You warm me up ✧ KookTae

50

        La motocicleta de Jungkook aparcó fuera de su casa, por lo que Taehyung se sacó el casco y se lo entregó. Se puso de pie y salió del vehículo para pararse enfrente de su hogar. Lo observó unos segundos, sintiendo como el nudo en su garganta se apretaba a la vez que recordaba las terribles escenas que tuvo que vivir hace tan solo dos días.

        Los brazos del mayor lo rodearon por detrás, transmitiéndole todo su apoyo
—¿Estás seguro de esto, amor?— preguntó con suavidad, descansando su cabeza sobre su hombro.

        Puso sus manos sobre las de Jungkook
—Si... N-necesito esto antes del funeral...— murmuró en un hilo de voz mientras cerraba sus ojos con fuerza.

        —¿Y quieres que entre contigo o prefieres un momento a solas?

        —Entra conmigo... Por favor...— susurró lo suficientemente alto como para que escuchara.

         El mayor asintió, separándose de Taehyung para rodearlo y así quedar frente a él. Tomó su rostro entre sus manos y acarició sus mejillas, acercándolo después para besar su frente. Se separó lentamente, regalándole una pequeña sonrisa para aligerar el ambiente, para luego agarrar su mano y entrelazar sus dedos. Caminaron hasta la puerta y Taehyung se adelantó para meter la llave, pero su mano tembló en el intento. Temía encontrarse con la típica delineado blanco que hacían los policías con los cadáveres que se veía en las películas. Finalmente se auto alentó y abrió la puerta.

        Soltó todo el aire retenido en sus pulmones al encontrar su hogar con cada cosa donde debía estar. El lugar estaba tan silencioso, tan solo...

        —¿Y ahora qué haré con la casa?— murmuró cuando escuchó la puerta cerrarse detrás de Jungkook —Cuando mis padres fallecieron, la casa se le fue heredada a mi abuela... Y ahora es mía...

        —Eso tienes que decidirlo tú, Tae... Podrías venderla, seguir viviendo aquí...— volteó al menor para tenerlo enfrente —Si quieres, también puedes vivir conmigo.— espetó dulcemente acompañado de una pequeña sonrisa.

         —No quiero ser una molestia...— agachó la cabeza, sin embargo, Jungkook lo tomó por el mentón para que lo mirara.

        —Jamás serás una molestia para mi, lindura. Lo que más quiero es que despiertes todos los días a mi lado, y así verte todos los días: para poder besarte, abrazarte, apoyarte, mimarte...— besó castamente sus labios.

        Taehyung lo miró unos segundos, de verdad no tenía palabras para explicar lo agradecido que estaba de tener a Jungkook en su vida. Al igual que Yoongi, Jungkook se había convertido en su luz entre tanta oscuridad, en su soporte y en su compañero.

        Se abalanzó a abrazarlo por el cuello
—Gracias, Jungkookie... Muchas gracias...— susurró. El mayor sonrió mientras lo abrazaba, acariciando suavemente su cintura —Pero ten por claro que no pagarás ese departamento solo.— añadió al separarse.

        —Como tu quieras, lindo.

        Una leve sonrisa apareció en los labios del menor —Te amo, tanto...

        —También te amo...— sonrió el mayor antes de besar su mejilla para luego liberarlo de sus brazos —Iré a buscarte algo para que te abrigues porque hace frío, tu mientras tanto, haz lo que tengas que hacer. ¿Si?