55.

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La cena con sus padres fue magnífica. La comida estuvo deliciosa y los temas de conversación no faltaron; parece que siempre hay algo entretenido para conversar con ellos. Así los padres de Yuta pudieron conocerla mejor y viceversa.

Bastó con ver la forma muy respetuosa en que la castaña se dirigía a ellos y las miradas amorosas que le daba a Yuta para darse cuenta de que era una buena chica.

Ojalá mi mamá lo hubiera aceptado así de fácil a él, pensó ella.

La menor se ofreció en ayudar a limpiar la cocina junto a la mamá de Yuta y aunque la mujer se negó al principio, terminó aceptando por la insistencia de la chica.

Una vez terminando de limpiar todo, fueron a sus respectivas habitaciones. Claro, los señores Nakamoto se aseguraron de preguntar dónde ella dormiría y Yuta se adelantó a responder que con él. Así que allí se encontraban, listos para descansar en brazos del otro cómo tanto lo habían anhelado.

—Tú acomódate allí —le indicó él, señalando la cama—. Yo iré por el colchón inflable.

—Yuta —lo llamó antes que este pudiera salir—... Si vine aquí es porqué quiero estar contigo, lo que implica dormir contigo.

—Pero no quiero incomodarte. La cama es muy pequeña.

—No me importa. Yo quiero estar contigo. —se puso de pie para tomarlo de la mano y guiarlo a la cama.

Nakamoto se colocó en la orilla y ella a su lado, rodeándolo con su brazo y descansando una pierna en él. Yuta por su parte, se limitó a proporcionar suaves caricias en el brazo de la castaña.

—Prometo que mañana estaremos mejor, nos iremos a mi casa.

—Dónde sea que estemos estaré contenta mientras sea contigo.

El silencio inundó la habitación por un momento. Aunque Yuta estaba muy feliz de que su pequeña estuviera allí, aún sentía que le debía una disculpa por todo lo que le había hecho pasar.

—¿Todo está bien por allá?

—Sí. Yukhei y Yuqi están saliendo, a mamá le está yendo bastante bien en su trabajo y Hansol... pues él es feliz sea cómo sea.

—No te pregunté por Hansol. —entonó molesto, y aunque sólo bromeaba, era inevitable no sentir un poco de celos por aquel chico.

Ella volteó a verlo con el ceño y la nariz levemente arrugados.

—Hey, no seas malo. Él estuvo conmigo desde el primer día que te fuiste.

—No me digas eso que me pongo celoso.

—Bueno, entonces no hubieras... Olvídalo. —suspiró y volvió a su posición previa.

—No me hubiese ido —completó él—. Sí, tienes razón. No tienes idea de cuanto te extrañé; te necesitaba. Me arrepentí desde el primer día que regresé. Fue una estupidez haberte dejado, pero ¿qué se supone que haría para que no salieras lastimada?

—Yuta, eso ya no importa.

—Pero siento que debo disculparme contigo por ser un idiota y no decírtelo.

—Sé cómo te sentías. No eras el único involucrado y lo sabes, por lo tanto, jamás me molesté contigo al haberte ido. Yo también quería que todo acabara y supongo que las cosas cambiaron para mejor después de eso... Un poco. ¡Pero ya no importa! Quiero que ambos olvidemos todo eso, ¿entendido?

Be with You ; Nakamoto YutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora