03.

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—¿Se puede saber porqué patatas no viniste ayer? —reclamó a su amigo mientras le daba un zape.

—¡Auch!, ¿eso por qué fue?

—Por dejarme sola, no tienes idea de lo que ocurrió. —rodó los ojos con tan sólo recordar.

—¿Qué? ¿qué sucedió? —su amigo la miró intrigado.

—Pareces una vieja, Yukhei. —se burló.

—Lucas... Lucas. —corrigió alargando lo último.

—¿Por qué insistes en que te llame así?

—Cuando sea famoso yo...

—Oh, ahora veo —ni siquiera lo dejo terminar, logrando recibir una mirada de pocos amigos, lo que le hizo reír—. Como sea te seguiré llamando Yukhei.

—Aburrida —resopló—, mejor cuéntame lo que pasó ayer.

—El profesor Nakamoto me dejó en detención por llegar tarde y bueno... Ya sabes cómo es. —frunció los labios.

—¿Muy guapo, joven y coqueto?

.

—No, amargado y exagerado.

—No niegues que te gusta. —canturreó.

—¿Qué? ¿estás loco? —rió sin ganas— Es un profesor, no podría gustarme.

—¿Y eso qué? —alzó los hombros— Ambos son mayores, la única diferencia son los años pero aún así...

—Sí, está bien Lucas, lo que tú digas.

—¡Me llamaste Lucas! —sonrió.

—Sólo para que te callaras —apretó los labios—. Por cierto, recibiré tutorías esta tarde y creo que hasta que suba la nota de cálculo. Sólo para que sepas.

—¿Con quién? A ti no te agrada el profesor Cha.

—Y por eso el profesor Nakamoto me ayudará. —comenzó a caminar dejando a Yukhei atrás.

—Espera, no qué tú... Pero... Ahg. —negó yendo detrás de ella.

(...)

—Te avisaré cuando esté en casa, no te preocupes.

—¿Tu madre sabe de esto?

—Sí y no...

—Explícate. —se cruzó de brazos.

—Le dije que debía quedarme después de escuela porqué tengo un proyecto grupal.

—Parece como si escondieras algo. —su amigo entrecerró los ojos.

—Sólo no quiero que ella se entere de que estoy muy baja en cálculo, si lo hace me cuelga.

—Está bien, si necesitas o pasa algo, no dudes en llamarme.

—Está bien, Yukhei.

—¡Lucas...! —corrigió con desespero.

—Cómo quieras —rió y entró al salón—. Te veo mañana, cuidate.

—Tú igual. —su amigo comenzó a alejarse.

Nakamoto aún no estaba en su salón por lo que se sentó a esperarlo. No iba a mentir, estaba nerviosa y sólo quería salir corriendo de ahí. Rogaba en sus adentros que Nakamoto no se pasara de listo y comenzara con sus coqueteos.

Es que el problema no era que lo hiciera, sino lo que causaba en ella, cosa que la confundía totalmente. Era muy atractivo, bastante, y sobre todo podía darse cuenta que era de los tipos románticos.

Unos pasos la obligaron a salir de sus pensamientos y al voltear se encontró con su tormento. Él sonrió al verla y se acercó.

—Pensé que no vendría, creo que sí quiere mejorar.

—Sólo procuro evitar reprobar una materia y ganarme un regaño. —rió nerviosa.

—Bueno, ¿deberíamos comenzar? —jaló una silla al lado de su escritorio— Venga aquí. —él se colocó en su silla mientras ella se acercaba nerviosa.

Se repetía una y mil veces que se controlara y que todo iba a estar bien. Una vez a su lado sacó sus materiales mientras sentía la mirada del profesor Nakamoto sobre ella.

Por favor, deje de mirarme.pensó.

Le indicó a Yuta cuales eran los temas que no entendía y así dio inicio a lo que eran sus tutorías. Nakamoto le explicaba de la manera más fácil y eficaz que podía; él realmente tenía bastante conocimiento de aquellos temas. En el proceso podía sentir la mirada de Yuta, el tono muy dulce y tranquilo que usaba al explicarle, de ahí nada más y eso la tranquilizaba.

—¿Cree poder hacer uno usted sola?

—Mhm... Lo intentaré. —asintió.

Yuta escribió el problema sobre la libreta y se lo pasó. Ella tomó el lápiz y comenzó lo que era un tipo de odisea para ella. Se detuvo a pensar, tratando de recordar como Nakamoto se lo había explicado.

Otra vez la mirada de Yuta sobre ella.  Tomó valor y levantó la suya para encontrase a su profesor sonriendo ladino mientras la veía. Tragó fuertemente y regresó su vista a la libreta cuando de repente sintió su mano sobre su cabello; dio un brinco asustada y miró a Yuta por unos segundos.

—¿Por qué se asusta? No le haré nada malo.

—... ¿Qué hace? —dijo casi temblando.

Al verla así su rostro cambió inmediatamente por uno de vergüenza y arrepentimiento.

—Lo siento, no fue mi intención asustarla... Es sólo que...

—... No lo haga, por favor. —habló de la misma manera.

Yuta asintió y la dejó terminar el problema y cuando finalmente lo hizo le entregó la libreta a Nakamoto para que la revisara. Unos cortos minutos después él la vio con una sonrisa de aprobación a lo que ella le regresó la sonrisa, emocionada. Continuó explicándole otros problemas y así avanzar más.

Una vez que ya habían acabado, ella se levantó para tomar sus cosas, sintió una leve fuerza empujarla contra el pizarrón. Miró con temor a Yuta, quien colocó los brazos a sus costados dejándola sin escapatoria. Ambos apreciaron el rostro del otro; Yuta con gran tranquilidad mientras que ella sentía su pecho subir y bajar con rapidez.

—Es una chica muy linda, cuidese. —sonrió y le guiñó un ojo para luego alejarse.

Ella tomó sus cosas y, literalmente, salió corriendo de allí. ¿Por qué se sentía así? Algo dentro de ella quería que Yuta continuara siendo así ya que de alguna manera hacía que sus emociones se juntaran en su estómago.

Que Yuta gustara de ella o se sintiera atraído no era algo malo, pensó. Después de todo, Yukhei tenía razón. Ambos eran mayores de edad, pero ¿qué pensaría la gente si la ven con su profesor? Era un tormento imaginarlo.

Be with You ; Nakamoto YutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora