Capitulo 15

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- ¿Qué estás haciendo aquí? - preguntó Dulce soprendida.

- Gracias a Dios que estás aquí - dijo el desconocido mientras hacia a Dulce a un lado y entraba a la casa -, no sabía que iba a hacer si no te encontraba.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - volvió a preguntar Dulce, pero esa vez más seria.

- ¿Qué que hago aquí? Estaba preocupado por ti, Dulce. Tenía que ver que estabas bien.

- Bueno, ya me viste, ya te puedes ir - contestó ella.

- No, Dulce, tenemos que hablar. Necesito que... - su voz se apagó cuando se encontró con la figura de Chris. Inmediatamente su voz se volvió más fría y seria. - ¿Quién es usted y qué hace en esta casa?

Chris miró a Dulce que estaba detrás del hombre. Después se pusó de pie y con mucha calma dijo: Yo, señor, no tengo porque darle ninguna explicación de quien soy o de lo que hago en esta casa.

- Pues si no quiere darme ninguna explicación le aconsejo que se vaya en este mismo instante y deje a Dulce en paz.

- Me voy a ir cuando ella me lo pida - dijo Chris de forma cortes pero con la misma frialdad con la que le hablaba el desconocido.

- Dulce - dijo con dureza el hombre -, por favor - su voz se volvió más suave.

Dulce suspiró como si hubiera sido derrotada. - Chris, vete por favor.

- ¿Qué? - si le hubiera dicho que se acababa de ganar la lotería no hubiera podído estar más sorprendido. El hombre se entró más a la sala dandóle a entender que había ganado la batalla. Chris se acercó a ella y en voz baja le dijo :- ¿Por qué?¿Quién es él, Dulce? - Estaba enojado, pero podía notar un deje de preocupación en su voz

- No te preocupes. Voy a estar bien. Yo... yo después voy a buscarte.

- Como quieras - contestó Chris. Y sin despedirse se fue. Dulce y el hombre se quedaron en completo silencio hasta que escucharon el sonido del carro de Chris arrancando y alejandose de la casa.

- Ay, Dulce -dijo en un suspiro -, no sabes lo bueno que se siente estar de nuevo en casa - dijo mientras se dejaba caer en el sillón en el que hasta hace unos momentos estaban ella y Chris sentados, besandose.

- ¡¡¡Te voy a matar, Christian!!!

- Pensé que ese trabajo lo quería hacer Maite - dijo cínicamente.

- Deberías estar pidiendole perdón a Mai de rodillas en lugar de estar aquí, interrumpiendo mi vida.

- Calmate, Dul. No interrumpía tu vida, solo quería saber quien era ese hombre. Pero seguramente es igual que Víctor si no me quizó decir quien era.

Dulce se cruzó de brazos. - Es mi vida, Christian, yo no me metó en la tuya, tu no te metas en la mia. Él no tiene porque darte explicaciones de nada.

- Dulce - su voz se había suavizado -, perdón. Pero eres mi hermanita, entiende que no quiero que vuelva a pasar lo que te pasó con Víctor. ¿Cuándo lo conociste?

- Hace como una semana y él no es como Víctor.

- No, seguro que no es como Víctor. Si no fuera porque hace tan poco tiempo que se conocen juraría que estaba celoso. ¿Dónde lo conociste?

- Es mi abogado. Me va a ayudar a desmostrar que Víctor se robó mis pinturas.

- Estoy seguro - dijo observandola atentamente, pero no dijo nada más.

- ¿Qué?¿Por qué me miras así?

- ¿Sabes que tienes esa misma cara que ponías cuando tenías 8 años y estabas enamorada de Derrick, mi mejor amigo? ¿Sí te acuerdas, no?

- Yo no estoy enamorada de Chris.

- Yo no dije que lo estuvieras - dijo divertido - solo que tenías cara de enamorada. Ya, ya, Dul, no te enojes - dijo cuando vio su cara - solo dime una cosa más: ¿cómo se llama? ¿Chris... tian?

- No, Christopher.

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora