Neptuno 26 | Caché

Photoshoot

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POV LAURA

Cerré la puerta a mis espaldas luego de entrar a la habitación, era claro que no esperaba mantener una conversación alterada con Daniela, y menos recibiendo la información que había decidido compartirme. Sabía que estaba en el restaurante del hotel, pero en ningún momento pensé encontrármela en la habitación de Poché, mucho menos después del acuerdo al que habíamos llegado con respecto a ella.

La molestia se expandía conforme los segundos pasaban, cómo era que se había atrevido a presumirla de esa manera cuando ni siquiera debía haber tenido cara para hacerlo. Estaba enojada no por lo sucedido entre ellas, estaba enojada porque a Daniela aún le faltaba mucho para merecer a alguien como Poché.

Traté de mantener la calma saliendo al balcón que tenía vista al mar, tomé airé y exhalando tranquilicé la sensación de irritabilidad que Daniela había dejado en mí.

Sujeté el barandal dejando que la brisa del exterior se impactara contra mi rostro, en seguida la puerta volvía a ser cerrada. Me giré sobre el mismo eje solo para recibir a la pequeña que había entrado directamente en mi dirección para abrazarme. La tomé de la cintura y luego acaricié su cabello cuidando no dañarla.  

El sentimiento generado en su contra despareció al verla llorar, otra vez por el mismo motivo.

Sin querer decir algo para no interrumpir el momento en que estaba desahogándose de lo que estaba sintiendo esperé a que ella fuera la primera que quisiera tomar distancia, me preocupaba toda la maraña de cosas que podrían pasar por su cabeza. 

—Lo siento —sollozó muy cerca de mí oído, —Soy lo peor, soy una estúpida, soy tan idiota, soy...

—Shh —hice un sonido con mis labios para que dejara de insultarse.

—Pensé que podía ser diferente —se separó para querer verme a los ojos y ahí estaba ella con sus mejillas empapadas y rojizas.

¿Cómo era tan linda?

Sujeté una de sus mejillas y luego le sonreí viéndola querer devolverme aquel gesto.

Suspiramos al tiempo mientras que volvía a tomarla entre mis brazos.

—¿Estás enojada conmigo? —preguntó apenas pudo y solo negué.

—Me irritó Daniela —admití sintiendo como buscaba mis manos. La sujeté y luego intenté sonreí otra vez para calmarla.

—Ayer estuve con ella —mencionó confirmándome el comentario de la castaña, dicho en la otra habitación.

Bufé y luego la solté para volverme de frente al barandal.

—Quería contarte, solo que no sabía cómo lo podrías tomar —retomó aquel tema y solo fingí estar bien con lo que escuchaba. Sabía que Poché amaba a Daniela, pero pensaba que de alguna forma la estaba ayudando a recordar el valor que ella tenía como persona, un valor que Daniela se había hecho cargo de borrar de su memoria.

—¿Ella se fue? —levantó sus hombros sorbiendo su nariz mientras que acomodaba el cabello que colgaba frente a su rostro por encima de su cabeza.

—¿Puedo dormir aquí? —asentí metiéndome a la habitación, escuchando como me seguía.

Quité las cabeceras extras y luego distendí las sábanas para acomodar el lado en el que ella dormiría; levanté la cabeza para mirarla extendiendo mi brazo en su dirección.

—¿Estás más tranquila? —hizo un puchero caminando en mi dirección para quedar frente a mí.

—¿Tú cómo estás? —cambió la pregunta posando sus ojos sobre los míos.