—Xuxi, ¿dónde estabas? Te he estado buscando por mucho.
—Hablaba con Xiao —se sentó a su lado—. ¿Para qué me necesitas?
—¿Trajiste el trabajo de arte?
—Ahm... —se colocó pensativo.
—¡No me digas que lo perdiste y que escribimos las biografías de todos esos compositores para nada! —lo señaló con su lápiz.
—Tranquila, está en mi casillero.
—Oh bueno —su mirada cambió drásticamente por una pícara—... ¿qué hablaste con Xiao?
—Ah... Nada. —miró hacia abajo.
—Lucas... —alargó sonriendo— ¡dime! —lo zarandeó.
—Cálmate, sólo me pidió un favor.
—¿Y...?
—Me pidió que si le podía entregar una carta a Jungwoo.
La chica dejó de dibujar garabatos en su cuaderno para ver a Yukhei con sorpresa y confusión a la vez.
—¿Le gusta Jungwoo o qué? —su amigo asintió aún sin levantar la mirada— Ouh, mi Xuxi —lo abrazó—. Ella no era para ti.
—Está bien. No me gusta mucho.
—¿Estás bien? —lo miró aún sin separarse de él. Yukhei asintió una vez más, pero no parecía así—. Además, mi Xuxi es tan guapo que puede tener a más de una babeando por él.
—No soy tuyo.
—Sí eres mío —lo jaló del brazo—. Yo soy tu mejor amiga, yo te conocí primero, así que ni se te ocurra cambiarme el día que consigas novia. —lo señaló.
—Bien, bien... ya entendí. —rodó los ojos.
—¿Te parece si vamos por algo de comer después de clase? Podemos ir a esa pastelería que tanto te gusta. ¿Sí?
—Está bien.
—Ese es mi chico. —besó su mejilla.
—¡No seas pegajosa! —rió empujándola.
—Sólo trato de animarte.
(...)
—¿Por qué no?
—Bueno, le prometí a Lucas... digo, a Yukhei que saldría con él. —jugó con sus manos.
—Oh... ¿a dónde irán?
¿Para qué le preguntaba eso?
—Aún no lo sabemos —mintió—. Si me disculpa, debo irme. —sin esperar su respuesta salió de ahí.
Fue junto a Lucas y caminaron hacia la salida para dirigirse a la pastelería. El trayecto no era tan entretenido cómo normalmente, pues él iba algo callado, no obstante, ella intentaba sacarle plática y una que otra sonrisa.
—¡Sacamos un diez en arte, Lucas! ¿No te emociona eso? —se colgó de su hombro.
—Sí. —esbozó una sonrisa pero al instante esta desapareció.
—Vamos Yukhei, no estés triste, me lo transmites a mí —hizo un puchero—. ¡Mira, ya llegamos!
Lo tomó de la mano y lo jaló para adentrase al lugar. Apenas lo hicieron el olor a pastel, café y dulce inundó sus fosas nasales y por si fuera poco hizo sus estómagos rugir. Tomaron una mesa en la esquina, junto a la ventana, al momento de hacerlo una chica los atendió y mostró el menú para luego retirarse.
—¿Qué vas a pedir?
—No lo sé, hay mucho —dijo viendo con anhelo cada aperitivo. Si pudiera pediría todo—, ¿y tú?
—Tampoco me decido, todo se ve tan deseable. —rió un poco.
Parecía que a Yukhei le hacía bien estar ahí, pues su ánimo pareció subir, además de que había sido buena idea ya que un café iba perfecto con el clima. Al cabo de unos minutos se decidieron y tomaron su orden, mientras esperaban Lucas notó algo.
—¿Ese no es...? ¡hey, profesor Nakamoto! —se levantó un poco de su lugar.
Ella sintió ahogarse con su propia saliva al oír aquello. ¿Qué hacía Nakamoto ahí y por qué demonios Yukhei lo estaba llamando?
Oh no, ahí viene.
—¡Hey chicos! —dijo una vez cerca.
—¿Viene solo?
—Sí, sólo venía por un café y tal vez un postre.
Mentira, los había seguido sólo para saber que harían. Todo un loco, pero quería asegurarse del porqué ella no se quedó con él.
—Genial. ¿Le gustaría quedarse con nosotros?
—¡Xuxi! —exclamó ella.
—¿Qué? —la miró con el ceño fruncido— Tome asiento. —se corrió un poco y Yuta se colocó a su lado, sí, justo frente a ella.
—¿Ya ordenaron?
—Sí.
En ese instante llegaron sus pedidos y ahí Yuta aprovechó a ordenar lo suyo. Ella, por otro lado, se sentía súper incómoda, pues ni siquiera al estar frente a su amigo Yuta le quitaba la mirada de encima, aunque ella evitaba mirarlo desviando los ojos hacia la ventana.
Él y Yukhei mantenían una conversación mientras ella sólo hablaba en ocasiones.
—Una vez tuve que soportar que mirara una maratón de películas románticas por todo la tarde mientras lloraba.
Ni siquiera se había dado cuenta cuándo comenzaron a hablar de ella.
—¡Lucas! —lo miró molesta.
—¿Un corazón roto? —Yuta la miró casi riendo.
—No realmente. Es sólo que es amante de ese género. —explicó su amigo.
—Tú también, deja de fingir. —rodó los ojos y recargó su cabeza en sus manos.
—Sí como sea —Lucas se movió en su lugar—. ¡Necesito ir al baño!
Yuta inmediatamente se quitó para dejar a Lucas salir. Se quedó un momento parado hasta asegurase que el Lucas ya no estuviera y así poder sentarse al lado de ella. El corazón de la menor comenzó a latir rápidamente por su cercanía.
—¿Por qué tan callada?
—Usted y Yukhei parecen estar entretenidos con sus pláticas de chicos, ¿por qué debería meterme?
—Tal vez porqué me gustaría saber más de usted. —sonrió suavemente.
—¿Más de lo que ya sabe?
—De su vida personal no sé mucho, hasta ahora sé que ama el género romántico.
—¿No le da miedo que alguien nos vea así? Digo, está muy cerca de mí.
Yuta soltó una leve risa y se acercó hasta su oído, alarmando a la chica.
—¿Y por qué cuando usted me abrazó la otra vez yo no me quejé? —ella volteó a verlo, grave error, lo tenía muy cerca.
—Lamento lo de esa vez... pero ahora es diferente, si alguien nos ve no pensará bien.
Yuta se limitó a levantarse y colocarse donde antes estaba. Después de todo ella tenía razón, y lo que menos querían era meterse en problemas. Se aseguró que nadie los veía y colocó su mano sobre la de ella.
—Pero cuando me refería a que quería conocerla mejor, no mentía. —sonrió coqueto. La castaña volteó a verlo un poco nerviosa y apartó su mano, pues Yukhei ya venía.
—¿De qué me perdí? —preguntó el recién nombrado, sentándose al lado de su amiga.
—Nada interesante. —mintió ella mirando a Yuta, quien disimuladamente sonrió y le guiñó un ojo.
Una leve sonrisa se le escapó ante aquello. ¿Por qué le causaba tantas emociones?
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Be with You ; Nakamoto Yuta
Fiksi Penggemar"-¿En serio te arriesgarás a esto, a perder tu trabajo? -¿Y tú arriesgarás tu reputación? Ella lo miró por unos segundos. Era el hombre más lindo que jamás había visto y que le hacía experimentar sensaciones inefables. Sin duda le gustaba él. -Por...