Chris estaba en su oficina revisando papeles, o al menos eso era lo que fingía, porque aunque sus ojos vagan por las hojas llenas de letras si en ese momento alguien le hubiera preguntado de qué trataban no habría sabido que contestar, y es que su mente estaba completamente centrada en Dulce.
No se podía concentrar en otra cosa que no fuera ella, todavía podía sentir su cuerpo bajo el suyo, su suave piel contra la de él. Ah, como le encantaría volver a repetir una seción como la de anoche. Tan metido en sus pensamientos estaba que no se dio cuenta que alguien entró en su oficina.
- Hola Chris -. Él no contestó, seguía con la mirada perdida en los papeles que estaban enfrete de él. - Chris... Chris... ¡Chris!
Inmediatamente volteó a ver a la dueña de la voz.
- Annie - se pusó de pie y fue a saludarla -, ¿cómo estás? ¿qué haces aquí?
- Vine a preguntarte si no sabes donde está Alfonso.
- Pues no, la verdad es no sé. Vino aquí hace una hora, pero no sé donde se metió.
- ¿Y tú estás bien? - preguntó Annie con precaución.
- Sí, estoy... muy bien. ¿Por qué lo preguntas?
- Te notó un poco distraido... ¿pasaste una buena noche, Chris? - la pregunta de Annie iba con todo el doble sentido que se puede poner en una pregunta.
Y la sonrisa que se dibujó en el rostro de Chris le dio la respuesta que necesitaba. - Pasé muy buena noche, Annie, de verdad.
En ese momento tocaron la puerta, y la secretaria de Chris asomó la cabeza.
- Disculpe, señor, una cliente viene a verlo.
- ¿Quién? - preguntó Chris.
- La pintora, la señorita Dulce está aquí - fue todo lo que dijo y cerró la puerta.
Annie sonrió. - Bueno, Chris, es momento de que me vaya, tengo que hablar sobre muchas cosas con Alfonso -. Le dio un beso en la mejilla y se fue.
ESTÁS LEYENDO
Seduciendo A Un Caballero
Teen FictionPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...