Después de un improvisado brindis. Los cuatro fueron por petición de Annie a cenar a un restaurante.
- ¿Y cuándo se van a casar?
- Pues todavía no sabes - le contestó Dulce.
- Annie, le acabo de dar el anillo - respondió al mismo tiempo Chris.
- Mi amor - intervino Alfonso -, no deberías darles un poco más de tiempo antes de pensar en una fecha o algo así.
- Pero si la fecha es lo más importante, a partir de ahí se decide todo lo demás: las flores, el vestido, los adornos... ¡TODO!
- Bueno, supongo que tenemos tiempo para pensarlo, para que todo salga perfecto.
- Exacto y para que todo salga perfecto yo voy a organizar la boda.
- Tu estás lisiada, Annie, no puedes organizar la boda.
- Claro que pudo y la boda se va a celebrar después de que el doctor me quite este horrible yeso, pero de que voy a organizar la boda de eso que no te quepa ninguna duda, Alfonsito.
- Si tu lo dices.
Siguieron hablando, o más bien discutiendo sobre los detalles de la boda, entre broma y broma se hacían uno que otro comentario serio. Hasta que terminaron hablando de un tema que no tenía nada que ver.
- Si me disculpan - dijo Dulce -, tengo que ir al tocador. ¿Me acompañas, Annie?
- Me encantaría pero con este yeso la verdad que para mí es todo un deporte extremo moverme.
- Bueno, en un momento regreso.
Se dio la vuelta y se alejó lentamente. Annie y Chris retomaron la platica, pero no más de cinco minutos después Alfonso los interrumpió.
- Perdonen, recordé que tengo que hacer una llamada.
Sin más se levantó de la mesa y se alejó de ella.
Cuando Dulce salió del tocador, se encontró con que Alfonso estaba parado enfrente de la puerta.
- Te estaba esperando - le dijo.
- ¿Para qué?
- Dulce, yo... - dio un largo suspiro.
- ¿Si?
- Quiero... quiero... perdón. Te pido una disculpa por todo lo que te he dicho y por lo que te he hecho pasar. Yo...
- Te perdono - lo interrumpió ella.
- ¿Qué? ¿Así sin más?
- Sí- No puedes. Había hecho todo un discurso para pedirte una disculpa y tú me perdonas como si nada.
Ver a Alfonso quejándose como un niño pequeño le robo una carcajada a Dulce.
- En serio, te perdono... No tienes que hacer tanto show, solo felicitarme de verdad.
Y Alfonso captó de inmediato la indirecta.
Se acercó a ella y la abrazó. Felicidades, Dulce - le susurró.
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Alfonso y dulce regresaron a la mesa juntos. Él con una gran sonrisa.
- Vamos a brindar otra vez - declaró.
Después de un largo discurso con miradas de cariño hacia Annie, de alegría hacia Chris, y de empatía hacia Dulce por fin dijo: - Porque tengan un feliz y largo matrimonio.
Chocaron las copas y bebieron. Entonces...
- ¿cómo que te vas a casar?!
La voz femenina que sonó detrás de Chris y Dulce dejó con la boca abierta a Alfonso y Annie. A Chris primero lo invadieron los nervios y después un enorme coraje.
Dulce notó inmediatamente las reacciones y se giro para ver quien era la causante. No reconoció a la mujer inmediatamente, pero su mente empezó a trabajar lo más rápido posible para saber quien era, tenía que ser alguien importante para que los hiciera reaccionar así.
Entonces cayó en la cuenta... era Lorena. Ella se acercó a la mesa.
- Explícamelo, Chris. ¿Cómo que te vas a casar? ¿Con quién?
- Conmigo - le contesto Dulce con toda tranquilidad, aunque por dentro su corazón latía a mil.
Lorena la miró despectivamente.
- Escúchame Chris, no lo voy a permitir.
- Pues aunque no te guste la idea, así va a ser. Resignate - le contestó Dulce.
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Seduciendo A Un Caballero
Novela JuvenilPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...