Capitulo 23

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Dulce estaba del otro lado de la puerta del dormitorio escuchando cada palabra que Alfonso y Chris intercambiaban. No sabía si alegrarse o enojarse porque Chris trataba de esconder su identidad, pero lo que más le intrigaba saber era saber algo sobre la tal Lorena.

Cuando Chris regresó a la habitación no se encontró con lo que le hubiera gustado ver: a Dulce en la cama y desnuda. Ella estaba de pie frente a él y cubriendose por completo con la sábana.

- Gracias a Dios, ya se fue... si tu hubiera visto aquí, no quiero ni pensar en lo que hubiera hecho.

- ¿Quién es Lorena? - fue lo que le contesto Dulce muy serena.

- ¿Qué has dicho?

- ¿Quién es Lorena?

- Lorena es... - lo pensó mejor antes de contestarle - nadie importante.

- Es la mujer con la que te econtré en el teatro, ¿no es cierto?

Chris se acercó a ella  y la abrazó por la cintura, y recargó su frente sobre la de Dulce.

- ¿Qué importa ella? En este instante solo estamos tú, yo  y la mañana que vamos a compartir.

Rozó sus labios contra los de ella, fue un beso tierno, para saborearla, el contacto fue tan íntimo que ambos sintieron como se les encogia el estómago. Poco a poco el beso se fue haciendo más profundo, hasta que Dulce lo terminó.

- Nada me gustaría más que quedarme a compartir la mañana contigo, pero me tengo que ir - dijo separandose lentamente de él.

- Hace un rato estabas muy convencida de quedarte.

- Sí - concedió ella mientras se empezaba a vestir -, pero como te dije ayer, con el correcto estímulo la inspiración llega con mucha facilidad.

- ¿Y ahora estás inspirada?

Dulce no le contestó hasta que terminó de vestirse, que considerando que solo era un vestido, no fue mucho tiempo.

- Un poco, sí - dijo mientras se arreglaba el cabello, frente al espejo.

- ¿Un poco? Entonces quedate para que pueda hacer bien mi trabajo - al tiempo que la abrazaba por detrás y le besaba el cuello.

- Creeme - se giró en su brazos para quedar de frente - cuando te digo que hiciste un excelente trabajo, pero de verdade me tengo que ir.

Le dio un último beso, se soltó de su abrazo, y salió de la habitación. Chris fue tras ella y la detuvó entes de que saliera de la casa.

- ¿Te voy a ver más tarde? - preguntó el, cuando ella ya tenía la mano en la perilla.

Dulce no le contestó, solo le sonrió, guiñó un ojo y se fue. Chris todavía se quedó un buen rato mirando la puerta.

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Cuando Dulce llegó a su casa suspiró aliviado de que su hermano Cristian ya estuviera ahí. Entró corriendo a la casa y se encontró con su hermano y Maite sentados en el sillos viendo el telefono. En cuanto la vieron Mai fue a abrazarla.

- Dulce, gracias a dios, pensamos que te había pasado algo. ¿Dónde pasaste la noche?

- Sí, Dulce. Me estaba muriendo por saber donde estas - dijo su hermano.

- Tú callate - le dijo a Christian - y tu ven conmigo, necesitamos hablar.

- ¿Y yo por que me callo?

- Porque por tu culpa no pude entrar a mi casa, espero que al menos se hayan reconciliado- dijo mientras rodeaba a Cristian y subía las escaleras con Mai detrás de ella.

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora