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En la última ecografía descubrimos el sexo de los bebés, un niño y una niña, ibamos a tener mellizos.
Minnie Ki, pudo graduarse, mantiene su trabajo en la galería, solo que entre semana hace el trabajo desde casa.

Creo que lo mejor que me ha pasado hasta ahora es que mis bebés hayan pateado, ese fue el día mas feliz, bueno aunque enterarme que iba a ser padre también fue uno de los mejores días de mi vida, a pesar de estar asustado.

Pero, volviendo al tema de mis bebés, hay muchas cosas que he aprendido.

Número uno: Nunca hacer enojar a un embarazado, menos aún si son gemelos o más bebés, Minnie Ki había pasado toda la tarde solo, y pensé en llevar la cena sin embargo él ya tenía la cena lista. Traté de decirle que debía tener mas cuidado, que no podía estar tan cerca del fuego de la cocina, y eso ocasionó que él se alterada, yo esperaba que se calmara no debía llevarlo al límite de sus emociones, solo guarde silencio ante sus reclamos, y eso provocó que me echara de la habitación. No podía decirle nada o reprocharle algo pues él estaba irritable. Aunque al final Minnie Ki llegó a medianoche a mi lado, pidiendome regresar a la cama... los bebés estaban pateando demasiado.

Número dos: Tener cuidado con su sensibilidad. Un embarazado se ponía demasiado llorón cuando algo le emocionaba, estabamos viendo una película de acción cuando la chica del personaje secundario recibió una bala, Minnie Ki comenzó a llorar en silencio hasta que vió al chico llorar en la pantalla, y su llanto se hizo audible, y comenzó diciendo "Pero Jongie viste cuánto sufrió?", "Eso no es justo...", "Por qué debió ser así?", "Hablaré a la compañía! Cómo se les ocurre matarla?!", incluso cuando la película terminó él siguió llorando...
Otro caso fue cuando entramos a una tienda de cosas para bebés, miraba cada ropita y no podía evitar lagrimear un poco, al salir de la tienda estaba todo rojito por causa del llanto...

Número tres: No te metas con la comida de un embarazado. Esa lección fue algo difícil de descifrar, los primeros tres meses al no saber nada no hubo problema, los siguientes dos meses las cosas si se complicaron un poco... nadie podía tocar su comida, y él buscaba excusa para comer hasta cuatro porciones, es decir, antes sí comía mucho -lo normal creo-, pero ahora y más sabiendo que tenía dos bebés en crecimiento dentro de él, aprovechaba para comer sus antojos, incluso cuando lo pesaron en la última ecografía me preocupé pero la doctora dijo que los bebés estaban sanos y con el peso ideal. Minnie Ki me pasó diciendo "Jongie... lo ves? Dejame comer mas!", bueno, teníamos la visita de nuestras familias y amigos, Aron se atrevió a robarle de su plato, lo que desató a sus hormonas, lloró mientras entre hipadas hablaba y le reclamaba, todos en la mesa se asustaron al verlo llorar, y trataron de consolarlo sin éxito... hasta que al escuchar sus sollozos, salí al patio, en cuanto me vió, trató de explicarme lo que había pasado, que la vida era injusta con él, y que Aron casi mata a sus bebés de hambre... solo pude seguirle la corriente... y era mejor así...

Número cuatro: Se volvió una bolita de ternura. "Jongie, quiero abrazos...", "Jongie, tengo sueñito, ya no trabajes...", "Jongie, puedes bañarme...", "Jongie~ besito~", "Jongie, acaricia mis cabellos...", "Jongie, esto...", "Jongie, aquello..."
Es un encanto escucharlo.
Espero que las demás lecciones sean mas faciles de aprender...

.....

- Te gusta este?- le pregunté mientras mirabamos ropa para él, todo por distraerlo, los chicos estaban preparando una fiesta en nuestra casa, aprovechando el paseo, le compraría algunas cosas que él quisiese.

- Umh... esa es bonita...- Minnie Ki me señaló unas camisas grandes rayadas y con estampados pasteles, mientras que con su otra mano acariciaba su pancita.

- Quieres que llevemos un par?- dije mientras me le acercaba, y le vi fruncir el ceño- Sucede algo?- cuestioné preocupado

- No...- susurró, apoyandose en mí, respirando pausado y dando grandes bocanadas de aire- Los bebés se mueven demasiado... y duele un poco... espera un segundo...

Me preocupé, y llevé una de mis manos a su espalda baja para sostenerlo, y mi otra mano descansó en su vientre acariciando por encima de la ropa. No sabía como era tener que llevar vida dentro de mí, pero sin duda admiraba la fuerza de Minnie Ki, tener que llevar dos bebés dentro debía ser dificil... más aún con casi ocho meses, la doctora nos había dicho que era normal, incluso le dió algunas vitaminas para poder mantener el peso y la salud de él y los bebés.

- Sigue haciendo eso...- susurró cerrando sus ojos, y con su respiración normal, apoyándose en mi cuerpo- Se calman cuando estás cerca... me alivia... puedo descansar un poco... ya no trabajes, hazlo en casa... no me dejes solo en casa...

Sonreí, yo les había dicho que así era. Me miró y asentí. De hecho había pedido trabajar desde casa, por lo menos hasta que los bebés tuvieran seis meses, no era licencia como tal, por qué debería repotarme una vez a la semana en la empresa pero los demás días todo sería desde casa...

Caminamos lento, y tomé un par de camisas que le habían gustado a Minnie Ki, un par de pantalones especiales, calcetines, tres abrigos, y cuatro sueteres grandes.
Fuimos a comer algo ligero. Minnie Ki había tomado su licencia en el trabajo, para poder descansar mejor, aunque a veces también le pedían apoyo vía telefono y por correo, las cunas y los muebles para la habitación de los bebés ya estaban armados, y por el momento solo tenía que descansar.

Guardé las bolsas en la cajuela del auto. Y nos dirigimos a nuestro hogar, Minnie Ki iba taradeando las canciones que llenaban el auto de forma suave. Después de que los bebés estuvieran tan inquietos parecía que le habían dado unos minutos de descanso, lo veía relajado...

Al llegar a la casa, todo parecía estar en silencio, hasta que nuestras madres hicieron acto de presencia junto a los balbuceos de Min Su...

- Sorpresa!!!- gritaron todos al unísono, Minnie Ki sonrió y llevó sus manos a su rostro sollozando levemente.

Todos comenzaron a abrazarlo y lo llevaron a la sala, la cual estaba llena de adornos, habían globos y listones colgando por todas partes. Fue algo divertido, contamos algunas situaciones que habíamos vivido durante los últimos meses, y la tarde se pasó entre risas, y todos hablandole al vientre de mi esposo...
Su ceño fruncido fue algo encantador de ver.

Desde la cocina pude admirar lo feliz que era, lo emocionado que estaba, mi ansiedad, mi nerviosismo, la necesidad que sentía de protegerlos, pero sobre todo el amor que le profesaba al padre de mis hijos...

Encuentro de sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora