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—¡Joder, mi cabeza!— se quejó el azabache mientras se sentaba en la cama. Al parecer se había tomado unos "vasos de más" la noche anterior. Cuando escuchó a su novio maldecir, entró corriendo a la habitación con una pastilla y un vaso con agua en las manos.

—Buenos días amor.— dijo con una sonrisa, sus ojitos achinándose. Cuando Yoongi se percató de aquella presencia, ignoró totalmente el punzante dolor en su cabeza y se puso de pie para devorar los labios de Jimin, introduciendo su lengua para que se enrollara con la ajena.

—Buenos días bebé...— susurró y tomó la cintura de su novio y así apegarlo más a él
—¿Qué es esto?— preguntó al ver la pastillita blanca que Jimin traía en sus manos.

—Es para la resaca. Tómatela.

—¿Y si no quiero?— sus ojos chocaron con los de él, ya que Yoongi empezaba a meter sus manos debajo de su polera, que era de Yoongi por cierto.

—Sé que lo harás...

—¿Como puedes estar tan seguro?

Jimin le guiñó un ojo, dejando al mayor confundido. Siguió atentamente los movimientos de su novio con sus ojos; viendo como el pequeño travieso ponía la pastilla en la punta de su lengua y cruzaba sus brazos detrás del cuello del azabache. Lo guió hasta la cama, sentándolo y poniéndose a horcajadas sobre él, frotando levemente su pelvis contra la ajena.

Con la lengua aún fuera de su boca, Jimin delineó los labios de Yoongi con la punta de su lengua. Y aprovechando de que este tenía la boca entreabierta, introdujo su lengua y dejó ahí la pastilla. Frotó con más entusiasmo ambas pelvis, provocando que su novio tirara su cabeza para atrás con los ojos cerrados y tragando por fin la pelotita blanca.

—Y-yoongi...— gimió débilmente cuando este lo miró antes de girarse y posicionarse entre las piernas de su novio, comenzando a embestirlo por sobre la tela —Fóllame...

        —¿Y por qué debería hacerlo?— la voz le salió más ronca de lo normal.

         —Porque t-tu también quieres follarme.— balbuceó. Yoongi arrancó los pantalones y los bóxers de la existencia de Jimin y sin esperar nada, introdujo dos dedos dentro de su calentita entrada —¡A-ah si!— gimió.

        —En eso tienes razón, bebé.

        Y mientras hacían de las suyas, Jimin olvidó totalmente el hecho de que tenía muchas llamadas perdidas de sus padres, cosa que traería muchas consecuencias.


:)


La habitación estaba totalmente a oscuras, de no ser por la tenue luz que traspasaba las grises cortinas, que le daban un toque más deprimente. Las sombrías sábanas tapaban el débil cuerpo del castaño, quien no tenía fuerzas ni para contestar las llamadas, ni para contestar los mensajes, sólo para llorar y pensar.

Nini trató varias veces de hablar con el, sin embargo el no quería; cada vez que trataba de hablar, un nudo se formaba en su garganta y era inevitable que las lágrimas no resbalaran. Por lo tanto no se le entendía en lo absoluto.

La escena de Taeyong con esa chica en el baño se repetía un sin fin de veces en su cabeza, atormentandolo. ¿Qué hizo mal? No podía entenderlo y el dolor se hacía cada vez más grande y profundo.

Aunque sus ojos ardieran como el infierno y se sintiera como la misma mierda, se levantó. Era lunes y tenía que ir al colegio. Después de dos días por fin tomó su teléfono; 25 llamadas perdidas de Taeyong, 6 de Yoongi, 9 de Jungkook y demasiados mensajes de las mismas personas que no quizo leer. Puso música y se metió a la ducha, luego se arregló y bajó a desayunar. Y desde luego que Nini le dió una charla motivacional, pero además, le contó que Jungkook preguntó todo el fin de semana por él, cosa que emocionó al castaño.

You warm me up ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora