- ¡Alfonso, todavía no termino de hablar contigo! - La voz de Annie resonó en todo el pasillo.
- Solo es un minuto, Annie. Chris tiene que revisar esto, solo se lo dejo y nos vamos.
- Pero... pero...
- No deberías cambiar a tu novia por unos simples papeles. - La voz de un hombre se escuchó detrás de ellos, suave, profunda y divertida. Annie y Alfonso se giraron, y se quedaron sorprendidos de ver al dueño de la voz, pero no movieron ni un musculo. - ¿Saben? Esperaba que cuando me vieran corrieran a darme un abrazo, o por lo menos decirme hola.
- Derrick, hola. ¿Cómo estás? - Annie se acercó a él, le dio un beso en la mejilla y lo abrazó -. Pensabamos que seguirías de vacaciones.
- Sí, tenía planeado viajar más tiempo, pero no quería perderme el futuro enlace - dijo al tiempo que tomaba la mano de Annie y miraba su anillo de compromiso.
- Te habríamos avisado, así estuvieras tomando el sol en Groelandia.
- Bueno, les evitaré el trabajo de buscarme. Annie, ¿vas a volver a trabajar aquí o qué? Desde que te fuiste creo que nunca te había visto otra vez aquí.
- No, claro que no. Solo vine a hablar con Alfonso.
- Y despúes iremos a comer... y hablando de eso, tengo que llevarle estos papeles a Chris.
- Ah, el buen Chris, ¿por fin, se casará o no con Lorena?
- Ah... este... bueno, sobre eso - dijo Alfonso - Chris y Lorena terminaron, así que mejor no lo menciones. Creo que todavía está un poco suceptible por eso.
- Claro, entonces, voy a saludarlo.
Annie y Alfonso lo miraron dirigirse a la puerta de Chris y tocarla. Hasta que Annie recordó que Chris estaría ocupado, corrió para detenerlo, pero ya era demasiado tarde, ya estaba abriendo la puerta.
Chris no sabía que milagro había hecho que Alfonso no entrara a su oficina y la verdad es que no le importaba, siempre y cuando Dulce y él no fueran descubiertos, podría haber un terremoto y Chris se lo hubiera agradecido a Dios.
Afortunadamente no había mucho que arreglar entre ellos, pues ambos hicieron el amor con la ropa puesta, solo era necesario arreglarla un poco, aunque el vestido de Dulce estaba lleno de arrugas, era mejor así a que la vieran a como él la había visto.
O al menos eso pensaba hasta que vio quien entraba por la puerta. El milagro que había evitado que fueran descubiertos se llamaba Derrick James, era abogado y trabajaba en el mismo despacho que él.
Detrás de James entraron Annie y Alfonso.
- Hola, Chris - dijo Derrick - ¿cómo estás? - Chris se puso de pie para saludar a su amigo.
- Pues en este momento, estoy ocupado - dijo señalando a Dulce que trataba de alizar su vestido lo más posible.
- ¿Y quién es este encanto de mujer? - preguntó olvidandose por completo de Chris y centrando toda su atención en Dulce.
- Ella es mi cliente - dijo Chris cortante - y en este momento, estamos en una reunión.
- Soy Derrick James - dijo ignorando a Chris - a su servicio, señorita. ¿Y usted es?
- Derrick, Chris está ocupado con la señorita -. Inervinó Alfonso -. Además, no creo que...
- Ella no es mi cliente, Alfonso. - Esa era una aclaración.
Los celos de Chris recorrían sus venas haciendo que quisiera golpear a Derrick. - Por favor, se pueden retirar, en este momento estamos ocupados - dijo Chris mirando fijamente a Derrick.
- Señorita - le dijo a Dulce -, será un placer conocerla.
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Seduciendo A Un Caballero
Roman pour AdolescentsPara todos Christopher tenía una vida perfecta, no le hacia falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increible, un carro ultimo modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día an...