- Tienes que ser más sutil, Dulce. - Conlcuyó Mai después de que Dulce le contó todo lo que pasó con Chris en el teatro. - La discresión apremia.
- Ya lo sé, pero ¿qué querías que hiciera?
Maite no contestó, se quedó callada unos instantes hasta que preguntó: ¿Y a todo esto, quién es Lorena?
- Esa es una buena pregunta... pero mejor aún es cómo vamos a saber su respuesta.
- Podrías ir a su oficina y pregutarle MUY DISCRETAMENTE a él y a su secretaria - dijo Mai.
- No - respondió Dulce pensativa -, no creo que alguno de los dos me diga algo. Su secretaria es como esas personas que no se meten en la vida de los demás, a lo mejor ni sabe que ella existe. Y él obviamente no me va a decir nada por más discreta que sea. No parecía que le cayera bien.
- ¿Crees que haya sido una clienta? - preguntó Mai.
- ¿Que también intentó tener algo con él? - convinó Dulce. - Espero que no, porque me cae muy bien y no quisiera que me viera tan fríamente como la vio a ella. Pero....
- ¿Pero?
- Pero tal vez si haya alguien en esa oficina que me puede ayudar.
- ¿Quién?
- Una mujer.
- ¿Se lo vas a pedir a una mujer? - preguntó incrédula.
- No tenemos porqué preocuparnos por ella. El gran problema es donde encontrarla.
- No dijiste que la encontrabas en la oficina.
- Si pero no estoy segura de que sea abogada o secretaria... o si realmente tenga un trabajo ahí.
- ¿Y entonces que va a hacer, Dulce?
- Por ahora no puedo hacer mucho, pero creo que mañana a primera hora le haré una visita a mi abogado - dijo guiñándole el ojo a Mai.
Y al día siguiente, a primera hora...
... Dulce se paró frente a la secretaria de Chris. - Hola, buenos días, señorita. Soy Dulce, clienta del Lic. Uckermann. ¿Podría hablar con él?
- El licenciado está en una llamada telefónia. Si desea sentarse, en cuanto él esté libre la hago pasar.
- ¿Puedo preguntarle algo, señorita...?
- Torres. Mariana Torres.
- ¿Te puedo preguntar algo, Mariana? - le preguntó a forma de complicidad - Mariana asintió. - ¿Aquí trabaja alguna mujer? Es que he visto a una mujer de cabello rubio, y...
- No - la interrumpió la secretaria-, aquí no trabaja ninguna mujer. Sólo el licenciado Herrera, Uckeramann y el licenciado James. Pero seguramente la mujer por la que pregunta es Anahí, es también es abogada, pero ya no trabaja aquí... - su voz se fue apagando, y miró por encima del hombro de Dulce. Ell se volteó y se encontró con la mujer rubia de la que hablaban.
- ¿No tienes trabajo que hacer, Mariana? - preguntó Anahí. Su voz no era cortante ni seria, pero se notaba que reprobaba el hecho de que estuvieran hablando de ella. La secretaria asintió. - Bien, yo me ocupo de la señorita. ¿Vamos?
Anahí guió a Dulce hasta una oficina que, por que pudo ver Dulce, no se usaba en algún tiempo.
- Esta es mi oficina, cuando trabaja aquí, claro, como ya te dijo Mariana.
- No la culpes a ella - la defendió Dulce - fui yo la preguntó.
- ¿Y eso como porque?
- Quería hablar contigo. Necesito pedirte algo así como... como un favor.
Anahí sonrió lentamente. - Tiene que ver con Chris.
- Sí, ¿cómo supiste?
- Eso no importa. Lo importante es que tienes mi ayuda.
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Seduciendo A Un Caballero
Teen FictionPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...