Límite De Amor Parte 1 #wattys2019

CAPÍTULO XVII

Cuando el auto entró a la Universidad, le pidió a Sebastián su chofer que se detuviera, miro por la ventana y ahí estaba Lissa sentada en una mesa, con sus libros y mirando hacia donde el estaba, pero no duro mucho pronto continuo con lo suyo. Bajo rápidamente, se acercó hasta donde ella, haciéndola salir pronto de su concentración porque alguien invadía su espacio de estudio, así que levanto la mirada y lo miro. Se veía tan hermosa con las piernas dobladas arriba en la silla con el libro en su regazo y tomando apuntes sin parar.

—Hola estudiosa —sonrió con encanto.

—David... —no supo que más responderle, de verdad que la había tomado por sorpresa.

—¿Es solo lo que me vas a decir? —puso su mano en la de ella, donde sostenía la pluma, le acaricio lentamente.

—Lo siento -cerro el libro —¿Qué haces aquí?

—Vine a verte ya que hemos estado desaparecidos unos semanas —respondió mientras subía una bolsa de papel en la mesa.

—Eso es verdad, pero no hemos dejado de mensajeros —le sonrió sin mostrar los dientes.

—Eso es verdad. Espero no me saquen a patadas de aquí —miro hacia todos lados.

—No lo creo. Bueno dime a que debo esta bonita visita —observo lo que David sacaba de la bolsa, de hecho estiró el cuello para mirar bien.

Saco dos cafés, un capuchino de vainilla y un café expresó de Starbucks. David le entregó el vaso con el cafe y le dio unos pequeños sordos para no quemarse la lengua. David la miro sin decir nada, solo observaba hasta que ella se percató

—¿Por qué me miras tanto? —sonrió nerviosamente, tomó un mechón de cabello y se lo paso por detrás de la oreja.

—No me canso de admirar tu belleza, tu perfección...

—¿Perfeccion? Me lo dices en serio —respondió en tono burlón.

—¿Comó podría burlarme de alguien como tú? —enarco una ceja.

—a hmm...mejor dime ¿Comó has sabido que el capuchino es mi favorito? —sonrió.

—Supongamos que alguien me lo comentó —desvío la mirada.

«ELIZABETH»

—¿Fue Elizabeth no es cierto?

—Tal vez... —la siguió observando

—Te a dicho algo más —dijo preocupada.

—Si —se inclinó un poco más delante para acercarse a su rostro que se estaba poniendo rojo —...Me ha dicho que me esfuerce mucho por ti, si te quiero de verdad —susurro.

«¡¡QUEEE!! En que momento se le ocurrió a Eliza decirle eso. Que vergüenza...»

—Eliza...

—Creo no te ha gustado mucho saberlo —respondió preocupado, mientras pegaba su espalda al respaldo de la silla.

—Es algo incómodo que te digan eso —le dio un sorbo al café —Es algo imprudente decir algo así...

—Para mi no fue incómodo te lo aseguró, ¿No crees poder estar con alguien como yo? ¿O simplemente no soy tu tipo? —la miro seriamente.

—No se trata de que crea poder estar con alguien, se tarta de no apresurar a las personas y mucho menos decir algo como eso con tal de tener un resultado final. Necesitas una mujer a tu altura no una Universidad...