CAPÍTULO XXXIII

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Tomo sus cosas y camino hasta su casa mientras se desahogaba en el camino, por fortuna no habría quien la espera, Elizabeth no estaba. Saco las llaves de la mochila y abrió la puerta; en ese momento una camioneta negra se detuvo en la calle y la miro entrar, cuando cerro, la camioneta avanzo de nuevo.

Lissa subió a su habitación al abrir la puerta ahí esta esa foto, que no la dejaría simplemente avanzar, así que saco una bolsa, tomo el portarretrato, saco el vestido usado en el evento junto a los zapatos, le hizo un nudo a la bolsa y la lanzo un rincón del armario.

Tomo su móvil de su bolso, busco su contacto eliminándolo, también elimino sus correos y mientras lo hacia el director del despacho donde hacia las practicas la llamo

Lissa ¿Qué tal?

Señor buenas tardes —limpio sus lágrimas.

Interrumpo.

No, no, dígame se le ofrece algo.

Mira te llamo porque, recordé que tú eres de Los Ángeles y allá tengo otro despacho y me acaban de llamar para decirme que tienen mucho trabajo y necesitan ayuda con algunos casos, necesito que te vayas con ellos, el domingo por la noche, a las 20:00 p.m. un chofer pasara por ti, para llevarte al avión privado que tenemos.

Sí, está bien señor, gracias por la oportunidad.

De nada. Te servirá para prepararte mas no te preocupes. Nos vemos.

Gracias —Colgó y se sentó en la cama, esa era su oportunidad para despejarse y recordarse por qué nunca había tenido una relación con nadie y de porque debía seguir con su objetivo.

David llego a su departamento, tomo una botella y comenzó a beber hasta que nuevamente sonó el móvil, se lo busco en el bolsillo y lo saco para responder.

Si —respondió con voz ebria.

¿David? Estas tomando —pregunto Jordy al escuchar la voz de su hermano.

David dio otro gran trago a la botella y la lanzo a la pared haciéndola añicos y luego respondió:

Si.

¿Todo bien?

Si.

Bueno...te llamo para decirte que estoy de regreso el lunes mi labor ya término, todo se solucionó y el trabajo vuelve en marcha.

Bien te estaré esperando.

Hasta pronto —colgó y el lanzo también el móvil a la pared haciendo que se estrellara la pantalla. Se puso de pie y tambaleándose camino a la habitación al entrar en la pared había un cuadro mediano donde se veía una pareja, era ella con él, Lissa sonreía a la cámara, mientras el la miraba.

Se detuvo a contemplarla y se dejó caer en la cama quedándose dormido. A la mañana siguiente, se despertó pero no para irse a la oficina si no para llamarle a uno de sus investigadores, para empezar a buscar pruebas y más cosas que necesitaba para ayudar a Tamara que por cierto también le llamo:

Tamara hola.

Hola David.

Ya tengo gente investigando, pero te llamo porque a partir de ahora, tendrás seguridad al salir, un terapeuta te tratara tus daños emocionales y abra una persona que te dará clases de defensa, sé que quizá no quedras nada pero tienes que aceptar sino no podre bien ayudarte ¿Me entiendes?

Si, Owen me hablo de lo mismo con el terapeuta.

Bien, dejare mis pendientes para ayudarte, pero necesito pedirte un favor después de que estés recuperada.

Si claro.

El amigo de Jordy en ese tiempo aprovecho para vigilar a Lissa, la tenía en la mira, pero para eso tenía que acercarse más a ella, tenía que ganar terreno y siendo sinceros, él nunca ha tenido malos gustos y quería a Lissa para él, así que lo de hacerle lo mismo que a las demás estaba 100% descartado. Día y noche no se movió de la casa, desde el miércoles que se le había acercado, no la había visto, ni siquiera a la ventana se había acercado.

Los días pasaron y David estaba metido en la investigación, que no había recordado que hoy era el cumpleaños de Richard hasta que Elizabeth le llamo para hacerle la invitación a la fiesta, cosa que sorprendentemente no rechazo, ya que se moría de ganas por ver a Lissa tenía días de desesperación, frustración, soledad y enojo por lo que había hecho.

En la casa de los Clowen arreglaban todo mientras que Lissa en su habitación hacia sus maletas para irse, pero antes le llamo de nuevo al director para comunicarle que ponía irse antes de la noche si era necesaria su presencia cosa que no rechazo el director y le dijo que entonces pasarían por ella a las 17:00 de la tarde.

Ya casi se iba eran las 16:00 y los invitados a la fiesta estaban llegando, su padre y Elizabeth lo sabían, así que la despedirían cuando llegaran por ella. A la media hora llego David a la fiesta con regalo para Richard y un detalle para Lissa, le iba a pedir a Elizabeth que se lo entregara por él.

Todos estaban en el jardín comiendo y pasándola bien, David busco a su buen amigo le entrego su regalo y lo felicito, hablaron y tomaron cerveza mientras el buscaba a Lissa con la mirada y como no la vio, a quien si miro fue a Elizabeth así que la siguió adentro de la casa.

Elizabeth hola

Hola David —le sonrió, al parecer ella no sabía nada del problema.

Oye me harías un favor...

Si claro —se limpió las manos .

Podrías darle este regalo a Lissa, solo no le digas que yo se lo doy  –le entrego una caja pequeña con un moño.

Ahora que... —el timbre de la puerta sonó —Espera —abrió la puerta y ahí estaba un chofer con su uniforme negro.

Buenas tardes vengo por la señorita Lissandra.

Si —David lo miro y no entendía que hacia un chofer pasando por ella. En ese momento unos pasos en las escaleras lo sacaron de sus pensamientos, era ella arrastrando dos maletas —Voy avisarle a tu papa  —salió al jardín.





















Límite De Amor Parte 1 #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora