Yukhei se encontraba otra vez con Xiao en una de las mesas de la cafetería. Era la hora del almuerzo pero lo cierto es que no tenía apetito. No pasó por alto el hecho de que su mejor amiga no asistió a clases ese día. Pensó en preguntarle a Nakamoto por ella, pero lo que menos quería era dirigirle la palabra a ese imbécil.
La echaba mucho de menos, claro que sí, y se sentía pésimo por haberla dejado así. Pasó todos esos días desanimado y no es que Xiao fuese aburrida, pero no era lo mismo que con su mejor amiga.
—Oye Yukhei, no es que me quiera meter en tus asuntos ni nada por el estilo pero... ¿Qué sucedió contigo y esa chica? Con la que siempre estás.
Incluso Xiao ya se había tardado en preguntar aquello.
—Nada. ¿Por qué la pregunta?
—Bueno, el Yukhei que siempre veo está feliz y sonriente todo el tiempo y hace mucho que no te veo con ella. Es tu mejor amiga, ¿no?
Yukhei estuvo a punto de contestar con un no, pero sería algo absurdo porque todos allí sabían lo inseparables que eran.
—Sí. Es sólo que ella ha estado muy ocupada estos días. —apretó la servilleta entre sus manos debido a la incomodidad.
Ya no quería más preguntas.
—Ahh, ya veo.
Xiao se colocó con la vista hacia en frente para continuar disfrutando de su almuerzo.
Los demás chicos no tardaron en llegar. Ni siquiera con ellos al rededor lograron sacarle plática a Yukhei y levantarle los ánimos, algo que no pasó desapercibido para el resto, pero se abstuvieron a preguntar.
Las demás clases pasaron y Yukhei aún seguía pensado en la inusual ausencia de su amiga. Pensó que tal vez se había enfermado y cómo él mismo le pidió que no le hablara, era obvio que no le enviaría un mensaje haciéndole saber que no iría.
Ya había tenido suficiente sin ella, así que al final de clases se dirigió directo a su casa. Una vez frente a esta, dudó unos segundos en tocar porque estaba un poco nervioso ya que no la veía desde hace mucho. Se sentía cómo un completo idiota por haber reaccionado así cuando, después de todo, nadie decide de quién enamorarse, eso sólo ocurre.
Dio dos toques a la puerta y segundos después esta se abrió dejando ver a su madre.
—Yukhei, cariño. ¿Cómo éstas?, ¿qué te trae por aquí?
—Muy bien ¿y usted? Sólo quería saber si ___ se encontraba en casa porque no fue a clases hoy.
—¿No ha asistido a clases?
Su madre parecía sorprendida y eso le pareció extraño a Yukhei.
—Sí, pensé que lo sabía. ¿Ella no está aquí?
—Ayer tuve una pequeña discusión con ella y ha salido de casa pero no regresó. Traté de llamarle, pero no contesta.
—Supongo que usted también ya sabe sobre ella y...
—¿Tú lo sabías?
—Hace poco me enteré y digamos que no reaccioné de la mejor manera. Por eso estoy aquí, quiero disculparme con ella.
—Me preocupa porqué yo tampoco tengo ni la más remota idea de dónde podría estar.
—Bueno si su discusión con ella fue por su relación con Nakamoto, ¿no cree que haya ido con él? Después de todo es al único que recurre cuando se siente mal.
—Pensé lo mismo. ¿Podrías intentar llamarla? Tal vez a ti sí te contesta.
—Eso haré, ahora debo irme.
—Gracias. Por favor, avísame si sabes algo.
—No dudaré en hacerlo, nos vemos.
—Cuídate.
Lo único malo era que Yukhei no tenía idea de dónde vivía el profesor Nakamoto. Le hizo ocho llamadas a su amiga y en todas lo envió al buzón de mensajes.
Por otro lado, la chica configuró su celular en modo silencio. Las llamadas perdidas de su madre y Yukhei sólo indicaban que ya sabían de su ausencia y seguro su madre estaba insistiendo a Xuxi con que le llamara para regañarle por irse.
Ya eran más de las seis, por lo que decidió preparar algo de comer para Yuta; no estaría refugiándose en su casa sin darle nada a cambio. Había pasado el día aburrida e inactiva, excepto por la parte en que ayudó a Yuta con la limpieza. No fue mucho pues él no era tan desordenado, pero aparte de eso, no encontró alguna otra actividad entretenida.
Escuchó la puerta principal cerrarse, por lo que dedujo que Yuta ya había llegado.
—Uh, ¿qué tenemos aquí? —habló en cuanto atravesó la cocina— Esto no me lo habías dicho. Bueno, sí lo mencionaste pero nunca pensé que sería testigo de ello.
—Exageras. Cómo si cocinar fuera algo de otro mundo. —rodó los ojos.
Yuta colocó su codo sobre la barra, y recargó su cabeza en el dorso de su mano sin apartar la vista de ella.
—No tienes idea de lo hermosa que te ves ahí. Me ilusiono.
—Ya basta. ¿Te ilusionas con qué?
—Con encontrarte aquí todos los días. —se reincorporó para tomarla por detrás de la cintura y plantar un beso sobre su mejilla. La chica rió.
—Mejor ve a ponerte algo más cómodo y regresas para poder cenar juntos.
—Cómo ordenes, mi amor. —recalcó estas últimas palabras para prácticamente salir huyendo, dejándola con un pequeño sonrojo.
(...)
Quince llamadas perdidas y un sin fin de menajes por parte de Yukhei. Ella salió a la acera para tomar un poco de aire fresco, pues sentía necesitarlo después de pasar el día entero encerrada.
Miró su celular por última vez y lo apagó para dejarlo a un lado.
—¿Qué haces aquí?
Percibió la presencia de Yuta a su costado, pero ella en ningún momento apartó su vista del frente.
—¿No deberías estar descansando, Yu?
—Debería, pero tu comportamiento me preocupa. ¿Qué ha pasado ahora?
—Yukhei no ha dejado de llamarme y enviarme textos en toda la tarde y tengo una que otra llamada perdida de mamá.
—¿Y por qué no contestas?
—Sé lo que dirán. Seguramente sólo quieren reprenderme el hecho de que estoy contigo.
—O tal vez no; tal vez Yukhei sólo quiere hablar contigo y ya... Y tu madre también. Son tu familia, no los dejes del lado.
—Pero ellos no me quieren ver contigo.
—Pero son tu familia por sobre todo —se puso de pie—. Creo que también he dejado claro que no pienso separarme de ti por más que lo intenten —se inclinó un poco para plantar un casto beso sobre sus labios—. No te quedes aquí por mucho tiempo. Te estaré esperando adentro.
—No tardaré. —le sonrió a medias y con eso Yuta entró a la casa.
Tomó su móvil con la intención de regresarle la llamada a Yukhei, pero ya eran pasadas las diez y, conociéndolo, ya estaba llenando la almohada de baba.
Suspiró con pesadez y se dirigió al contacto de su madre.
«Para Mamá:
Estoy bien, no te preocupes».Y dejó ir el texto.
Fue lo único que envió para después entrar a casa. Probablemente hablaría con Yukhei al día siguiente, aunque debía prepararse mentalmente de antemano.
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Be with You ; Nakamoto Yuta
Fanfiction"-¿En serio te arriesgarás a esto, a perder tu trabajo? -¿Y tú arriesgarás tu reputación? Ella lo miró por unos segundos. Era el hombre más lindo que jamás había visto y que le hacía experimentar sensaciones inefables. Sin duda le gustaba él. -Por...