Mientras terminaban de comer, Chris decidió volver a tocar el tema de pasar el fin de semana juntos.
- ¿Y bien? ¿Qué opinas de la propuesta que te hice?
- De irnos de fin de semana... Mmmm... No sé, Chris. Tengo tantas ideas para mis cuadros y quiero terminarlos...
- Está bien. Te prometo que si quieres hacer algo que tenga que ver con tus cuadros interrumpimos lo que sea que estemos haciendo y te puedes ir a pintar.
- No me refiero a eso, sino que... - dejó de hablar al sentir los brazos de Chris rodéandola por detrás.
- Y te ayudaré a inspirarte. - Le besó el cuello. Dulce sentía sus diminutos besos que la hicieron estremecerse.
Chris la hizo girar entres sus brazos para poder besarla en la boca. Y Dulce le correspondio el beso con ternura. Pero el fuego que existía en ellos no tardó en ellos había y la intencidad del beso aumentó.
Chris la estrechó más contra sí y Dulce pudo sentir en la unión entre sus piernas el miembro largo y duro que se apretaba contra ella aliviando un poco de la tensión que sentía. Y gimió anticipandose a lo que le esperaba.
Chris la cargó y ella lo rodeó con las piernas. Él la sostuvó por las nalgas haciendo que esa presión que ambos necesitaban liberar se calmara un poco.
La sentó sobre la mesa. Ella se encargaba de desvestirlo mientras él la desvestía a ella. Claro que si estaban tan desperados para hacer el amor en la cocina, tampoco se tomarían mucho tiempo en desvestirse.
Dulce le quitó la camisa y su corbata, estaba empezando a odiar que Chris fuera abogado y k usara tanta ropa, y luego se peleo un poco con los pantalones intentando quitarselos.
Chris por su parte, hizo lo necesario para deshacerse de las bragas de Dulce, porque el vestido que en ese momento usaba termino arremolinado en sus cintura.
Con cuidado de no interrumpir el beso, Chris llevó una de sus manos al centro de la feminidad de Dulce, presionó su clítoris y Dulce se arqueó contra él, una oleada de puro deseo la recorrió por todo el cuerpo y terminó en su vagina que rápidamente se puso más humeda de lo que estaba.
Eso era lo que estaba esperando Chris, que estuviera lo suficientemente mojada para penetrarla. Dio un suspiro de alivio cuando se deslizó dentro de ella y sintió sus calidas paredes rodearlo.
Chris abrazó a Dulce y con delicadeza la recostó sobre la mesa de la cocina. Después se incorporó, la tomó por los tobillos y subio sus piernas a sus hombros.
Con las piernas de Dulce abiertas y apoyadas sobre los hombros de Chris, las penetraciones cambiaron de ángulo y los dos gimieron de placer.
Chris la sujetó de las caderas haciendo que la pelvis de Dulce fuera a su encuentro con cada embestida, así la podía penetrar más profundamente.
Rápidamente una fina capa de sudor perló la frente y el pecho de Chris, así como tambiél los de Dulce. Ella agarró uno de los bordes de la mesa para detenerse y no moverse tanto con las penetraciones de Chris.
Cuando hizo esto, Chris acarició su pechos, sus rosados pezones que exigían un poco de atención a la que estaban acostumbrados. Los acarició y estímulo hasta que los botones se volvieron duros como diamantes.
Con una mano siguió mimando a suaves senos de Dulce y la otra la puso en su vientre. La mano calida de Chris le robó un suspiro a Dulce, quien con cada embite lo sentia más profunamente, pero también sentía todo lo largo y lo grueso de su miembro.
Los gemidos de Dulce cada vez más inundaban la cocina, al igual que la sonora respiración de Chris, demostrando su esfuerzo por llevar a Dulce al clímas y lo mucho que él disfrutaba haciendo ese trabajo.
Pero con la mano de Chris presionandole el vientre no tardó mucho para que las paredes de Dulce se cerraran al rededor de él arrastrandola a un orgasmo maravilloso.
Chris siguió embistiendola, dandole mas placer con cada penetración. Cuando por fin llegó al clímax sintió como su miembro, antes rígido y duro se vaciaba por completo.
Bajo las piernas de Dulce, y todavía dentro de ella se agacho a la mesa para besarla y descansar mientras disfrutaba del orgasmo.
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Seduciendo A Un Caballero
Teen FictionPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...