Capitulo 64

3K 169 1
                                    

Dos minutos después Christopher ya se había cambiado, y los ocho minutos restantes se dedico a dar vueltas y vueltas por la cocina, metiendo comida en una canasta para llevarla al picnic.

Dulce llegó al cumplirse los diez minutos, seguía exactamente igual, vistiendo la camisa de Chris.

- Qué puntual - dijo él -, pensé que a las mujeres les gustaba hacer esperar a los hombres.

- Eso depende del hombre y de lo que queramos conseguir. ¿No crees que es muy temprano para dar un paseo por la playa? Ni siquiera ha salido el sol.

- Por eso es el momento perfecto.

Salieron de la casa tomados de la mano, por un largo rato estuvieron en agradable silencio. Después empezaron a platicar de tribialidades.

Luego Chris se detuvó, saco una manta de la cansta y la invitó a sentarse.

- Este es el lugar perfecto.

Dulce miró en dirección a la casa, no se veía. Habían caminado por largo rato, la forma de la playa era la de una bahía por lo que la casa estaba del otro lado, lo que hacía imposible verla.

- ¿Todo es perfecto? - preguntó ella sentándose a su lado.

- Sí, incluso tu eres perfecta. - Se besaron, fue un beso intimo, no fue salvaje ni pasional, todo lo contrario, apenas era un simple contacto de labios.

- Lo maravilloso de esta playa es que el sol no se oculta por el mar. Por la forma de la tierra, aquí el sol sale por el horizonte - dijo señalando al mar - y se esconde por las montañas.

Dulce miró hacia el mar. El cielo era azul, pero de pronto el sol empezó a salir como Chris había predicho, entintando el cielo de colores primero rosados, característicos del amanecer, luego narajados hasta que se colocó sobre el mar y el cielo se volvió de un azul claro.

- Dios, creo que nunca había visto un amanecer tan... perfecto.

Chris sonrió. - ¿Sabes que lo haría más perfecto?

- No, Chris, aquí no. Alguien podría vernos - dijo un poco escandalizada.

- ¿Estás segura que no te gustaría....

- No - lo cortó Dulce de golpe.

- ¿Al menos puedo preguntar por qué no te cambiaste?

- Me gusta como me queda tu camisa.

- Eso sí lo tengo que admitir, se te ve mejor a ti que a mi.

Dulce sonrió. - Además, traigo mi traje de baño abajo de la camisa.

Eso le dio una idea a Chris. Le pasó un brazo por la espalda y el otro por debajo de las rodillas y la levantó.

- Chris. Chris. ¿Qué estás haciendo? - dijo al ver que se dirigía al mar.

- Tengo ganas de nadar. ¿Tú no?

- Noooo!

- Lástima, yo sí. - Dicho esto entró en el agua, como el sol acababa de salir el agua estaba muy fría. Chris aventó a Dulce más adentro. Se mojó por completo.

- El agua está helada, Chris. Vamonos de aquí antes de que nos de algo.

Chris pudo notar que los pezones de Dulce se ponían duros por el frío. .- Sabes, yo tengo una buena manera de quitarnos el frío. - Se acercó a ella y la besó con intensidad.

- Ay, gatito, perdoname. Arruine nuestra luna de miel - dijo Annie triste y viendo su pierna enyesada.

- Lo importante es que estas bien - le dio un beso en la frente -, será mejor que regresemos a México para que te vea un doctor especializado.

- Pero no vas a regresar a trabajar, ¿verdad? Nuestra luna de miel todavía no termina.

- No, no voy a regresar. Voy a estar pegado a ti hasta que te recuperes - le besó la palma de la mano. - Esperame, no tardo, voy a hacer los preparativos para que regresemos.

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora