Y al día siguiente...
- Recuerda, nada de apasionarse. Quedate tranquila.
Esas fueron las palabras de Chris a Dulce antes de que el juez entrara en la sala y todos guardaran absoluto silencio.
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- Pero no quiero que te vayas - dijo Annie haciendo pucheros.
- Solo voy a ir a la oficina - le respondió Alfonso.
- Me dijiste que te ibas a quedar a mi lado hasta que me recuperara y yo sigo aquí en la cama.
- Voy a hablar con Chris y con Derrick, a decirles que me voy a tomar más tiempo del que pensé, además para ver cómo está el caso del cliente, el hombre ricachón.
- Mmmm... bueno, pero me promentes que vas a regresar lo más rápido posible, ¿verdad?
- Prometido, mi amor - dicho esto, se agachó para darle un beso en la frente. Después se fue.
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- ¿Cómo que no está? - preguntó francamente sorprendido Alfonso.
- Así, no está - le contestó Mariana la secretaria de Chris.
- ¿Y Derrick? ¿Tampoco está?
- No, creo que no.
- Bueno, ¿y donde está Chris?
- En una audiencia, señor.
- ¿Una audiencia? ¿Hoy? ¿Tiene un nuevo cliente?
- Sí. Sí. Y No. - dijo contestando a cada una de las preguntas.
- Tal vez es solo un favor para un amigo - dijo en voz baja reflexionando, si no tenía otro cliente quien más podría ser. El caso de la pintora seguro que ya hace tiempo lo había cerrado. - ¿Crees que ya haya terminado la audiencia?
- Sí, probablemente ya terminó.
Bueno, obviamente la audiencia todavía no había terminado, pues Chris no estaba en su casa. O tal vez había decidido ir a otra parte antes de regresar a su casa, pensó Alfonso, pero si era así, esa decisión iba a matarlo.
Pues en ese momento no tenía quería ver a Chris en su casa para hablar de trabajo. La naturaleza le había hecho un llamado y necesitaba usar el baño en ese mismo instante.
Así que llamó al portero. Por supuesto que éste conocía a Alfonso bastante bien, pues no puso peros para abrir el departamento de Chris, solo para que Alfonso pudiera usar el baño. Y entró en él corriento.
Pero cuando salió, lo hizo con más calma. Y entonces se percató de algo que no había notado al entrar en el departamento: había un vestido, el vestido de una mujer en uno de los sillones.
Alfonso se acercó a él y lo agarró con dos dedos, como si fuera toxico. Por supuesto no lo era, pero no es que fuera aficionado a ver la ropa de las personas, solo que encontraba fasinante encontrar ropa de mujer en el departamento de Chris.
Él jamás había permitido algo así. Ni siquiera con sus novias más formales. Para él, su casa era su templo, un lugar de absoluta privacidad y encontrar una prueba de la intromisión de una mujer era algo increible.
La mujer misteriosa.
Esa que nunca le había dicho quien era. Bueno, pronto tendría que sacarle la respuesta. Depronto observó otro detalle: el vestido se le hacía conocido. En alguna mujer lo había visto antes, pero ¿en quién?
La pintora.
No. Simplemente no podía ser. Chris sabía que no podía. Sonrió por lo tonto de sus conclusiones apresuradas: muchas más mujeres podían tener un vestido igual. Alguien más tenía que ser. A lo mejor Derrick ya lo sabía. Volvió a sonreir al pensar en sacarle la verdad a Derrick.
En fin, se resignó a no hablar con él cuando no le contestó el celular. Ni modo, tendría que esperar, porque Annie lo estaba esperando a él en su nueva casa. Salió del apartamento y se dirigió a encontrarse con su esposa.
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Seduciendo A Un Caballero
Teen FictionPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...