Capitulo 62

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Novia. Su novia. Lola no lo podía creer. Con el oido pegado a la puerta de la habitación de Chris había escuchado la conversación por completo y se llenaba de rabia cada vez que escuchaba la voz de Chris llena de amor para la tal Dulce.

No podía creer que Chris había caido en su juego. Ella había decidido darle todo el tiempo que él necesitara para que tuvieran una relación y qué había recibido acambio, un gracias por participar. Se le había insinuado a Chris un poquito y él ya estaba hablando de lo maravillosa que era Dulce.

Ahora, ella lo presionaba y lo presionaba, y había conseguido que él le preguntara si quería ser su novia. Obviamente le diría que sí, eso es lo que estaba esperando. Entonces por qué tardaba tanto en dar su respuesta. Cada segundo la ira y la frustración recorrían el cuerpo de Lola más rápido.

- ¿Por qué? - escuchó preguntar a Dulce.

- ¿Por que qué? - le contestó Chris.

- ¿Por qué me lo pides?

- Es lo que quieres. Ser legítima, terminos jurídicos.

Dulce sonrió, le divertía cuando Chris trataba de comportarse como un abogado. - Sí, pero ¿tú quieres también eso?

Hubo una pausa, el corazón de Lola empezó a latir rezando porque le dijera que no. Al igual que el corazón de Dulce, que esperaba ansiosa una revelación.

- Si no lo quisiera, no te lo habría pedido.

Lola respiró profundamente. Ganas no le faltaban para abrir la puerta y empezar a gritarle a Dulce, pero sabía que no podía ponerse en evidencia con Chris, así que siguió con el oido pegado a la puerta.

- ¿Eso es un sí? - Lola no sabía si Chris se refería al silencio o a algo que había hecho Dulce, tal vez besarlo...

Dulce sonrió al ver a Chris, podía leer en sus ojos la ilusión a la espera de su respuesta. Apesar de no haber conseguido la respuesta que deseaba, esa que todo el mundo afirmaba, pero él no le aseguraba, sonrió.

- Sí, Chris, sí quiero ser tu novia.

La sonrisa que se dibujó en los labios de Chris, llena de felicidad, sinceridad y amor hizo que le diera un vuelco el corazón. Actó seguido la besó.

Al escuchar la respuesta de Dulce, Lola se alejó de la puerta y se fue. No era necesario tener una gran imaginación para saber lo que vendría acontinuación.

Chris nunca se había sentido tan... feliz, euforico, satisfecho, emocionado en su vida. Aunque tampoco se había sentido tan nervioso como cuando esperaba la respuesta de Dulce. Pero iba a hacerle pagar esos segundos de agonía.

La besó tan lentamente que tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no levantarla en brazos y llevarla a la cama. Primero saboreó sus labios con una suavidad esquisita, antes de abrirle la boca con la lengua y penetrarla, provándola.

Y Dulce le seguía el juego. Llevando su lengua a encontrarse con la de él. Se acercó a ella obligándola a retroseder, así hasta que llegaron a la cama y la ayudó a tenderse, sin que sus labios perdieran el contacto.

Con una maestría sorprendente dejó sus pechos al descubierto. La brisa marina era fresca, por lo que la calida piel se le erizó; y entre la brisa y la exitación sus pezónes se pusieron duros al instante.

Ella se arqueó contra él, pero la boca de Chris estaba consentrada en el cuello de Dulce. Había descubiera una peculiar sensiblidad de ella en esa parte de su cuerpo y le encantaba verla y sentirla temblar cada vez que la besaba en el cuello.

Y la atención que no le dedicó su boca a sus pechos, sí se la dedicaron sus manos. Chris jugaba con sus pezones haciendo que cada vez se pusieran más duros.

De repente se separó de ella. Y antes de que Dulce supiera que había pasado sintió el aliento de su boca sobre el centro de su feminidad. Y al igual que había hecho con sus labios, ahí también la besó muy lentamente.

Deslizó su lengua entre sus rosados y húmedos pliegues y sintió como esa perla de placer oculta se ponía muy dura. Después de eso no tardó mucho en tensarse, era una tortura muy placentera. Pero cuando estaba a punto de alcanzar la cima del éxtasis Chris volvió a alejarse de ella.

Dulce gimió a modo de reclamó. Chris soltó una ligera burla hacia ella. Pero dulce no tardó en volver a sentir el calor de Chris, esta vez a lo largo de todo su cuerpo.

Sintió como su miembro duro y éxitado penetraba en ella lentamente. Dio un suspiro de placer al sentirlo completamente dentro de ella.

Empezó con un ritmo suave, penetraciones lentas, casi dolorosas, pero su livido fue mayor que él y no pudo resistir mucho más. Así que las embestidas se volvieron más fuertes y rápidas cada vez.

Hasta que los dos llegaron a la cima del éxtasis. Chris se puso de lado de dulce y la abrazó. El sonido de sus respiraciones desiguales era lo único que llenaba el silencio.

Chris la miró y con un suspiro de placer dijo: - Ay, Dulce, te quiero tanto.

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora