El día de su cumpleaños finalmente llegó, y aunque Yuta no iba a estar con ella, le bastaba con compartir el día con sus amigos y mamá.
Pasó la mañana entera con su mamá. Primero fueron a desayunar y después a visitar un jardín botánico público al que ___ adoraba visitar de pequeña. Recorrieron sus amplias senderos mientras hablaban y sacaban una que otra foto.
La mujer procuró aprovechar al máximo el tiempo con su hija, pues para el medio día tenía una importante junta en su trabajo.
Hansol, Nahyun, Yukhei y los demás amigos de este último se encargaron de preparar una fiesta sorpresa para ella y así levantar sus ánimos. No era algo inusual verla decaída, lo cuál era lamentable.
Después de pasarla con su mamá, la castaña ingresó a su casa. Se echó pesadamente al sofá y soltó un suspiro. Nakamoto aún no se dignaba a hacerle una llamada. No es que le agradara aquello de estar recibiendo felicitaciones por su cumpleaños, pero quería escuchar su voz y que al menos le preguntara cómo estaba.
Su celular vibró y lo tomó con mucha prisa, teniendo la esperanza de que fuera el japonés, pero era Yukhei quien le llamaba. Contestó y él le dijo que pasaría por ella dentro de unos poco minutos. Ella accedió y después de colgar, se quedó descansando en el sillón hasta que Lucas apareció.
—¿Cómo está mi hermosa cumpleañera? —entonó feliz y de inmediato se lanzó en un efusivo abrazo que la elevó del suelo.
Yukhei no necesitaba desearle un feliz cumpleaños porqué ya lo había hecho. Siempre lo hacía desde el momento en el que el reloj indicaba la media noche. Según él, era su responsabilidad ser el primero en felicitarla.
Cada año tenía que escuchar las quejas y reproches de la castaña por llamarla a esa hora.
—¡Xuxi! —mencionó risueña— Estoy muy bien, ¿tú?
—Súper. ¿Estás lista? No voy a dejar que pases aquí sola el día de tu cumpleaños.
—Lo estoy. Vámonos.
—Pero antes —Yukhei se giró, dándole la espalda y se agachó un poco—... Sube.
—Xuxi, estás loco. —rió pero de todas maneras se trepó en su espalda.
—No voy a dejar que la reina camine por su cuenta.
—Pero tu auto está a menos de veinte pasos.
—No importa.
(...)
—¡Sorpresa!
Todos los presentes allí, salieron de su escondite. Aquello le sacó un enorme susto y no pudo retener un grito.
—¡Auch! ¡Mide tus gritos! —se quejó Yukhei, quién aún la cargaba sobre su espalda.
—Lo siento, Xuxi.
—¡Hermosa, baja y ven a recibir tu abrazo! —gritó Hansol mientras extendía sus brazos para ella.
—¡Ya voy!
___ corrió hacia él y dio un pequeño brinco para rodearlo por el cuello y, al igual que Yukhei, Hansol la elevó un poco del suelo.
—Feliz cumpleaños, linda. —musitó sobre su oído.
—Gracias, Solecito. —sonrió ampliamente.
Hansol siempre usaba ese tipo de calificativos para dirigirse a ella, por mucho que le pedía que no lo hiciera. Lo admitía, el cariño que el mayor le demostraba era algo que le llenaba el corazón de ternura y calidez.
El resto de los amigos de Yukhei también le desearon un feliz cumpleaños y entonces dieron inicio a su pequeña fiesta.
Ella no paraba de repetir lo agradecida que estaba con todos por su lindo gesto. De no se por ellos, posiblemente se encontraría llorando por la ausencia de Yuta.
Se entretuvieron con todo tipo de juegos y aunque algunos sugerían incluir alcohol para hacerlo más divertido, Yukhei se negó rotundamente ante la idea.
La castaña se encontraba más que feliz. Logró olvidar su mala racha gracias a que no paraba de reír junto a los chicos. Definitivamente todos se acoplaban a la personalidad de Yukhei y, por eso las risas y diversión no cesaron.
Hansol se había encargado de comprar el pastel favorito de ella y, después de cantarle y hacerle pedir un deseo, todos degustaron del postre. Agradecía que Yukhei no haya estrellado su rostro contra el pastel cómo de costumbre. Así se ahorró una enorme vergüenza.
Para aquel ese entonces, ya todos se encontraban metidos en sus asuntos, mientras ella platicaba tranquilamente con Hansol. Más tarde, Yukhei se les unió.
Ya comenzaba a anochecer y poco a poco todos se fueron despidiendo y a marcharse. Sólo quedó Yukhei y Hansol junto a ella, pero este último se fue minutos después.
—¿Quieres regresar a casa o quedarte aquí? —preguntó Yukhei, sentándose a su lado.
—Prefiero regresar. Mamá no está y no le gusta que deje la casa sola por mucho.
Yukhei asintió y, después de limpiar juntos, regresaron a casa de la menor, dónde él se quedaría con ella.
___ revisó su móvil para verificar si tenía algún mensaje de Yuta, pero nada aún. Suspiró pesadamente y colocó su vista en la ventana. Se sentía dolida de ver que Yuta ni siquiera se había molestado en escribirle.
Una vez llegando a su casa, corrió a tomar una ducha. Yukhei se quedó afuera, pues dijo que llamaría a Yuqi, quién recién había salido de la ciudad para visitar a sus padres. Cuando terminó, regresó adentro con su amiga, quien estaba sentada sobre el sofá y mirando atentamente su teléfono.
—¿Por qué miras tanto a tu celular? ¿Esperas alguna llamada?
—No, Yukhei... Yo sólo... —musitó tristemente y sin voltear a verlo.
Su voz salió débil y prefirió guardar silencio.
—¿Yuta no te llamó en todo el día? —se colocó a su lado y la rodeó con un brazo; ella negó y se recargó sobre el hombro de su amigo— Seguramente está ocupado. No estés tan triste.
—Es que ya casi nada es igual, Yukhei. Nuestra comunicación se disipa cada vez más.
—¿Y te gusta estar así? —la miró atento, deshaciendo el abrazo para enderezar su postura— ¿Te gusta pasarla mal sólo por él?
—No, pero aún así lo quiero mucho —musitó cabizbaja—. ¿Tú crees que él no me conviene?
—No estoy diciendo eso, pero últimamente casi ni sonríes. Siempre andas afligida y eso me aterra.
—Supongo que estoy exagerando un poco la situación y no debería... —rascó su cabello de forma tímida—... Pero es que Yuta me ha estado hablando de forma cortante y, aunque no quiero, me hace pensar que tal vez hay alguien más.
—¿Eso crees tú? —Yukhei la miró con lástima y la castaña asintió— No seas negativa. Estoy seguro que es cuestión del trabajo y te llamará muy pronto, pero no estés así —acarició sutilmente su espalda—. Oh sí, se me olvidó que tengo un regalo para ti. Lo olvidé en mi auto. Ya vuelvo.
Yukhei se levantó y salió corriendo de la casa.
La castaña se mantuvo en su lugar y abrazó sus piernas, al mismo tiempo, hundió su rostro entre el hueco de estas. El resentimiento por la falta de comunicación con Yuta le afectaba mucho y no era para más, aquel hombre la traía completamente enamorada, ocupando su mente la mayoría de tiempo.
Cada vez lo extrañaba más y más. Lamentaba mucho que su relación se deteriorara de a poco.
Yukhei ingresó nuevamente a la casa pero ella no se molestó en mirarlo para saber qué regalo le trajo. Sólo quería quedarse así por unos largos minutos. Deseaba ir a su habitación, lanzarse a la cama para hundir su rostro en la almohada y llorar hasta perder la consciencia.
—¿Piensas quedarte así toda la noche o me recibirás con un abrazo? —escuchó aquella inconfundible voz. Su anatomía quedó completamente congelada y su corazón se aceleró al instante, sin poder comprender lo que estaba ocurriendo.
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Be with You ; Nakamoto Yuta
Fiksi Penggemar"-¿En serio te arriesgarás a esto, a perder tu trabajo? -¿Y tú arriesgarás tu reputación? Ella lo miró por unos segundos. Era el hombre más lindo que jamás había visto y que le hacía experimentar sensaciones inefables. Sin duda le gustaba él. -Por...