!- Exclame entusiasmado y corrí hacia el fondo del cuarto, en donde una gran ventana de cristal dejaba ver las coloridas casas de Amsterdam. Me apoye y sonreí completamente a gusto; la noche estaba despejada y estrellada. Perfecta a pesar del frió profundo por el clima invernal. -Tu mamá es la mejor... Definitivamente le haré un altar cuando regresemos.

-Suerte con ello.- Rió dejando las mochilas que habíamos traído desde la casa que estaban rentando en Amstedam. 

La madre de Joaquin le había obsequiado por su cumpleaños tres y días y dos noches en este hotel de lujo ubicado en el puro centro de la ciudad. También me había pagado a mí la estadía, cosa que me avergonzó terriblemente. Intente decirle que yo pagaría mi parte, pero ella insistió que le estaba haciendo un favor mientras permaneciera junto a su niño pequeño. Al final no me quedo de otra más que aceptar lo que me pedía, después de todo cuidar a Joaquin se había vuelto algo natural para mí.

Ella me consideraba un chico responsable, cree que de alguna manera yo voy a tener la cabeza en su lugar si algo se sale de control, lo que no sabe es que yo también era jodidamente irresponsable en diversas situaciones. De alguna manera era esa indiferencia y despreocupación frente a situaciones cotidianas lo que Joaquin y yo teníamos tanto en común.

-Dios, esto es super bonito.- Volví a susurrar con todo el rostro pegado a la ventana.

-No serán las vegas pero aquí también podemos divertirnos.- Bromeo colocándose a mí lado para ver él también la asombrosa vista que teníamos en nuestra habitación. -¿Qué estamos esperando?- Exclamo de repente echándose hacia atrás. Dirigí mi mirada hacia él. -Vamos, quiero que recorramos la ciudad entera, y luego comenzamos la fiesta.- Dijo alegre sacando ropa de su mochila. Me alegraba verle animado nuevamente, ya que desde lo de su padre, había quedado algo decaído. Por suerte su madre supo como alegrarlo por completo.

-De acuerdo. Avísame cuando termines de usar la ducha.- Hable mientras él se dirigía al baño.

-¿No quieres bañarte conmigo?.- Susurro con una voz forzadamente erótica.

-¿Qué?- Me quede pasmado, sentí como todo el aire de mi cuerpo se salio de golpe.

Su bonita risa inundo la habitación, dejándome todavía más desconcertado. -Es broma Emi... No pensé que te la fuera a creer.

-Si me meto en la ducha contigo, luego no me culpe.- Intente seguirle el juego, aunque muy dentro de mi empece a sentir el ambiente bastante pesado, mi respiración estaba acelerada y podía notar que la de Joaquin estaba igual.

-Dejare la puerta sin seguro, de todos modos.- Insinuó carcajeándose mientras entraba al baño. 

No podía verme pero sabia perfectamente que mis mejillas estaban totalmente ruborizadas. No entendía del todo que era este sentimiento que estaba despertando en mí. El amor que le tengo a Joaquin siempre me había despertado mi instinto de protección, me preocupaba por él, amaba hacerlo reír y pasar el tiempo a su lado, pero jamas había sentido esta especia de atracción y deseo al estar cerca de él. Estaba realmente asustado, mientras pasaban los minutos más me iba alarmando al darme cuenta que la idea de meterme con él en la ducha no me parecía descabellada del todo, es más mi impulso me pedía que lo hiciera, era totalmente desconcertante. 

Camine hacia mi mochila escuchando el sonido de la ducha de fondo. Observe la habitación atentamente mientras escogía la ropa que me pondría para salir. Quede maravillado por la cantidad de detalles y muebles que había, casi podía decirse que parecía un cuarto de reyes. Las dos camas colocadas prolijamente a cada lado de las paredes laterales estaban perfectamente tendidas con sabanas blancas y perfumadas. Casi sentí ganas de mandar todos los planes al diablo y tirarme en el suave colchón a dormir ocho horas.

Me senté en la punta de una de las camas y suspire con la mirada clavada en la puerta cerrada del baño, la ropa seleccionada lista en mi regazo.

Joaquin se miraba de tan buen humor cuando su madre le regalo este viaje... En verdad parecía irradiar felicidad hasta por lo cabellos. Y es que a mi parecer su madre se dio cuenta que algo no andaba del todo bien con su hijo. Tal vez pensó que divertirnos al menos una noche nos haría bien, y yo no podría estar más de acuerdo con ella.

Yo también necesitaba despejarme.

¿Cómo? ¿Cómo lograría sacarle a Joaco la información de todos los extraños sucesos que habían pasado los últimos meses? ¿De qué manera podía yo entenderlo sin que él se sintiera decaído o presionado? No quería echar a perder su reluciente estado de animo. En cuanto volviese a mencionar el tema él pondría la cara larga y esos ojos tristes que me estrujaban el corazón sin misericordia. 

Tenia que ser fuerte, tenia que encontrar el valor sin importarme si él acababa llorando a mares o si hacia una rabieta digna de un niño pequeño. Si las cosas seguían como hasta ahora mucho más tiempo... Después seria demasiado tarde. Tenia miedo de que el misterioso problema se hiciera más grande con el pasar del tiempo. Y no iba a permitir eso. Tenia que ayudar a Joaquin, por que, como había dicho él hace un tiempo... No estaba bien.




___________________________________





Hola lectores.


Capitulo doble. 1/2


Ahorita les subo el otro.


Los amo.


Anahí.
















Sin Luz - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora