Neptuno 26 | Caché

Aston

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—No pensé que te vería por acá, ¿Vienes llegando? —habló chica tomando la mano de quién la acompañaba.

—Algo así, vengo con mi amiga —le contestó provocando que la chica cambiara su expresión en segundos

—Hola —dijo dedicándole una mirada a la persona que sujetaba, —Ella es Kim, una amiga de Laura y mía —nos presentó a la susodicha.

—Mucho gusto, ahora que mencionas a Laura, ¿En donde anda? —Juli miró alrededor buscando la melliza de Lucía, quién recordaba perfectamente pese a las pocas veces que nos vimos de reojo.

—Dándose su papel de diva en el hotel en el que nos estamos hospedando, vine en su lugar —sonrió y luego le preguntó si quería que fuéramos a almorzar con ellas después de la reunión que tenían.

—Perfecto —aceptó sin preguntármelo, claro que le diría que yo no iba, no quería encontrarme a Laura.

Sin quererlo la imagen de ella con Poché vino a mi mente, lo que realmente no quería era encontrarme a Poché con Laura.

Aunque mi cabeza se negaba a ese pensamiento absurdo creía que era obvio por el último encuentro que tuve con ella.

*Flashback*

Las cosas en mi oficina en estaban en el mismo sitio aunque parecía diferente desde anoche que Poché había venido a verme.

Aún estaba afectada y sensible por la forma en la que se había enterado de todo con Mariana, me sentía atacada por ella misma y no comprendía como podía hacer para que Poché me dejara explicarle los motivos por los cuales no había dicho nada durante nuestra relación.

Estaba abrumada, me sentía arrepentida por haber sido desconsiderada soltando muchas palabras que en lo absoluto la definían. Sabía lo que la estaba afectando y aún así no había hecho nada por cortarme la lengua para evitar que siguiera arruinándolo.

Las llamadas de Mariana se hacían presentes en el teléfono y mi miedo porque fuera a tomar represalias en contra de nuestro divorcio crecía a medida de que se acercaba mi cumpleaños.

Solo quería que me firmara ese maldito papel.

Los golpes en la puerta hicieron que me sobresaltara, en seguida Polo asomó su cabeza.

—Hola señorita —saludo esperando mi contestación para seguir hablando, —Afuera la están buscando, su nombre es Laura Villa.

Antes de contestar me quedé un segundo digiriendo qué ella estuviera fuera de mi club.

—¿Te dijo lo que quería? —indagué.

—Mencionó que era urgente hablar con usted —aun sin saber la razón o imaginarla asentí siendo acompañada por él hasta la entrada principal.

Apenas asomé la cabeza al exterior fijo su mirada en mi, —Déjanos a solas, Polo, gracias —a medida en qué me acercaba sus ojos seguían puestos sobre los míos, —¿A qué debo tu visita?

Antes de que pudiera decir algo más sentí como descargó su mano sobre una de mis mejillas, el ardor en mi pómulo creció apenas puse mi palma sobre él.

—Eso fue para que no vuelvas a acercarte a Poché —aclaró apuntándome con su dedo índice.

Traté de hablar pero por supuesto no me dejó, me había tomado desprevenida.

—Daniela, yo no sé de dónde saliste ni mucho menos que querías lograr ocultándole un matrimonio a esa chiquita que lo único que ha hecho es quererte —alzó la voz mirándome con rabia, —Ella no se lo merecía, por Dios que no lo merecía.