Capitulo 35

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- ¿Qué vas a hacer que? - May miraba sorprendida a Dulce mientras ella con toda la calma del mundo metía su ropa en una maleta.

- Me voy con Chris - le dijo sonriendo.

- ¿Te vas con él? ¿Cómo? ¿Por qué? - No podía creer lo que su amiga le decía.

- Sólo es un fin de semana, no es para tanto, May.

- ¿Qué no es para tanto? Pensé que lo de ustedes era sin compromiso.

- Es sin compromiso.

- ¿Entonces por qué se van? Eso ya es un compromiso.

- No, May, solo vamos a pasar tiempo juntos.

- Eso es compromiso - volvió a señalar.

- Claro que no, es... un momento de diversión.

May se quedó callada unos minutos. - Tal vez eso sea lo que necesitas.

- ¿Qué? - preguntó Dulce extrañada.

- Una relación de verdad, estable.

- Claro que no, ya tuve bastante de relaciones "de verdad" con Víctor.

- Entonces no vayas con él. Dulce, no es lo mismo pasar unas cuantas horas juntos que estar pegados todo el día, el encanto de este amorío se va a terminar después de que pasen un día juntos. Le estás robando la magia al asunto.

- Me parece que es otro tipo de magia. Además solo son 3 días.

- Yo creo que se le va a terminar el encanto a tu príncipe azul cuando regresen. - El tímbre sonó interrumpiendola -. Bien, creo que ya llegó.

Dulce miró el reloj. - Todavía es temprano, me dijo que pasaría por mí en una hora.

- Tal vez se muere por tenerte para él solo, que romantico...

Dulce dejó lo que estaba haciendo y fue a abrir la puerta, pero se detuvo a contestarle a su amiga. - ¿Hace un minuto te parecía la peor idea del mundo y ahora es romantico?

- Sigue sin parecerme una buena idea, pero con todo es romantico. Anda, ve. No lo hagas esperar.

Dulce bajó las escaleras rápidamente, hizo una pausa ante la puerta y tomó aire. Sonrió y abrió la puerta, pero al ver quien se encontraba del otro lado, la sonrisa desapareció de sus labios.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - preguntó entre sorprendida y enojada.

- Dulce, a mi también me da gusto verte. - Pasando a un lado de ella Víctor entró en la casa. - ¿Sabes? Esperaba una bienvenida diferente.

- Si esperabas que te recibiera con una pistola, disculpame -dijo sarcastica - no tuve tiempo de preparme a tu llegada.

- Esperaba que te lanzaras a mis brazos declarandome amor eterno.

- Vete de aquí, Víctor, no eres bienvenido - dijo Dulce señalando la puerta.

- Pero si esta es mi casa, Dulce, vas a sacarme de ella.

- No fue tu casa cuando decidiste robarte mis pinturas e irte.

- ¿Sigues molesta por eso? - se sentó en uno de los sillones y subió los pies a la mesa -. Ay, Dulce, cuando vas a entender que los hombres necesitamos libertad, no podemos encadenarnos a una sola mujer para siempre. Y sobre tus pinturas, la verdad, es que eran bastante malas.

El sonido de que alguien bajaba las escaleras los distrajó a ambos. Víctor sonrió con satisfacción de reconocer a May.

- May, cuánto tiempo sin verte. ¿Tú si vas a darme un abrazo de bienvendia? - preguntó cinicamente.

- ¿Qué está haciendo este animal aquí, Dulce? - Preguntó indiganda May, al igual que su amiga.

- Víctor, vete de aquí, antes de que...

- ¿Antes de qué? ¿Qué vas a hacerme?

- ¿Quieres que llame a la policia, Dul? - preguntó May.

En ese momento, el tímbre los volvió a interrumpir. Víctor se puso de pie y fue a abrir la puerta.

- Aaah, como en los viejos tiempos, nuestra primera visita. Sonrie, Dulce, no quiero que piensen que mi novia no es feliz - declaró con absoluto cinismo, pero ahora fue a él a quien la sonrisa se le borró al ver quien había tocado la puerta.

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora