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        Había pasado algo más de un mes desde que Taehyung llegó a Estados Unidos.

        Decir que no se sintió mal o que no lloró hubiese sido mentira, porque si lo hizo; incluso se quedaba horas llorando antes de irse a dormir. Era triste, pero era verdad.

        Sin embargo, no todo había sido lágrimas y lloriqueos. Los primeros días le fueron útiles para instalarse cómodamente en su departamento, que por suerte estaba ubicado en el centro de Nueva York. Aunque fuese más pequeño que el de Jungkook, era bastante lindo; la sala era espaciosa y estaba bien decorada con colores grises, la cocina era sumamente pequeña pero cabían por lo menos dos personas, el baño era también pequeño pero era cómodo, y la mejor parte, era su habitación. Esta, a parte de tener una cama de dos plazas y de las decoraciones grises y azules, tenía un hermoso ventanal situado frente a la cama, en el que se podían ver los edificios. Y como estaban en invierno, llovía o nevaba gran parte de la semana, otra razón por la que a Taehyung empezaba a encantarle la ciudad.

        Por otra parte, también había turisteado bastante; visitó museos, el famoso Times Square, la catedral de San Patricio, el Central Park y otras cosas. Si no hubiese estado en compañía de su nuevo amigo, realmente no sabría que habría sido de su pobre existencia.

         Vernon es un chico que había conocido por internet, semanas antes de partir a America. Amablemente se ofreció para recogerlo en el aeropuerto y llevarlo hasta su departamento, a parte de enseñarle y mostrarle lo más interesante de la ciudad. Taehyung se impresionó lo rápido que habían agarrado confianza, y no iba a negar que el chico era sumamente agradable.

        El peligris estaba terminando de colocar sus zapatos cuando escuchó el timbre ser tocado, por lo que se puso de pie y caminó hasta la entrada para abrir la puerta.

—A estas horas pensé que me dejarías plantado.— dijo divertido mientras se hacía a un lado para dejar pasar al rubio.

—¡Ya! No exageres. Me retrasé diez minutos.— puchereó antes de sentarse sobre el sofá —Tienes una cara de culo, Tae... ¿Qué te pasa? Tus ojeras son más grandes que mis ganas de comerme una hamburguesa.

Taehyung rió, tuvo que acuclillarse para terminar de amarrarse el zapato —Ah, lo sé. Estoy algo cansado por lo de la revista y eso...

—¿Estás seguro de que quieres ir a ver el desfile?

Se enderezó inmediatamente y caminó hasta su amigo para apuntarlo con el dedo índice —Por nada en el mundo me perdería un desfile de Tommy Hilfiger. ¡Jamás!

        —Okey, okey.... Ya entendí.— espetó con diversión antes de mirar su reloj de muñeca —Será mejor que nos vayamos si no quieres perderte tu querido desfile.

        Mientras el rubio se ponía de pie, miraba como el peligris caminaba hasta el perchero para tomar su abrigo y ponérselo, seguido de su bufanda y su boina, además de colgarse su cámara al cuello con ayuda de la correa. Entre chistes malos por parte de Vernon, lograron bajar por el ascensor, y cuando las puertas se abrieron de par en par, caminaron a la salida del edificio, siendo golpeados por una helada ola de frío.

Gracias a la ubicación del departamento de Taehyung, no existía la necesidad de tomar el tren subterráneo para ir al desfile, que a estas horas del día, de seguro estaba completamente colapsado. Por aquella razón, sólo tuvieron que caminar algunas pocas, mientras disfrutaban del hermoso paisaje lleno de gente de diferentes culturas, mientras que la ciudad empezaba a iluminarse con sus carteles color neón.

You warm me up ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora