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Jungkook suspiró cansado antes de beber un sorbo de su vaso de leche, lamiendo después el bigote que esta había dejado sobre su labio superior. Movía sus piernitas de atrás hacia adelante, ya que al estar sentado sobre la mesa isla de la cocina, estas quedaban en altura. Un adorable puchero se dibujó sobre sus labios inconscientemente, aún faltaban veinte minutos para irse al trabajo y estaba aburrido.

Desde su posición, tenía una perfecta vista del menor, quien dormía plácidamente en su cama mientras abrazaba una almohada. Y no lo culpaba por dormir tanto, porque el día de ayer había sido uno sumamente difícil para los dos.

—Tae... ¿Quieres que te prepare algo de comer?— preguntó suavemente mientras metía la llave dentro del picaporte para luego girarlo y así abrir la puerta de su departamento.

Dejó entrar primero al menor, quien simplemente entró al lugar y ni siquiera lo miró o le respondió.

—Tae.— volvió a llamar, un poco más fuerte antes de cerrar la puerta detrás de el.

Vió como Taehyung entró a la habitación de invitados y se encerró en esta.

—Mierda...— susurró. En grandes zancadas, se acercó hasta la puerta y la tocó un par de veces —Tae, ábreme. No te encierres, por favor...— pidió en un tono bajo, pero aún así no tuvo respuesta.

Decidió que era mejor no insistir, entonces se alejó de la puerta y fue a su habitación. Su pecho se oprimía con cada sollozo que escuchaba, y se odiaba cada vez más por no poder hacer nada al respecto. Pero Taehyung simplemente quería desahogarse a solas sin ser interrumpido.

Horas después, cuando la noche ya había caído sobre la ciudad, volvió a acercarse a la puerta de la habitación.

—Amor... Ábreme por favor...— pidió con la frente pegada a la puerta.

No hubo respuesta.

Dispuesto a irse, se alejó. Y antes de que se fuera, escuchó el pestillo ser girado, acompañado después del sonido que hacía la puerta al abrirse. Se giró sobre sus talones, viendo como desde la oscuridad de la habitación se asomaba el delgado cuerpo del pelinegro. Cuando su rostro recibió algo de luz, vió lo rojos e hinchados que estaban sus ojitos, sus mejillas y su nariz estaban rositas y su labio era apresado con fuerza por sus dientes.

—Lo siento, J-jungkookie hyung...— susurró con la voz entrecortada mientras agachaba la cabeza.

El mayor se acercó hasta Taehyung y lo envolvió entre sus brazos. La cabecita ajena se escondió en su pecho a lo que sus brazos lo rodeaban por el cuello.

—No vuelvas a hacer eso. ¿Me oíste?— murmuró, acariciando su cabecita.

—N-no quería molestarte...— volvió a susurrar.

Enojado por la respuesta, Jungkook alejó su rostro de su pecho para que lo mirara a los ojos.

—Taehyung, entiende que nada de lo que haces me molesta, joder. Estás pasando por un momento difícil, y estoy aquí para ti, lo estaré siempre. Si es necesario que llores en mi pecho durante horas, hazlo y te recibiré con gusto en mis brazos. Porque te amo, Taehyung. Te amo demasiado y quiero que te sientas bien, que te sientas acompañado.— los ojitos ajenos se acuaron Ven aquí...

You warm me up ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora