Adiós, primer amor.

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La tomé con brusquedad, ella no merecía que fuera tierno. Desgarré toda su ropa, la besé con aspereza, le daba nalgadas que dejaban mi mano pintada en ellas. Le pegué unas cuantas cachetadas y aun así gritaba de placer pidiéndome que le diera más. Todo esto sólo me provocaba asco. Aunque mi cuerpo reaccionara, mi mente estaba en otro lado, lo único que quería era quebrarle el cuello y acabar con toda esta mierda.

Nunca había tenido sexo tan fuerte como hasta ahora. La embestía tan fuerte que sentía como si su carne se abriera, tiré tanto de su cabello que pensé que se me quedaría en las manos, pero aun así ella solamente gritaba y jadeaba de puro placer. Nuestros orgasmos llegaron juntos, dejé caer mi cuerpo a su lado mientras ella respiraba de forma irregular.

Eres todo un animal. Eso me gusta. -escucharla hablar me daba nauseas, necesitaba acabar con todo esto de una vez por todas, no podía seguir más tiempo en esa habitación, encerrado con esta mujer.

De mi boca no salió una palabra, me levanté cuando me dirigí al baño ella se levantó y me abrazó por la espalda.

-Quédate conmigo y haré que todo el mundo esté a tus pies, se mi compañero para gobernar mi imperio.

Ahorra tus palabras, bien sabes que te odio o mejor dicho que te quiero ver muerta, así que por favor no trates de convencerme porque no lo lograrás.

-Eso me gusta de ti, tan sincero, tan abierto, eres muy transparente. Siempre expresas lo que piensas, nunca te quedas con nada. Pocos hombres me han hablado de esta manera, creo que los que se han atrevido, ya no respiran.

¿Me estás amenazando?

-Me ha quedado más que claro que mis amenazas te resbalan. -me solté de su abrazo y me giré quedando los dos frente a frente. Rápidamente ella leyó mis pensamientos, cuando levante mis manos para atacarla, ella también se defendió y comenzamos a luchar. Me pegó una patada en el estómago, al mismo tiempo le di un puñetazo en la cara que la hizo dar tres pasos hacia atrás, llevé mis manos a mis rodillas para tomar aire ya que la patada me dejó sin respirar.

Ella tomó una botella y la partió intento clavarme una parte de la botella varias veces, pero no se lo permití. Cuando intenté acercarme para tomarla del cabello, ella logró darme una patada en mis partes nobles logrando que yo cayera de rodillas y cuando intentó balancearse sobre mí y rozar mi cuello con la botella, entonces tome su propia mano y la doble, haciendo que el peso de su cuerpo cayera sobre la botella clavándose en su estómago, no perdí tiempo y me levante, puse ambas manos en su cabeza y quebré su cuello.

Recogí su cuerpo, lo puse sobre la cama, tomé un encendedor de mi chaqueta y le prendí fuego las sábanas, esperé a ver como cuerpo era consumido por el fuego, complacido decidí irme.

Adiós maldita, espero que te retuerzas en el infierno, te dije que te haría pagar si hacías sufrir a Claudia. Abrí la ventana del baño y con mucho cuidado salí por ella, me deslicé por las paredes hasta que llegué a donde había unas escaleras y bajé. Tomé mi celular y le marqué a Brayan para preguntar si había encontrado la ubicación de donde estaba ella, pero no tuve respuesta alguna.

Esto no me gusta.

Busqué mi auto esquivando la manada de personas que corrían por el incendio en una de las habitaciones de aquel concurrido lugar. Después de unos cuantos minutos llegué hasta mi auto y sin perder tiempo me dirigí a la casa de Brayan.

Cuando llegue, me estaciono corro hacia la entrada y cuando abro la puerta me quedó paralizado.

Nunca en la vida había sentido tanta alegría hasta el día de hoy. Cuando la vi con su bebé entre los brazos, sentí como mi pecho se inflama. Ella se veía un poco pálida y cansada, pero aun así seguía tan hermosa como siempre.

Brayan se acerca a mí con una gran sonrisa y sin esperarlo me abrazó.

-No la hubiese tenido aquí si no hubiese sido por ti. Gracias, por tanto.

No tienes que agradecerme, sabes bien que también lo amo y estaría dispuesto a dar mi vida por ella si fuera necesario.

-Te juro que no me agrada para nada escucharte decirlo, pero por otro lado me siento feliz, porque tu amor por ella fue tan grande que, gracias a eso, ella está aquí con nosotros.

Pero explícame, cómo es que ella no está en un hospital.

-Quién la asistió fue Álvaro, uno de sus salvadores, él dijo que tanto ella como el bebé están fuera de peligro y no necesitan ir al hospital, dijo que podremos ir mañana para poner las vacunas necesarias al bebé y para hacerle un chequeo a Claudia.

-Qué tal con tu cita?

No era una cita o bueno si era una cita, pero una suicida.

-Entonces...

Sí, acabe con la vida de ella y ahora vamos a planear acabar con todos los secuaces de ellas, no quiero que pase como pasó con Susan. Ella murió, pero quedó otra persona que también quería hacerle daño a ustedes, para que no se vuelva a repetir la misma situación, acabaremos con todo el clan completo.

-De eso que no te quepa la menor duda.

Ocúpate de sacar a tu mujer y a tu hijo de aquí estoy seguro que ellos vengan a este lugar así que no pierdas más tiempo en 10 minutos tienen que salir de aquí o seremos emboscados.

-Bien, me pondré en marcha, enviare a claudia, al bebe y a sus hermanas a un lugar seguro, los chicos y yo nos uniremos a ti para terminar con todo esto.

No, tu tienes que irte con ella.

-Ni de coña, esto no está a discutir.

¡¡Maldita sea!!, no entiendes?, que si algo te pasa ella sufrirá hasta romperse. Ella te ama y yo no estoy dispuesto a verla sufrir. No lo permitiré.

Aun que me duela el no tenerla a mi lado, quiero que ella sea feliz, contigo, tú la amas, a todos nos consta... a mí me costa. Se que cuando todo esto acabe tú, la aras muy feliz.

Ahora Vete y no pierdas más tiempo. -el solo asintió con la cabeza y desapareció de mi vista, no perdió más tiempo, tomo a Claudia y a su hijo y lo sacó de la casa junto a sus amigos y sus mujeres, mientras yo con el grupo de guardias preparamos una gran emboscada.

Y no me equivoqué, en cuestión de 20 minutos llegaron todos los secuaces de la loca y comenzaron a disparar a la casa, lo que ellos no esperaban era que nosotros también los estábamos esperando. Donde ellos se parquearon teníamos dinamitas preparadas, así que sin más hicimos volar a todos esos inútiles que vinieron a atacarnos.

Después de un par de horas de enfrentamiento logramos acabar con cada uno de ellos, antes de retirarnos dinamitados la casa completa haciéndola volar en pedazos, para desaparecer toda evidencia de que estuvimos en ese lugar.

Me monto en mi coche y manejo sin rumbo alguno, después de dos horas me parqueo en un parque solitario. Salgo de mi coche caminos de una banca y me siento en ella. Relajo todo mi cuerpo, dejó caer mi cabeza hacia atrás y pasa un largo rato contemplando el cielo estrellado, con una hermosa luna, y de mi boca sale un suspiro.

Prometí que te cuidaría, Claudia, e incumplido.

Estiré mi cuerpo y volví hacia mi coche, sin pensarlo más encendí el coche y me fui lejos. Sabía que yo no tenía futuro con ella y aun así me enamoré, pero no me arrepiento de haberme enamorado de tan fascinante mujer.

Claudia. -pronunciar su nombre me sabe a gloria, una que nunca tendré.

Adiós primer amor.

Adiós primer amor

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Me insulto (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora