CAPITULO LXXXI

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A la 1 de la mañana llegaron al hospital, el medico se llevó a Lissa a la sala de partos junto a David el cual se la pasaba preguntando si ella estaría bien, cuando los doctores le confirmaron, el solo espero, miro como Lissa gritaba y se aferraba a la camilla, una doctora estaba en medio de sus piernas mirando mientras le pedía a Lissa que pujara más, David parecía un león enjaulado, caminaba de un lado otro. Después de un largo rato y de mucho esfuerzo, el 5 de Junio del 2016 a las 2:20 de la mañana nace David Hoffman.

Le hicieron algunas revisiones al bebe, y se lo entregan a David el cual lo toma con sumo cuidado y lo mira con adoración, su hijo de piel blanca como su madre; a Lissa la pasarían a la habitación y David entraría después.

Lo siento... —logro decir mientras evitaba la mirada de David.

¿Por qué no me lo dijiste? —se sentó a un lado de ella.

Porque cuando me entere no estaba preparada para ello, mentalmente me sentía jodida, no creía que ya tan pronto fuera ser madre cuando aún ni siquiera iniciaba mi trabajo...Pero Owen me dijo que necesitaba solo acostumbrarme los primeros meses al ritmo del bebe después todo sería más fácil...

Owen lo sabía desde que te enteraste de tu embarazo.

Sí, pero le pedí que no te lo digiera... —dijo con tristeza.

Entiendo que tuvieras inseguridades, dudas, pero entonces para que nos casamos si no es para que nos apoyáramos...

No sabía que hacer...tuve mucho miedo...

Te das cuenta que si me hubieras dicho desde la primera vez esto te hubiera resultado más sencillo.

Si... —él se acercó a ella y le dio un beso en la frente.

Después de estar todo en orden con Lissa y su hijo, salieron del hospital, regresando a su casa. David bajo las cosas, mientras Lissa tomaba el portabebés entraron a la casa y Lissa dejo el portabebés en el suelo mientras se sentaba en el sofá.

Voy a llamarles a Eve y Richard para que vengan. También hay que llamar a tu trabajo para decirles que...

No le llames a nadie, solo quiero que seamos nosotros por ahora  —miro al bebe y lo saco.

¿Estas segura de eso? —se sentó a su lado mientras miraba a su hijo en los brazos de su madre  —Es todo tu parecido.

Tiene tu cabello —miro a David el cual sonrio —de verdad perdóname, mi mentalidad a veces no me ayuda sinceramente.

Déjalo estar, ya estas disculpada, solo recuerda que no es manera de enfrentar las cosas sola. Y menos algo como un hijo, nuestro hijo.

Los días pasaron y los Hoffman, se acoplaron al ritmo de el bebe y el ritmo de ellos, por sugerencia de David al director del despacho Lissa trabajo en su casa, así estaba con su bebe cerca. Los clientes y cosas que necesitara se los enviaban por fax o por un mensajero. David se iba muy temprano de su casa, pero regresaba a su casa temprano para no perder tiempo con su hijo.

Un día David estaba en casa y Lissa en el despacho de David en la casa, cuando uno de los abogados llego. Johan se había convertido en amigo de Lissa (aunque por lo muy bajo todo era mentira y no aceptaba la decisión de ella)  al ver su derrota cuando decidió casarse con él.

Lissa hola —entro al despacho.

Johan ¿Cómo estás?  –le sonrio.

-Bien y tu cómo te sientes —le regreso la sonrisa.

Bien, con bastante sueño, pero nada que el café no quite.

Ahora que lo mencionas...no sé por cual motivo pediste ausentarte un mes más —tomo una pluma y comenzó a jugar con ella.

Porque mi esposa debe estar con nuestro hijo ahora —contesto David detrás de él con el bebe en sus brazos, Johan giro en su silla y miro furioso a David, el cual lo retaba con la mirada.

Si...como el bebe apenas tienes días de nacido debo estar con él lo más que pueda ya que hay que estarlo alimentando.

Si me imagino. Déjame decirte que la maternidad te sienta de maravilla Lissa —dijo burlón, mientras miraba a David, el cual apretaba el puño que tenía libre.

¿Qué carajos haces aquí Johan? —dijo David enojado.

Vine a verla a ella —señalo detrás de el a Lissa.

A pues gracias, pero prefiero que me llames a que vengas porque esto se puede volver un problema para los 3  —Johan giro su silla de nuevo.

Tienes razón —se puso de pie —Espero verte de regreso en el despacho —le sonrio y se dio la media vuelta pasando a lado de David.

Ese maldito... —murmuro David.

David tranquilo. ¿Ya le toca de comer? —miro su reloj, David dejo de mirar la puerta y se acercó a Lissa con el bebe.

Si ya —Lissa desabrocho su blusa para alimentarlo.

Dime ya tenemos a una niñera lista.

Sí, se llama Jaz y una encargada para que nos ayude con la limpieza de la casa se llama Vicky.

La encargada no era necesaria, sabes que yo siempre arreglo la casa.

Prefiero tu atención únicamente con Dav —miro al pequeño que se alimentaba.

Más tarde cuando el matrimonio ya estaba en su cuarto descansando y él bebe en su cuarto con la radio y la cámara encendida, 2 sujetos se filtraban a la casa. Brincaron la barda, cruzaron el amplio jardín delantero y entraron por una ventana, ningún vecino se percató ya que las casas estaban retiradas y siempre había sido un lugar tranquilo, hasta en ese momento. Los dos tipos entraron a la casa y subieron los escalones, revisaron habitación por habitación, hasta que se toparon donde dormía la pareja, eran la 1 de la mañana, cerraron de nuevo la habitación con sumo cuidado, miraron la habitación de al lado y ahí estaba lo que buscaban

Jefe ¿Esta seguro? —miro lo que miraba el otro tipo.

Así es... —tomo cosas al lazar, mientras tomo lo que encontraron.

Espero que no se den cuenta que...

Deja de tener miedo no sabrán quien fue porque es noche y este siempre ha sido un lugar tranquilo para los que viven aquí —bajaron las escaleras y salieron nuevamente de la casa sin ser vistos por nadie.

Límite De Amor Parte 1 #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora