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La luz volvió a aparecer en mis ojos y lo primero que pude enfocar fue a Juliana observándome con preocupación, mientras que lo que parecía ser una mujer revisaba mi pulso.
Cerré los ojos y los volví a abrir buscando a mi alrededor, estaba en lo que parecía ser una enfermería, sentía una camilla a mis espaldas y el aroma a alcohol invadía el ambiente.
—¿Se siente bien? —preguntó la mujer que usaba la bata blanca, —¿Bebió mucho? —negué ante su segunda pregunta.
—¿Y Poché? —pregunté mirando a Juliana, era a la última que recordaba antes de desvanecerme en el suelo.
Miró hacía la puerta y en seguida mencionó que estaba afuera. Traté de pararme, impedida por la mujer que colocaba un termómetro en mi boca.
—Al parecer estás bien, ¿Te sientes bien? —asentí volviendo a tener la intención de levantarme.
Cuando me senté logré sentir un ligero mareo, seguido de eso la mano de Juli sostuvo mi brazo.
—Yo les recomendaría que fueran a descansar —propuso la doctora, —Un club nocturno después del desmayo que tuviste no es una buena opción.
—Muchas gracias —dije para seguir a la castaña, quién me esperaba en la puerta y también agradecía.
—¿En donde está Poché? —fue lo primero que pude preguntar cuando la puerta se cerró y caminamos hasta llegar a la entrada del bar.
—¿Es esa Poché de la que me hablaste? —sorprendida cuestionó antes de responder.
—La chiquita de ojos aceituna — especifiqué mientras trataba de ver a sus espaldas.
—Ella estuvo ahí, ¿De acuerdo? Ahora yo creo que se fue a bailar —quiso restar importancia, pero claro que no dejaría el tema en paz.
—No esperaba verla aquí —sentí un nuevo mareo que me hizo recargar en alguna de las paredes cercanas.
—Es mejor que vayamos a casa —ofreció sacando las llaves del auto.
—Quiero hablar con ella —le conté con intenciones de caminar de nuevo al interior del club. Llevándome la sorpresa de Laura caminando molesta en mi dirección.
Me detuve y la miré seguir derecho, Juliana intentó decirle algo, pero tampoco la había dejado.
Segundos después Poché salió con una mueca de disgusto, me miró, pero se paso de largo.
—¡Laura! —dijo su nombre en voz alta, la pelinegra paró en seco recibiéndola.
Sin poder escuchar bien de qué hablaban puse atención en sus movimientos, no tardaron mucho para que la actriz la abrazara haciendo que mi ceño se frunciera en segundos.
—Vámonos, Calle —Jul a mis espaldas me recordó la situación en la que nos encontrábamos antes de que ellas dos llegaran.
Tratando de ignorarla imaginé lo que sería si yo me acercaba, era absurdo.
—¿Dani? —llamó con duda la castaña haciendo que prestara atención en ella, —¿Nos vamos?
—¿Sabes en qué hotel se están quedando? —con duda negó tomando mi mano para llevarme con ella a donde estaba el estacionamiento, —Estoy hablando en serio —me detuve, no estaba dispuesta en irme sin saber en dónde podría buscar a Poché.
—¡Juls! —el grito de una de las chicas a lo lejos llamó nuestra atención, de nuevo era Laura quien tenía de la mano a Poché, —¿Ya te vas? —preguntó como si yo no existiera, y era bueno ya que aproveché para evaluar a la chiquita que estaba a su lado.
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Neptuno 26 | Caché
أدب الهواةMaría José jamás pensó que esa noche su vida cambiaría de órbita y aunque comenzaba a girar en torno a ella, no estaba convencida de fomentar su espectáculo de exclusividad. Historia 100% original. Todos los derechos reservados® PROHIBIDAS COPIAS O...