Eran las nueve de la mañana cuando Dulce recibió una llamada. Fue un breve intercambio de palabras. Ella acaba de llegar a su casa, acababa de ser dada de alta en el hospital justo en el momento en que el teléfono empezó a sonar. Cinco minutos más tarde volvía a salir de su casa.
Dulce no estaba en su casa. Chris le había llamado 10 veces, pero ella no había contestado, incluso una vez el teléfono había sonado como ocupado, pero no pudo comunicarse con ella.
Se sentía confundido. Herido pero al mismo tiempo seguro. Quería hablar con Dulce, no le diría que sabía que estaba embarazada pero tenía que decirle que había sido un idi0ta por dejar que se fuera sin mover un solo dedo.
De pronto, se acordó. La había motivado a que pintara, pero nunca había visto los cuadros que había hecho y decidió ir a la galería para ver la exposición.
Afuera hacia frío. La calle donde estaba la galería estaba practicamente vacía, solo había dos personas caminado igual que él, pero estaban muy distantes. No había notado que la mayoría de los inmuebles eran negocios, algunos muy lujosos, y era por eso que no había ni un alma, todo estaba cerrado.
Cuando se acercó a la galería vio a un hombre acercarse a la puerta, abrirla y salir. Completamente vestido de negro para protegerse del frío y muy elengante. Le extrañó que la galería pudiera estar abierta a tan temprana hora, así que se dirigió ahí.
En la galería, Dulce se encontraba con el encargado. Un hombre muy elegante, al que sin duda le gustaba vestir bien, pero que seguramente era gay.
- Perdoneme, señorita - dijo el encargado -, pero no he podido llevar a cabo la subasta de sus obras. Después de que... tuvo ese pequeño incidente, la gente empezó a murmurar...
- Oh, espero que esto no perjudique a la exposición.
- No lo hara, de hecho creo que la beneficiará... Hoy por la tarde que empezemos con la subasta le puedo decir con seguridad que habrá más gente.
Dulce sonrió.
- Es mejor así, siempre causa una buena impresión que el autor esté en la subasta. Y si lo desea, puede quedarse con alguno de los cuadros todavía.
Ella ni siquiera había pensado en quedarse con uno de los cuadros. - Eso me gustaría.
- ¿Y bien? ¿Cuál quiere?
- Yo... no sé, tengo que pensarlo.
El encargado miró su reloj preocupado
- Bueno, señorita, yo me tengo que ir, tengo un compromiso. Pero tal vez usted podría quedarse y elegir su cuadro, y pude cerrar después.
- Oh, muchas gracias.
- De nada, señorita, que pase buen día.
Dicho esto se puso su abrigo negro y se fue.
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Chris entró en la galería para darse cuenta que no estaba abierta, mejor dicho que no estaba abierta al público. Pero se quedó anonadado cuando vio a Dulce, de pie, en medio de la gran galería rodeada por sus cuadros.
- ¿Es él? - preguntó inseguro. Pudo notar la sorpresa de Dulce al escuchar su voz. Ella se giró y lo miró.
- ¿Perdona?
- ¿Es él? - repitió Chris.
- ¿Quién? - Dulce no podía creer que Chris estuviera ahí, y tampoco tenía idea de a que se refería.
- El hombre que se acaba de ir, ¿es el padre?
- ¿Padre? ¿De quién? - preguntó frunciendo el seño.
- No finjas, Dulce. Ya lo sé, ya sé que estás embarazada.
- Ah, eso - dijo ella sin entusiasmo alguno.
- Sí, eso - confirmo Chris. - ¿Es el padre? Seguro que era el hombre que estaba ayer en el hospital
- Tú deberías saber quien es el padre de mi hijo, Chris.
- ¿Y yo cómo voy a saberlo? - respondió a la defensiva - ¿Qué? Ahora no se quiere hacer cargo de él y pretendes endilgarmelo a mí?
- No sabía que estuvieras tan renuente a la idea de tener un hijo.
- No lo estoy.... cuando pensé que estabas embarazada, esa idea me hizo feliz.
- Pues no te ves muy feliz ahora. - Él no contestó y ella se acercó a él. - Es tuyo, Chris, es tu hijo.
- Pero eso no puede ser.... - dijo con la voz en un hilo - no te ví en un mes y tú quedaste embarazada.
- ¿Cómo puedes pensar que es de otro hombre? - preguntó Dulce dolida pero segura - Es tu hijo, Chris. No he estado con ningún otro hombre y no quiero estarlo. Es tu hijo. Nuestro hijo. - Y como Chris no dijo nada, Dulce decidió arriesgarlo todo. - Te amo - y lo besó.
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Seduciendo A Un Caballero
Teen FictionPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...