53.

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Desde esa vez en la que habló con él, la tensión de las cosas desvaneció y nuevamente retomaron la comunicación constante. Ella también consiguió un trabajo de medio tiempo en una biblioteca. Mantendría ese mientras buscaba uno más conveniente y así ahorrar para la universidad.

Ese día que regresó del trabajo, se encontró a Nahyun y Yurih sentadas en la acera de su casa. Considerando que no se agradaban del todo, le sorprendió verlas juntas y con tanta calma. La castaña se detuvo frente a ellas, interrogándoles con la mirada, específicamente a Nahyun.

—No te preocupes —Nahyun apresuró a decir y miró a la japonesa de reojo—. Ya me encargué de interrogarla. No parece tener malas intenciones.

La castaña no pudo evitar reír. Nahyun aparentaba ser una flor de campo, pero lo cierto es que podía intimidar a más de uno con tan sólo una mirada.

—Igual, ¿podría saber qué haces aquí? —se dirigió a Yurih, quien volteó a ver a Nahyun, pidiéndole que las dejara a solas.

—Bien, me iré, pero te advierto que si veo un sólo movimiento extraño, no vivirás para contarla —le señaló amenazante. Sus palabras no iban en serio, pero a juzgar por la expresión aterrada de Yurih, pareció no haberlo captado—. Sólo bromeo. —golpeó juguetonamente su hombro y con eso se marchó.

Yurih dirigió su mirada a la castaña frente a ella y le regaló una pequeña sonrisa.

—Seguramente te preguntarás qué hago aquí, ya que probablemente me odias.

—No te odio, pero sí, definitivamente quiero saber a qué has venido.

—Vine aquí para pedirte una disculpa. —la miró apenada.

Al ver que la otra se cruzó de brazos sin articular ni una palabra, aclaró la garganta y prosiguió:

—Fue muy estúpido de mi parte haberme entrometido en tu relación con Yuta y arruinarla. Sé que fui la causante de muchas discusiones entre ustedes y, sinceramente, estoy bastante arrepentida y apenada por eso. Sé que jamás tendré oportunidad con Yuta porque él te ama a ti.

La castaña se quedó en silencio procesando lo que Yurih acababa de decir. Sabiendo cómo actuó con ella por estar con Yuta y todo el daño que causó a su relación, le sorprendió un poco que se disculpara y, de cierta forma, le conmovió su sinceridad.

—Está bien, te entiendo. En el juego del amor no hay reglas ni límites, así que no te culpo del todo.

—¿No me odias cierto?

—Ya te dije que no.

En los labios de Yurih se formó una pequeña sonrisa. Sus palabras y gestos parecían muy sinceros, así que de nada serviría guardarle rencor. Además, ya todo estaba en el pasado.

—Hablando de Yuta, él te extraña mucho. Se nota lo triste que está al estar lejos de ti y si te soy sincera, no creo que regrese pronto. Me mencionó algo para lo que está ahorrando, un regalo para sus padres, y parece ser de gran cantidad. Aunque me ofrecí a ayudarle para facilitar su objetivo, no quiso aceptarlo.

—Es tan testarudo —sonrió con desánimo—. Yo también lo extraño mucho y estoy dispuesta a esperarlo todo el tiempo que sea necesario.

—¿Y si mejor no esperas y tú vas a él?

—¿A qué te refieres?

—A que viajes a Japón y te reúnas con él. Incluso estoy dispuesta a pagar tu viaje.

—¿Por qué haces esto?

—Le tengo un gran cariño a Yuta y verlo así no me contenta para nada. —admitió con una mueca de lástima.

—Pero yo...

—No pienses sólo en ti, también en él, por favor. Yuta es una increíble persona y es lamentable verlo tan abatido. Tú podrías acabar con esa tristeza.

La menor guardó silencio y suspiró. Realmente quería estar con él lo más pronto posible, pero no podía tomar decisiones a la ligera en ese momento, también tendría que hablarlo con sus amigos y mamá.

—... Lo pensaré. —forzó una sonrisa.

(...)

Las palabras de Yurih mantuvieron su cabeza ocupada durante toda la tarde. Si bien la oportunidad parecía muy tentadora, no estaba segura de si era buena idea. ¿Ir con él y hasta conocer a sus padres? Suena lindo y aterrador.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el vibrar de su celular. Echó un vistazo a la pantalla y se dio cuenta de que era un número desconocido, aun así, atendió.

—¿Hola?

___, hola. Soy Yurih. Necesito hablar contigo urgentemente. Algo le ocurrió a Yuta.

Aquellas últimas palabras le helaron la sangre y se levantó abruptamente del sofá.

—¿Qué? ¿Todo está bien? ¿Qué ocurrió?

Ven a la plaza del centro. Hablemos allí.

En ese instante no tenía cabeza para pensar con sensatez. No estaba segura si lo que Yurih dijo era cierto o no, pero con tan sólo pensar en Yuta era razón suficiente para ir.

Salió rápidamente de su casa y fue directo al lugar dónde Yurih le citó.

Al llegar, se percató de la presencia de todos sus amigos, incluyendo a Hansol y todos modelaban una expresión afligida, cosa que la alarmó.

—Chicos, ¿qué ha pasado? ¿Todo está bien?

—___, Yuta te necesita —habló Yukhei y se tomó una larga pausa antes de decir—: Acaba de sufrir un accidente y está en el hospital, él te necesita.

Ella sintió su mundo caer ante la abrupta noticia y por poco se desmorona al suelo si no fuese porqué Nahyun la sostuvo. Estaba ocurriendo demasiado en tan poco tiempo. Debía ser una jodida broma.

—No pienses en nada. Sólo toma un vuelo a Japón y ve con él, por favor. —añadió Yurih, mirándola suplicante.

—Sí, pequeña, sabemos que te importa mucho. —intervino Hansol.

Ella se sentía abrumada. ¿Por qué? ¿Por qué de repente ocurrió algo así? Tenía sus emociones al tope y perdió la capacidad de pensar.

—Te apoyamos y entendemos que él te necesita. —sonrió Nahyun.

Todos la miraban expectante a su decisión. De verdad no había nada en qué pensar. Si Yuta la necesitaba, no lo dejaría solo.

Cuando menos lo pensó, compró un boleto de emergencia, empacó un par de cosas a la velocidad de la luz y en cuestión de minutos ya se encontraba en un avión de camino a Japón. Estaba nerviosa, claro, la noticia que los chicos le habían dado la tenía llena de angustia y temor. Yurih también le prometió llegar en cuanto terminara de atender un asunto pendiente.

Movía su pierna con ansias, echó su cabeza hacia atrás y cerró los ojos intentando no llorar. Una vez más sintió su móvil vibrar sobre su pierna y lo tomó con rapidez. Era un texto de Yukhei.

«Xuxi:
Pequeña, no te preocupes, lo de Yuta fue sólo una mentira, él está perfectamente bien, sólo no encontramos otra manera de hacer que te reunieras con él lo más pronto posible. Lo siento por el horrible susto, te quiero<3»

Be with You ; Nakamoto YutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora