Capitulo 49

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Dulce estaba de acuerdo con Derrick: Annie era una novia hermosa. Derrick la condujo al interior de la iglesia y se sentaron en unas de las bancas.

Cuando la marcha nupcial empezó a tocarse, Annie entró en la iglesia y empezó a caminar hacia el altar, donde Alfonso la esperaba con una gran sonrisa.

Dulce sintió una punzada en la espalda cuando vio que Annie llegó junto a su futuro esposo. Éste le tendió su mano y la ayudó a subir al altar, sin duda la mirada que intercambiaron era de amor.

El padre comenzó  a hablar y todos los presentes se sentaron. Entonces Dulce se puso a buscar a Chris, pero cuando pasó la vista por los presentes no lo vio.

Se dispusó a buscar más minuciosamente, y fue cuando se dio cuenta de la gran diversidad de rostros que había. Sin duda Alfonso y Annie estaban rodeados de personas que los querían, pues todos miraban hacia el frente muy pendientes de toda palabra dicha por el padre.

Hasta que se topó con un rostro que no miraba al frente, sino que más bien hablaba con susurros y ristias ocultas tras sus manos. Era una mujer, de cabello rubio y ojos azules, era muy hermosa. Sin embargo ella parecía ignorar que estaban en medio de una misa, porque seguía diciendole cosas al hombre que estaba a su lado. En ese momento, encontró a Chris.

Él se agachaba para poder escuchar todo lo que ella decía y se reía de sus comentarios, del mismo modo que en algunas ocaciones también le susurraba cosas al oido a las cuales ella le contestaba con un ligero golpe en el hombro.

El padre dio una señal y todos los presentes se pusieron de pie. Dulce lo hizo más por inercia que por poner realmente atención. Siguió mirando a Chris y a la mujer que lo acompañaba. Ella era delgada y en ese momento su cuerpo era relasado por el vestido atrevido que estaba usando, sin duda un vestido hecho para atraer la atención de los hombres; y al parecer con Chris lo estaba logrando.

- No sé que costumbres tengas, pero creo que es de mala educación mirar tan fijamente a las personas - le dijo Derrick al oido.

Dulce no le contestó, simplemente miró al frente, pero de todas maneras pudo sentir la sonrisa de Derrick. Entonces decidió que no volvería a mirar a Chris y a la mujer, y que se iba a concentrar exclusivamente en las palabras del sacerdote.

Pero no lo logro. Cada vez que podía ella los volteaba a ver, y cada ocación los encontraba mirándose a los ojos y riendose.

Afortunadamente para Dulce, la misa no tardó en terminarse, por lo que pudo salir de la iglesia para recibir a los recién casados. Derrick no se le despegó ni un segundo.

Entre pétalos de rosa blanca, árroz y vitores Annie y Alfonso salieron de la iglesia y después de saludar a muchas personas y de tomarse centenares de fotos los novios se subieron a un auto para ir a la fiesta.

Cuando los demás invitados siguieron a los novios, Dulce vio a Chris, quien seguía con esa mujer. Su indignación creció a un más cuando se dio cuenta de que él no iba ni siquiera a saludarla sino que se fue, acompañado por la rubia hacia su carro.

Derrick por su parte hizo lo mismo, la escoltó hasta su coche y la llevó al lugar donde se celebraria la fiesta.

Pero todo el enojo, frustración y tristeza que sentía en ese momento se disipó. Era un jardín bellisimo, repleto de flores blancas, las mesas estaban dentro de una carpa blanca; con la luz del sol era un momento realmente encantador, pero de noche sería un momenton mágico.

Otra vez Derrick la condujo hacia la mesa donde tomarían asiento. Allí ya habían dos parejas más. Y Derrick se las presentó.

- Dulce, te presento a Luján y Teo, grandes amigos de Annie y Alfonso y por supueto también mios. - Se volvieron hacia la otra pareja -. Y ellos son Tomás y Pilar, igualmente amigos nuestros. Ella es Dulce.

Dulce los saludó felizmente, pero no pudo evitar notar que todavía quedaban un par de sillas vacías en la mesa, espero a que alguien se acercara para ocuparlas pero no pasó. El resto de los invitados ya había tomado sus lugares.

Los meseros salieron a repartir pequeños platillos entre los invitados, ya que para la hora en que la cena se serivia todavía faltaban cerca de 4 horas.

Y mientras comía Dulce fue conociendo a Pilar, Luján, Teo y Tomás, como se habían conocido con Derrick, Annie y Alfonso, pero ella desvia el tema cada vez que alguien le preguntaba acerca de su vida.

Una hora más tarde, los meseros regresaron para retirar los platos y llenar con champaña las copas de los invitados.

- Vaya, al fin llegó Chris - dijo Tomás.

- Espero que Annie no lo mate por llegar tarde - dijo divertido Teo.

Dulce miró enseguida a la entrada del jardín, y lo vio. Seguía con esa mujer, y no pudo evitar pasar por alto que ella no usaba el mismo vestido, aunque el que vestía ahora era igual de atrevido. Tampoco pudo evitar preguntarse la razón por la que ella se había cambiados: tal vez ella y Chris habían...

No. no iba a permitir que sus pensamientos fueran en esa dirección. Sintió como el enojo crecia nuevamente dentro de ella, sobre todo porque los dos se dirigían hacia la mesa donde ella estaba sentada, y estaba segura de que iban a ocupar las dos sillas que restaban.

Y para aumento de su indignación, Chris le retiró la silla a la mujer y ella tomó asiento, se disponia a saludar a las otras personas pero el padre de Annie se puso de pie con su copa en la mano. Éste empezó a dar un discurso hablando de lo encantadora que era su hija, lo buen hombre que era Alfonso y algunas amenzas que le hizo a éste último si se atrevía a lastimarla ( y Alfonso sabía que hablaba en serio). Entonces pidió a todos los presentes que se pusieran de pie e hicieran un brindis por los recién casados.

Pero Dulce apenas le dio un sorbo a su copa y la dejó. Lentamente, casi a hurtadillas se fue alejando de la mesa: no quería estar ahí ni un minuto más. Estaba segura de que nadie notaría que ella faltaba, y con nadie se refería especificamente a Derrick, él no notaría que la silla a su lado estaba vacía al menos por un rato.

Quería conocer el jardín completo, parecía un lugar muy grande y precioso, pero no lo logró. No estaba ni a 30 metros de la carpa donde estaban todos los invitados cuando una mano le sujetó el brazo.

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora