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—Y hablaré con él después de clases...— espetó con una sonrisa tímida.

        Eran los diez minutos de receso, por lo que Yoongi y Taehyung habían decidido quedarse dentro del salón para no tener que bajar los tres pisos. El castaño estaba terminando de contarle a Yoongi todo lo ocurrido dentro del armario de conserjería horas atrás.

        —Eres un caso, Taehyung...— negó divertido —Bueno, poniéndonos serios, te diré una cosa... Simplemente no puedes hacerle eso a Taeyong. Sin importar que el te haya puesto los cuernos, no por eso tu tienes que hacerlo con él también. Además, deja de engañarte a ti mismo. No lo amas, listo, no hay nada de malo en eso. Pero el problema, es que lo usaste para olvidarte de otra persona, y nadie, ni siquiera él merece ser tratado así.

        —Lo sé. Y me siento muy mal por eso.— puchereó.

        —El tema ahora es: cuando hables con Jungkook. ¿Qué harás?

        El castaño pasó sus manos por su rostro, realmente frustrado —No lo sé, primero tengo que escuchar lo que tiene que decirme.

        —Si, es verdad.— el mayor se acomodó en su lugar para quedar frente al castaño —Mira, Tae, lo único que te pido, es que cuando hables con Jungkook, escuches todo lo que te tiene que decir. Y luego, decides lo que harás.

Taehyung asintió lentamente, entendiendo lo que su mejor amigo quería decirle. Justo en ese momento, el timbre anunciando el término del receso, sonó. Sus compañeros empezaron a entrar al salón y a sentarse en sus lugares. Jungkook se puso de pie y siguió con su clase.

        Las dos horas de clases que siguieron no fueron tan aburridas, por el simple hecho de que se pasó toda la clase jugando con Yoongi.

        Cuando el timbre sonó por toda la escuela, tragó en seco. Sus manos empezaron a sudar y sintió como los nervios se estaban apoderando de él.

        —Cualquier cosa me llamas. ¿Está bien?— avisó el pelinegro ya de pie y con su mochila en el hombro.

        —Estoy nervioso, Yoongi hyung...— susurró.

        —Tranquilo, todo saldrá bien. Te lo prometo.— se acercó hasta el castaño y le dió un beso en la frente —Te quiero, buena suerte.— vió como abandonaba el lugar en cuestión de segundos.

        Terminó de copiar lo que estaba escrito en la pizarra mientras esperaba que el salón se vaciara. Al acabar, guardó todas sus cosas y se puso de pie, caminando hacia el azabache.

—Hola...— murmuró despacio, llamando la atención de su profesor, el cual sonrió al verlo.

—Hola...— estuvieron unos minutos en silencio, bastante incómodos —Yo... Realmente no sé que decir. Nunca pensé que querrías escucharme.

El castaño rió —Pues aquí estoy.

Adorable... Pensó el pelinegro.

Jungkook apagó su laptop, la cual estaba usando minutos atrás. Se puso de pie, acomodando su playera blanca mientras Taehyung se sentaba sobre su escritorio.

You warm me up ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora