- ¿Estás bien? - preguntó Chris.
- Sí, sí... solo tengo manchado el vestido - dijo como restándole importancia. Pero la verdad es que el agua que llevaba Chris sí había hecho estragos en su vestido.
Desde el escote hasta casi el final del vestido por el frente estaba mojado y se le aderia al cuerpo como una segunda piel. Chris inmediátamente fue a buscar algo para que Dulce se secara. Regresó un minuto después.
- ¿Cómo entraste aquí? - preguntó al tiempo que le daba una toalla para que se secara.
- El guardia me dejó entrar. - Chris no dijo nada, así que continuó -. Le pregunté si aún estabas aquí, no me quería dejar entrar pero le dije que tenía que hablar contigo de algo muy importante.
- ¿Y dónde está tu novio? - preguntó algo cortante.
- ¿Dónde está mi queee?
- Nada, olvidalo. Sabes qué, lo mejor será que nos vayamos... no te va ha hacer bien andar por ahí con el vestido mojado.
Dulce no lo contradijo. En silencio salieron de la oficina, caminaron por los solitarios pasillos, donde solo sus pasos se escuchaban y no hablaron en absoluto hasta que llegaron al estacionamiento y Chris vio que solo había un carro, el de él.
- ¿Y tu carro?
- Lo preste - bueno al menos no había mentido en eso, le había prestado el carro a Chrisitan para que fuera a arreglar las cosas con Mai. - Creo que tomare un taxi.
- No, no voy a dejar que andes así - extendió la mano para que ella misma notara su húmedo atuendo - en una ciudad tan peligrosa. Prefiero llevarte a tu casa.
Fueron hasta su carro. Caballerosamente Chris le abrió la puerta a Dulce, pero durante todo el trayecto casi no habló. Dulce estaba entre dos posibilidades: o estaba enojado con ella sin razón alguna, o seguía enojado por la interrupción de Christian.
Durante todo el trayecto fue dolorosamente conciente de la presencia de Dulce. Pero no quería hablar por miedo a decirle alguna tontería, sobre todo ahora que sabía que había un hombre en su vida. Suspiró aliviado cuando por fin llegaron a su casa.
La acompañó hasta la puerta, siempre detrás de ella, lo que menos necesitaba en ese momento era la visión de sus pechos cubierto por una fina capa de tela húmeda. Esperó pacientemente mientras ella revolvia las cosas de su bolsa para sacar las llaves, en tanto él se puso a inspeccionar el lugar.
De repente Dulce dijo algo parecido a "beep christian" y se giró sobre sí misma y lo miró con unos grandes ojos. Chris bajo si mira esperando a que ella dijera algo.
- Me vas a querer matar, pero no tengo llaves de mi casa.
- ¿Cómo?
- Es que las preste, a Cristian, pense que para cuando volviera él ya estaría aquí, pero al parecer todavía no llega.
Suspiro. - Vamos a mi casa... aunque sea para que se te seque la ropa.
Y volvieron al carro, el trayecto volvió a ser silencioso. Veinte minutos más tarde se bajaron de él, frente a la casa de Chris. Él siguió a Dulce a la puerta, la abrió y la dejó entrar.
Dulce se quedó con la boca abierta cuando vio la casa. Todo estaba en orden, muy limpio, muy varonil... muy Chris.
- ¿De pura casualidad no tendrás algo que pueda ponerme para quitarme este vestido?
Chris la miró de arriba bajo, pensó que así se veía bastante bien, no le cambiaría absolutamente nada, pero mejor sería dejar de pensar con el... antes de hacer alguna tontería.
- Claro. - Entro a una habitación de la que no tardó mas de un minuto en salir. - No tengo ropa de mujer, pero supongo que esto te servirá - le tendió una bata - te puedes cambiar ahí - señalo una puerta - en lo que yo preparo algo de comer ¿te parece?
- Sí, eso sería encantador.
En cuanto Dulce desapareció tras la puerta que le había indicado, Chris se golpeó en la frente. No iba a poder soportar tenerla en su casa, con su cama tan cerca, vestida solo con una bata y no poder tocarla.
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Seduciendo A Un Caballero
Teen FictionPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...