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Luego de estar internado unos días en el hospital, Jimin por fin había sido dado de alta, lo cual significaba, que volvía a su triste día a día. Y eso, Yoongi lo tenía más que claro. Mientras se duchaba, el pelinegro pensaba: ¿Qué debía hacer? Había seriamente pensado si la solución era demandar a Park Min-Ho, sin embargo, él era un hombre con muchos contactos y dinero, ganaría el juicio sin duda. Pero también, las palabras de Taehyung seguían en su memoria: terminarle a Jimin era la única salida. No abstante, Yoongi era alguien que pensaba las cosas dos veces y además, tenía un as bajo la manga.

Ya decidido, salió de la ducha para así vestirse y salir de su casa. En el trayecto, pequeños flash back de su relación lo hicieron sonreír: aquel fin de semana cuando fueron a la playa y tuvieron que volver antes porque Jimin se fracturó una mano, también cuando para su cumpleaños, Jimin lo llevó a ver una orquesta o cuando fueron al cine y ambos se quedaron dormidos. Fueron los mejores dos (y medio) años de su vida.

De su chaqueta sacó una cajetilla de cigarros y su encendedor, pero una mueca de dibujo en su rostro al notar que se había fumado lo que le quedaba en la cajetilla en el hospital.

Rato después, ya estaba tocando el timbre de la casa de su novio. Cuando una de las empleadas le abrió, cortésmente se saludaron.

—Lo siento señor min, pero no estoy autorizada de dejarlo entrar.— dijo apenada.

—Está bien, Nora. Sólo necesito que llames al señor Park, dile que tengo que hablarle urgentemente.

        La empleada asintió, dejándolo pasar a la sala, mientras que ella iba a buscar a su patrón. Luego de unos minutos, el señor Park estaba frente a el, asesinándolo con la mirada.

—¿Qué es lo que quieres?— escupió ácidamente.

—Ver a Jimin...— dijo de la misma forma que el hombre frente a el.

—Tsk... Sal de mi ca...

El pelinegro lo interrumpió —Vengo a terminar nuestra relación.

Min-Ho sonrió victorioso —Tienes una hora, luego te quiero fuera de esta casa para siempre.

—Cuente con eso.

El señor Park se sentó en el gran sillon color crema que adornaba su gran y lujosa sala de estar, observando como Yoongi subía las escaleras hasta desaparecer tras la puerta de la habitación de Jimin.

Miró su reloj de muñeca, habían pasado 20 minutos y no había escuchado ni un solo llanto o grito, pero fue paciente y siguió esperando. Para pasar el rato, le pidió una taza de café a su empleada y se puso a leer un libro. Miró nuevamente su reloj, aún quedaban 10 minutos, así que buscó la línea en donde se había quedado. Pero segundos después, cerró su libro con una gran sonrisa ya que unos gritos se escucharon, sin embargo, eran poco entendibles.

        El hombre de cabello blanco bien peinado, por fin se puso de pie a penas la puerta de la habitación se abrió. Yoongi bajó apresuradamente las escaleras con los ojos llenos de lágrimas, mientras que Jimin lo seguía por detrás (como podía, a causa de las graves lesiones que aún tenía), también cubierto en lágrimas.

—¡Eres un imbecil!— gritó con todas sus fuerzas —¡¿Cómo puedes hacerme esto?!— empujó al pelinegro, pero este no se inmutó y siguió caminando hasta la puerta principal.

Cualquier padre se apenaría por su hijo al verlo así, tan demacrado, pero este no era el caso de Park Min-Ho. De hecho, se podría decir que hasta la disfrutaba.

—¡Ándate a la mierda Min Yoongi! ¡Te odio!— gritó, su voz desgarrándose.

        El menor cayó al suelo, abatido, viendo como Yoongi dejaba la casa con un portazo. Jimin siguió sollozando fuertemente en el suelo, por eso mismo, las empleadas corrieron a ayudarlo.

        —No...— dijo antes de que las empleadas pudiesen ayudarlo —Déjenlo ahí...

        Y con eso, Park Min-Ho abandonó la sala de estar, dejando a su propio hijo tirado en el suelo y con el corazón roto.



:)


        Taehyung no dejaba de ver a su profesor, el cual explicaba la nueva materia de ciencias frente a la clase. Le encantaba los viernes, no porque era día de fiestas y venía el fin de semana, los amaba por la simple razón de que Jungkook venía MUY bien vestido (según Taehyung). Este viernes, tenía puesta una playera negra algo ancha, unos lindos jeans negros DEMASIADO amoldados a sus piernas y sus típicas Timberland's. Cualquier persona que lo viese pensaría que está vestido como un adolescente común y corriente, pero Taehyung pensaba todo lo contrario.

        Sexy, lindo, guapo, genial, espectacular, perfecto, exquisito, eran las palabras que Taehyung escribía en su cuaderno, todas definiendo a Jungkook.

        —Taehyung.— llamó el pelinegro, riendo al ver lo distraído que era. Se acercó hasta él, parándose en frente, notando las palabras que escribía el castaño.

        —¿Qué?— preguntó nervioso, tapando lo que acababa de escribir.

        Rió —Olvídalo...— se giró hacia la clase
—Hagan los ejercicios 5,6 y 7, cualquier cosa que no entiendan, me llaman.

        La clase entera comenzó a hacer los ejercicios en silencio, y como Taehyung se sentaba solo en los asientos de atrás (ya que Yoongi no había venido a la escuela) aprovecho de escribirle un mensaje en un pequeño papel a su profesor.

        —Profe... No entiendo este ejercicio...

        El mayor se acercó hasta él, acuclillándose a su lado para poder explicarle mejor. Y sin que nadie lo notara, Taehyung metió el papelito en su mano. Y desde luego que Jungkook tuvo que explicarle el ejercicio, ya que no había escuchado nada durante la clase.

        Ya estando en su escritorio, el pelinegro abrió el papelito: ¿Qué harás hoy?
Jungkook le respondió: Tengo que corregir unos exámenes.

        Como pudieron, se intercambiaron el papelito las veces necesarias. Finalmente quedaron en que Taehyung lo acompañaría a corregir unos exámenes, y si alguien preguntaba, para no levantar sospechas, era una forma de castigo para Taehyung

        La sonrisa del castaño se ensanchó, esperaba su castigo con ansias.


Perdón lo corto, pero no podía escribir todo en un cap, prepárense para el que viene :D

You warm me up ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora