Be with You ; Nakamoto Yuta

13.

Yuta iba de regreso a casa, esa sonrisa de idiota no se le podía borrar. Después de tanto al fin estaba siendo correspondido y se sentía extremadamente bien estando así. Tal vez así podía olvidar lo ocurrido de una vez por todas.

Lo que ocurrió.

Soltó un leve bufido al recordarlo. ¿Qué se sentiría estar luchando por alguien y que al final no te corresponda y sólo se aleje? Cuando pensó que al fin podía estar con esa chica, después de haber hecho y dado prácticamente todo por ella, sólo lo despreció.

Le prometió que estaría con él si lograba conquistarla, ¿acaso hizo algo mal? Nunca estuvieron en una relación seria pero sí la beso, salían, estaban juntos casi todo el tiempo, actuaban como si eran una pareja ¿y todo para qué? Para después recibir un: "No siento lo mismo, perdona." Sí, se enamoró de ella y fue doloroso haber pasado por aquello, pero no estaría atascado en el pasado sólo por un amor no correspondido y mucho menos ahora que sentía que lo estaba logrando con ___.

Introdujo la llave en el cerrojo y abrió la puerta. Estaba cansado, aunque deseaba estar con su pequeña en ese momento y escuchar su risa, ver su rostro sonrojado y tímido. Cielos, nunca pensó que estaría así por ella.

Tomó una relajante ducha y se colocó unos boxers y una calzoneta, nada más, después de todo no saldría y tampoco nadie lo iría a ver. Se lanzó sobre su cama, tenía muchas cosas por revisar pero sólo quería descansar. Cogió su celular y comenzó a revisar sus redes cuando alguien tocó su puerta.

Se levantó de su cama y se colocó una camisa antes de abrir. Nahyun, su vecina, le sonrió al momento de verlo mientras cargaba un sobre en su mano.

—Yuta —dijo en tono de saludo—, esto es para ti pero otra vez lo dejaron en mi correo.

—Hola —sonrió amable—. Gracias.  Creo que debería de poner una queja con los del correo. —bromeó.

—Meh, por mí no hay problema en venir a entregártelo.

—Sí pero no sólo ha pasado una vez, ni dos... De hecho más de cinco.

—Igual, caminar un poco no me hace daño. —rió.

—Si tú lo dices. —encogió los hombros.

—Bien, sólo venía para entregarte esto. Ten buenas noches. —agitó su mano.

—Tú igual. —sonrió por última vez y segundos después de asegurarse que la chica entró a su casa, cerró la puerta.

Yuta no era tonto, sabía que ella hacía eso sólo para verlo pero ¿por qué? Honestamente no veía señales ni gestos en ella que le llevaran a pensar que tal vez sentía cosas por él. Frente a él, Nahyun no se comportaba cómo una chica normal se comporta cuando un chico le gusta. Entonces, ¿por qué?

Dejó de pensar en aquello y se metió a su cama para poder descansar.

Mientras la castaña sostenía su teléfono sobre su pecho y moría de ganas por escribirle a Yuta. Estaba muy aburrida y sola, pues su madre había salido de la ciudad por casi tres semanas porque tuvo que acompañar a la señora Ji a una junta con unos inversores nuevos de la compañía. Lo detestaba, siempre la elegían a ella.

Tomó valor para escribirle a Yuta, aunque ¿qué debía decirle? ¿Un simple "Hola"?
Obvio, ¿qué no es esa la manera de entablar una conversación?
¿Tal vez un "¿Qué tal?" o tal vez él ya dormía y sólo lo molestaría.

Apagó su celular y gruñó para luego enterrar su cara en la almohada. Sabía que se veía estúpida con esa actitud indecisa y tímida.

En lugar de escribirle a Yuta, le envió un mensaje a su mamá deseándole buenas noches y luego apagó las luces para ir a dormir pero su celular se encendió, indicando que tenía una llamada entrante... De Yuta. Entró en un poco de pánico pero a los segundos tomó aire y valor para contestar.

—¿Hola?

—___... —lo escuchó decir en un susurro.

—Yuta... —habló de la misma manera.

—No pregunte nada, sólo quería hablar con usted.

—Bueno... yo también quería, sólo que no estaba segura de si hacerlo o no. —mordió su labio y lo escuchó reír del otro lado.

—¿Está sola?

—No —contestó dudosa—, bueno, sí. ¿Acaso me espía? —Yuta rió.

—Ahora creo que sólo atiné. Quería preguntarle algo, ¿usted irá a la excursión?

La chica tardó unos segundos en responder, sabía que Yukhei le rogaría hasta convencerla de ir pero ella no quería, a menos que su amigo lograra hacerlo.

—Aún no lo sé. ¿Usted?

—Me decidí a no ir, tengo demasiado que hacer, muchos papeles que revisar y cosas que preparar —suspiró—. La necesito.

—¿A mí? —Yuta emitió un sonido en positivo— No se preocupe, le dije que sí le ayudaré.

—No, algo diferente a eso.

La menor frunció el ceño para sí misma, sin comprender a qué se refería.

—¿Entonces qué...?

—Quisiera que estuviera a mi lado —admitió, dejando a la chica sin palabras y con su corazón latiendo al máximo— ¿le molesta si la acompaño?

—No bromee así.

—¿Se escucha como que bromeo?

Miró alrededor de su habitación sin idea de qué contestar, hasta que su vista cayó en el reloj colgante, era algo tarde.

—Será mejor que me vaya a dormir, es tarde. —dijo yendo en contra de lo que realmente quería.

—Está bien —rió él— pero lo de acompañarla lo decía en serio y lo seguirá hasta que acepte, en fin, la veo mañana. Tenga buenas noches.

—Gracias, usted igual.

—Sueñe conmigo. —rió y antes de que ella pudiera decir algo, colgó.

Dejó el móvil a un lado mientras sentía que una sonrisa se formaba en su rostro. Maldito Yuta, ahora ya no podría dormir pensando en él.