Chris estaba sentado en su oficina con un sobre entre las mano, pero no era cualquier sobre. Ese sobre tenía el veredicto final del juez en el caso de Dulce.
Los dos abogados, él y el abogado de Víctor ya sabían que había dictaminado el juez, ellos tenían la tarea de comunicárselo a sus respectivos clientes; y en esa hoja dobla, protegida por un sobre estaba escrito como debían proceder ambas partes.
Pero Chris no le había dicho el resultado a Dulce, no quería hacerlo por teléfono, así que solo le pidió que fuera a su oficina para decirselo. Así que ahí estaba él, sentado, un poco tenso, jugando con sobre en sus manos y en completo silencio.
Prácticamente podía oir el tic-tac del reloj... y la puerta se abrió, dejando ver a una nerviosa Dulce.
- ¿Qué pasó, Chris? Vine en cuanto pude - dijo con voz apurda.
Él asintió solemnemente y con un gesto de la mano la invitó a sentarse frente a él. Ella se sentó en silencio frente a él.
Chris le dio el sobre. Dulce lo miró a los ojos. Después abrió el sobre y empezó a leer.
El corazón le latía a mil por hora, y con cada palabra que leía esa velocidad aumentaba. Para cuando terminó de leer la hoja, una sonrisa se dibujaba en sus labios.
Miró a Chris, él también estaba sonriendo y lo único que se le ocurrió hacer fue ponerse de pie, ir hacia donde él estaba y abrazarlo. Y así lo hizo.
No supo cuanto tiempo permanecieron los dos unidos en aquel abrazo hasta que ella dijo: - Gracias.
Chris se separó de ella para poder verla mejor. - No tienes que agradecerme.
Ella no dijo nada, él tampoco. Simplemente las palabras sobraban. Entonces el la besó y ella se olvidó del mundo. Sintió sus manos en su cintura abrazandola y ella le rodeó el cuello con sus brazos, y se entregó por completo al beso.
Alfonso caminaba metido en su mundo. Por algo había estudiado leyes, pensó, los términos médicos lo ponían nervioso. Y después de la cita con el doctor de Annie su mente elaboraba miles de imagenes sobre lo que podría pasarle a su pierna, y cada imagen era peor que la anterior.
Se estremeció al pensar en la última pero rápidamente trato de alejarla de su cabeza.
- Mmmmm - dijo, si eso se puede considerar una palabra.
La secretaria de Chris no estaba, eso era algo muy extraño. Miró su reloj. Bueno, no era tan extraño, eran las 12:47, era la hora del almuerzo. Eso también podría explicar porque el resto de la oficina estaba vacío.
Pero Chris podría seguir ahí. Nada perdía con ver: si estaba ahí le podría decir que se iba a ausentar más tiempo y si no estaba ya se lo diría por teléfono.
Así que tocó la puerto, pero no esperó a que le respondieran para abrirla... y se quedó paralizado cuando vio que Chris si estaba en su oficina, pero no estaba solo. Estaba con una mujer. No supo qué sintió cuando la reconoció, pero algo le decía que...
- Christopher - dijo muy serio y frío.
Inmediatamente Chris y Dulce se separon a mirar a la puerta. Ella pudo sentir la tensión en el cuerpo de Chris a pesar de que no se estaban tocando.
Ninguno dijo algo, por supuesto esperando que otro empezara, pero no fue asi... todo se quedó en silencio. Alfonso no le quitaba los ojos de encima a Chris y viceversa.
- Señorita -, le dijo a Dulce sin mirarla y en un tono sarcastico, obviamente pensaba que la palabra señorita no se acoplaba a ella -, ¿ya ha recibido alguna respues del juez para su caso?
- Sí - fue todo lo que dijo ella.
- Bien. Le voy a pedir que se retire y que no regrese más a este despacho. Si quiere tomar cualquier medida contra lo que ha dictamindo el juez, busquese otro abogado.
Dulce ahogó una exclamación, por el tono despectivo en el que le habló Alfonso. Se giró a mirar a Chris, pero él no la veía seguía con su mirada clavada en Alfonso. Los dos tenían la misma expresión de enfado en la cara.
- Vayase por favor - le repitió Alfonso en un tono cortes, pero no por eso menos frío.
Dulce sabía que lo mejor para Chris era que ella se fuera para que los dos hombres pudieran hablar, pero cuando pasó al lado de Alfonso, éste le dijo: - Y, porfavor, no regrese.
No lo dijo en un tono bajo, seguro que Chris también había escuchado. De hecho, tal vez lo dijo para provocarlo, pero si tuvo la reacción esperada en Chris él no lo demostró, no dijo nada, no se movió.
Dulce salió de la oficina. Y mientras se alejaba esperando que Chris dijera algo sus esperanzas morían con cada paso que daba.
Pero él no la llamó, no la detuvó.
Dejó que se fuera.
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Seduciendo A Un Caballero
Teen FictionPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...