Vestido

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Respiré profundamente antes de contestarle.

—Es Poché, no Ponché, estúpida —gruñí dando media vuelta con rumbo a la habitación ignorando su vestidito.

—Estúpida tu mamá —oírla decir eso hizo que mi paciencia ase agotara, con ella sí, no se metería —Que se murió dejándome libre a tu papito —me regresé a ella dispuesta a ponerla en su lugar, hasta que la voz de mi papá resonó en ese piso.

—¿Qué pasa aquí? —dijo situándose con nosotras.

—¿Le vas a contar lo que me acabas de decir? —mire a la mujer rubia que sonreía cínicamente.

—Tu hija Ponché no quiere usar el vestido que le compramos —anunció para el tendiéndole el vestido que yo no quise tomar.

—Déjame a solas con ella —le pidió él de forma tranquila, mi sangre hervía, me había enojado mucho su comentario.

—No quiero hablar —me rehusé desde el inicio siguiendo mi camino a la habitación.

—¡María José! Detente —mi papá se apresuró a llegar impidiendo que cerrara la puerta.

—¿Qué tienes? ¿Es que ya ni me puedes saludar después de la semana que pasaste en otro país? —volteé los ojos ante su regaño que ya estaba muy próximo.

Él no se comportaba así, él no era así.

—No te vi cuando llegué —dejé de poner resistencia para que entrara después de mí.

—Hija, siento que nuestra comunicación se ha perdido —sostuve el inicio de mi tabique nasal evitando enloquecer.

—¿Es necesario que te cases con Susei? —cuestioné cambiando el rumbo de su conversación.

—No voy a discutir ese tema dos veces —sonó irritado, —A ti no te importa lo que yo haga con mi vida personal, y si quiero retomarla casándome con ella lo voy a hacer.

—¡Es que no das cuenta que solo te quiere por tu dinero! —embravecí gritándoselo.

La adrenalina de ese momento provocó que el levantara su mano dispuesto a darme un golpe en la cara, literalmente.

—¿Me vas a pegar? —pregunté al ver que frenaba sus impulsos, —Ándale, hazlo —lo reté sabiendo que sí se atrevía todo lo que quedaba de nosotros se iría por un tubo, —Mamá estaría muy orgullosa —removí el tema que había logrado ponerme en esa situación tan inestable.

—¡No metas a mamá en esto! —interrumpió mi pensamiento lanzando el vestido a la cama, —Te vas a poner eso porque es lo que Susei quiere —molesto, caminó hacia la puerta con intenciones de salir.

—¿Y sí yo no quiero? —dije aún molesta.

—Te lo vas a poner —ordenó volviéndose, —¡Ahora Susei tiene el lugar de tu madre y tienes que obedecerla! —salió dando un portazo.

Al verme a solas emití un sonido de enojo, combinando con frustración y tristeza. Mis ojos comenzaron a humedecerse dándole pasó a mi llanto.

Sostuve el vestido solo para lanzárlo a suelo y pisarlo. Estaba muy enojada, estaba convencida de que a nadie en esa vida le haría falta.

Me lancé a la cama y ahí, sujetando una de las almohadas volví a llorar hasta que mi cuerpo dejo de sentirse, hasta que mi ojos se cerraron perdiendo el sentido del tiempo.

-

Me moví ligeramente ubicándome en la hora que era, encendí la luz de la habitación mirando que el exterior estaba terriblemente oscuro.

Neptuno 26 | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora