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Era miércoles por la mañana. Taehyung caminaba tranquilamente hacia la escuela, los primeros rastros de la primavera ya eran visibles en algunos de los árboles, la ventisca fría se transformaba en una bastante fresca y agradable, mientras que el cielo lucía su hermoso color azul y dejaba de lado las espesas nubes grises.

Lindo.

A parte de amar con toda su vida el invierno, no le desagradaba en lo absoluto la primavera. Ya que podía salir con total tranquilidad a dar un paseo y sacar mil fotos hermosas.

Miró su reloj de muñeca, todavía tenía tiempo para llegar a clases. Puede que la primavera lo hacía sentir más "feliz" o relajado, sin embargo, el problema con Jungkook era la excepción.

Aún podía sentir su aliento caliente sobre su piel, y la suavidad de sus labios contra su cuello. Fue muy intenso el día de ayer.

Sus cautivadores pensamientos fueron interrumpidos por el molesto sonido de su celular, el cuál permanecía dentro de su chaqueta.

—Buenos días, Sun Hee.— saludó a la muchacha detrás de la línea.

        —Buenos días, cariño. ¿Cómo estás?

        —Sobrevivo nada más. Ahora me dirijo a mi querida prisión.— rió sin ganas —¿A que se debe esta llamada?— preguntó curioso.

        —Oh, si. Dong Sung te necesita acá en media hora si es posible. Al parecer, colaboraremos con la marca "Charms", es bastante conocida acá en Corea.

        —¡¿Charms?!— preguntó, sin poder creerlo —¡Es mi marca favorita! Creo que el noventa porciento de mi ropa es de esa tienda.

          Sun Hee rió —Lo único que me comentaron fue que les gustó mucho tu mano para la fotografía, así que quieren negociar algunas cosas y eso. ¿Podrás venir?

        El castaño mordió su labio inferior. Eran importantes estas clases para los exámenes finales, pero también era importante la supuesta colaboración con Charms.

        —Llego en veinte minutos.

        Y colgó.

        Caminó un par de calles hasta llegar a la avenida principal, dónde tomó un taxi que lo dejó enfrente de su trabajo. Agradeció y pagó, para luego bajarse y subir hasta su piso.

        —Estoy aquí.— anunció, apoyándose contra el alto escritorio de la secretaria.

         —Así veo. ¿Quieres un café, cariño?— preguntó, ordenando una pila de papeles mientras se ponía de pie.

        —Si no es mucha molestia, te lo agradecería bastante.

        Minutos después, la mujer llegó un un vaso de carton con café. Y mientras hablaba con el castaño, se pasaron los minutos hasta que llegó la hora de la reunión.

        Su jefe entró con dos tipos bien vestidos y bastante serios. Fue llamado por su jefe, así que los siguió hasta la sala de conferencias, dónde Aaron los esperaba. Se estrecharon las manos entre todos y se sentaron.

You warm me up ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora