Capitulo 78

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- Mmmmm... - reflexionó Chris - sí, este definitivamente es el cuadro que más me gusta - dijo refiriéndose al cuadro en el que salían los dos abrazados en el baño. - ¡Me lo llevo!

- No te lo puedes llevar, Chris. Es para la subasta.

- ¿De verdad crees que alguien va a comprar este cuadro?

- Gracias - dijo Dulce con sarcasmo - esa es la clase de apoyo que necesito.

- No me malinterpretes, me refiero a quién va a comprar un cuadro de nosotros dos, desnudos, en el baño.

- Puede que alguien lo compre.

- Sí, pero acéptalo, se vería mucho mejor en nuestra casa, así nos podríamos inspirar... y tal vez nos bañemos más seguido de lo necesario - finalizó con una sonrisa picarona.

A Dulce se le encogió el estomago cuando lo escucho decir "nuestra casa", aunque antes le hubiera dicho que la amaba y la hubiera besado en frente de un montón de personas para después correr a la galería porque se había quedado abierta, la verdad era que la reconfortaba mucho cuando Chris hacía alusión a un futuro juntos.

- ¿Y la vas a colgar en el baño o qué?

- No, pero tal vez en frente de la cama... así sería más estimulante.

- Seguro, si la quieres vas a tener que venir a la hora de la subasta y comprarla.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Porque fue pintada para ser vendida.

- Pero yo fui quien te inspiró, creo que merezco algo una gratificación por los servicios prestados.

- Claro, pero el cuadro no va a ser tu gratificación.

- Pero yo la quiero - dijo con un aire infantil que conmovió el corazón de Dulce.

- Y yo quiero un pony, pero no se puede tener todo en la vida ¿verdad?

- Debe haber algo que pueda hacer para convencerte.

- No, nada - dijo y con seriedad se dirigió a la puerta, pero al pasar junto a él, Chris la tomó del brazo

- ¿Estás segura?

Pero no le dio tiempo de contestar cuando la estrechó contra su cuerpo y le dio un profundo y lento beso. Dulce, suave y persuasivo.

Chris separó a penas su boca de la de Dulce para preguntar: ¿es mío?

- No, creo que...

No la dejó terminar y la volvió a besar, esta vez con un poco más de insistencia. Su lengua penetró en la boca de Dulce y la saboreó completamente. Al volverse a separar es no necesitó repetirle la pregunta a Dulce.

- Muy bien, es tuyo... pero no vengas a mi casa porque no hay devoluciones.

- ¿Tu casa? No mi amor, tú vas a estar conmigo y vas a ver este cuadro hasta que los dos estemos viejos y arrugados.

- Un futuro prometedor - dijo Dulce con burla.

- Al menos será un futuro lleno de amor. - Tomó su mano e hincó una rodilla en el piso y metió la otra mano en el bosillo de su pantalón. El corazón de Dulce comenzó a latir a mil por hora, pero lo siguiente que dijo Chris no era lo que esperaba.

- Maldición - dijo en voz baja. Por la mente de Chris pasaron todo tipo de maldiciones al darse de cuenta de que no llevaba consigo el anillo que pensaba darle la noche anterior. La miró a los ojos - Dulce, cásate conmigo.

Y la respuesta instantánea fue: Sííííí.

Chris se puso de pie y la volvió a besar, sin embargo ahora solo fue un beso rápido y suave, casi casto.

- Ven, tenemos mucho que hacer.

- ¿Ah si? - preguntó Dulce - ¿Cómo que?

- Primero, vamos a ponerte un anillo en el dedo... y después le vamos a anunciar a todo el mundo que nos vamos a casar.

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora