Capitulo 16

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Chris regresó a su oficina azontando la puerta. Empezó a caminar de un lado a otro, respirando fuertemente y moviendo las manos de impotencia. Quería gritar. Pero no lo hizo, solo caminó. De vez en cuando decía una que otra maldición.

Pero su coraje se fue bajando poco a poco. Respirando profundamente se dejó caer sobre un sillón, cerró los ojos y apollo la cabeza en el respaldo. No había pasado ni un minuto cuando la puerta sonó.

Chris gruñó. - Adelante - dijo con pesar.

- Señor Uckermann - la voz de su secretaria lo hizo levantarse -, acaba de llegarle un mensaje, pero el muchacho que lo trajo olvidó decir quien lo envía.

- Dejálo en mi escritorio, Mariana - dijo cansinamente.

Chris volvió a cerrar los ojos, pero escucho cada movimiento que su secretaria hizo en la oficina. Cuando la escuchó salir, volvió a suspirar cansado. Pero la puerta volvió a sonar.

- Adelante - repitió, con poca paciencia.

- Hola, Chris. ¿Cómo estás? - la voz animada de Annie le hizo sonreir.

- A decir verdad, no estoy nada bien - dijo serio aunque relajado.

- ¿Por qué? - Chris no contestó, solo se encogió de hombros. - Bueno si no me quieres decir, no me digas. Pero lo que tu necesitas es despejarte. Porque no salimos hoy.

- No, gracias, Annie. No me gusta hacer mal tercio.

- Podrías invitar a alguna amiga - la cara de Dulce cruzó por la mente de Chris -. Así no harías mal tercio.

- Gracias, pero no, gracias. No quiero, ni puedo. Tengo trabajo que hacer me quedaré en la oficina hasta muy tarde. Así que tu y Alfonso se pueden ir, divertirse, y... hacer cualquier cosa. No se preocupen por mi, yo voy a estar bien.

- ¿Te vas a quedar aquí?¿Trabajando? - Annie no lo podía creer.

- Sí - contestó Chris.

- ¿Puedo hacer algo para convencerte de no hacerlo. - Chris nego con la cabeza -. Bueno, entonces no tengo nada que hacer aquí, me voy. - Le dio un beso en la mejilla y salió de la oficina.

Annie salió de la oficina. Con mucha tranquilidad caminó por los pasillos y llegó a lo quera su atigua oficina. Cerró la puerta, sacó el telefono y marcó un número.

****************

En cuanto Dulce escuchó el telefono sonar corrió a contestalro.

- ¿Bueno?

- Dulce - dijo la persona del otro lado.

- Si, soy yo.

- Soy Annie. Te tengo una maravillosa noticia.

- Annie. ¿Qué pasa?

- ¿Sabes a qué hora cierra esta oficina? - No esperó a que Dulce contestara -. Cierra a las 7 de la noche y todos se van, secretarios, ayudantes, estudiantes, todos.

- ¿Y eso que tiene que ver conmigo? preguntó Dulce.

- Pero hoy, Chris se va a quedar a trabajar hasta tarde. ¿Sabes lo que eso quiere decir? - No esperó una respuesta de nuevo -. Que tienes el edificio para ti y para Chris. Los dos van a estar solitos toda la noche - añadió significativamente.

- Pues yo... - no supo que decir.

- No tienes que agradecermelo. Estoy segura de que Chris lo hará. Me tengo que ir, Dulce. Luego hablamos. Adiós.

La llamada se cortó. Dulce no se movió unos minutos. Después miró el reloj, era la 1 de la tarde. No tenía mucho que hacer, pero tampoco iba a durar horar arreglandose. Pensó que es lapso de tiempo se le iba a hacer eterno, y así fue. Cada vez que miraba el reloj apenas había pasado un minuto. Con tranquilidad empezó a arreglarse, sin prisa...

Cuando volvió a mirar el reloj, ya eran las 7 de la noche... y todavía no estaba lista. Por haber hecho tiempo, éste se le había pasado. Se miro al espejo, ya estaba bien. Solo se puso brillo en los labios  y se dirigio a la puerta. Pero cuando la abrio se quedo muda.

- Señorita Dulce, ¿puedo pasar?

Dulce se quedó un tanto sorprendida de ver al socio de Chris, Alfonso en la puerta de su casa. Recordó lo que Annie le había dicho y decidió andarse con mucha cautela.

- Claro. Adelante.

Se hizo a un lado y lo dejó pasar. Dulce cerró la puerta en silencio. Cuando se giró Alfonso estaba frente a ella mirandola con atención.

- ¿Cómo está? - preguntó serio.

- Bien, gracias. ¿Usted?

- Bien. - Dejó de hablar unos instantes. - ¿Cómo va su caso?

- Bien, supongo - dijo sencillamente.

- ¿Supone? - Alfonso encarnó una ceja.

- No lo sé a ciencia cierta, pregúntele al abogado, él lo sabrá mejor que yo.

- Entonces espero que su caso se resuelva pronto.

- Yo también - contestó inmediatamente. Alfonso la volvió a mirar sin decir nada unos segundos.

- Buenas noches, señorita Dulce.

Caminó hacia la puerta, la abrió y desapareció tras ella.

******************

Dulce entró en la oficina de Chris, pero él no estaba ahí. Todo el edificio estaba iluminado. Pensó que tal vez Annie se había equivocado. Se encogió de hombros. No importaba si no lo veía esa noche, se podría tomar las cosas con calma

Pero cuando se giró para irse, chocó contra algo grande y después sintió como un líquido le mojaba el vestido.

Chris iba tan concentrado enlistando las cosas que tenía pendiente por hacer que no se percató que había una persona en su camino hasta que choco contra ella.

Pero se quedó paralizado cuando vio que la persona contra la que había chocado era Dulce, y aún más cuando vio como había quedado el vestido.

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora