CAPITULO L

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Abrió la puerta y salió de la habitación, saco el móvil busco a su amigo entre sus contactos y le llamo

-Hola

-¿Hola? Es todo lo que tienes que decir después de la jodedes que le hiciste a David.

-Yo no he hecho nada, ¿De que me hablas?, yo estoy siguiendo a Támara y al doctor cucho.

-Pues es mucha coincidencia que le hayan dado una golpiza a David llegando a al Hotel.

-Pues sí que lo es, pero yo no he movido un solo dedo lo aclaro.

-Está bien voy en camino al departamento, nos vemos.

-Bien -Colgó y salió del hospital subiéndose a su auto.



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Los días pasaron, le había quitado el collarín que tenía, su cuello ya tenía movilidad, los moretones están desapareciendo poco a poco, uno que otro rasguño queda en su piel, las ventosas de la cabeza ya no eran 5 como al principio ahora solo eran 2, ya podía moverse más, salía de la habitación y comenzaba andar mientras Lissa lo seguía, el labio partido ya estaba sanado y desinflamado, solos sus costillas estaban un poco adoloridas pero esas se mejorarían con más días, las vendas que traía alrededor las protegería y lo ayudarían a respirar, la nariz por fortuna no tuvo intervención, pudieron realinear manualmente los huesos y cartílagos ya solo tomaría antibiótico para la infección en la nariz.

Después de unos días más de recuperación en el hospital por fin dieron de alta a David, Lissa firmo el alta, fue por los medicamentos que necesitaría tomar los próximos 10 días y la hoja de indicaciones sobre los ejercicios que haría para mejorar sus costillas; Lissa estaba decidida a cuidar de él, así que se lo llevaría a su casa.

-Se puede –tomo la puerta.

-Sí, pasa –ella entro encontrándose con David a medio vestir, solo tenía el pantalón del pans puesto, la playera le faltaba.

-Necesitas ayuda con el eso ¿verdad? –le señalo la playera que tenía en la mano.

-¿Me ayudas? –le sonrió seductoramente, mientras ella se acercó tomo la playera de sus manos, la puso en su cabeza, hasta que entro, después le ayudo a meter un brazo, después el otro y termino por bajar la tela completamente, sin querer sus manos se deslizaron por su pecho.

-L-Lo siento... -soltó rápidamente la tela y se giró hacia otro lado.

-¿Por qué? Es hermoso ver cómo te sonrojas por cosas pequeñas –sonrió.

-Mejor salgamos de aquí, tenemos que irnos ya.

-¿Iras conmigo hasta mi habitación del Hotel? –un brillo especial se asomó en sus ojos azules.

-No –tomo su bolso y dejo salir despacio a David.

-¿Entonces? –camino lento por el pasillo con Lissa.

-Iremos a mi casa, te cuidare estando ahí, mi madre te recibirá con gusto –se detuvo en el elevador y presiono el botón.

-¿Eve está de acuerdo?–curioseo.

-Sí y no me mires así –sonrió. Un niño salió corriendo de un pasillo hasta llegar a lado de Lissa, los dos miraron al pequeño que les sonrió amablemente.

-Hola –dijo feliz.

-Hola pequeño –dijeron en coro David y Lissa movió su mano saludándolo.

-¿Está enfermo? –señalo a David.

-No, lo que pasa es que el sufrió un accidente y se lastimo –se hinco ante el niño.

-¿Como cuando me caí de la bici? –pregunto.

-Si algo así –sonrió David.

-Le duele mucho verdad –miro a Lissa, la cual asintió sonriente.

-¿Y tú estás aquí con tus padres? –David dirigió su mirada a una enfermera que se acercaba a ellos.

-Si.

-¿Estas enfermo? –pregunto triste.

-Sí, tengo Leucemia y mis papis me han traído hacerme estudios de mi enfermedad.

-Siento la interrupción pero me lo tengo que llevar –tomo la mano del niño.

-No se preocupe en tendemos –miraron al niño –Esperamos que te recuperes pronto pequeñín –se despidieron y entraron al elevador.

-Es tan triste que un niño tenga una enfermedad así.

-Si. Espero que mis hijos no lleguen a sufrir  –dijo angustiada – No me gustaría verlos en un hospital siempre... 

-Las posibilidades que un niño nazca con una enfermedad es un poco baja siempre y cuando la madre tenga los cuidados, alimentación sana. Pero tranquila –la abrazo.


Cuando llegaron a la casa de Eve, los guardaespaldas lo ayudaron a bajar, mientras Lissa abría la puerta, lo ayudaron a subir a la habitación de invitados, se acostó con calma y se acomodo.

-Eve no esta.

-Supongo que saldría a comprar algo, ya regresara luego –acomodo las cosas de David en la habitación.

-Voy a darme una ducha, la necesito –se sentó cuidadosamente en la cama.

-Te llenare la tina no puedes ahora estar mucho de pie –entro al baño.

-Gracias, por recibirme y cuidarme en tu casa –se puso de pie para entrar en el baño.

-De nada. Amm... -lo miro nerviosa.

-¿Qué pasa? –la miro preocupado.

-N-No puedes qui-tarte la ropa so-solo... -dijo sintiendo el ardo en sus mejillas.

-No quiero hacerte sentir incomoda, no te preocupes, en lo que si te pediré ayuda es en la playera de nuevo –se rio nervioso.

-Está bien –él se dio la vuelta dándole la espalda, ella tomo la tela y la deslizo hacia arriba, sacándole los brazos con cuidado de no lastimarlo, se dio la vuelta mostrando su abdomen, pectorales y brazos a Lissa – y-ya ahora el baño es todo tuyo –le sonrió –las toallas están ahí dobladas y lo que necesites llámame andaré por aquí cerca.

-Gracias Lissa –tomo su mano y le dio un beso por encima de los dedos.












CONTINUARA...

Límite De Amor Parte 1 #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora