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Yoongi yacía tirado en su cama, mirando hacia el techo. Hace unas horas habían terminado las clases, eso significaba que Jimin saldría en un rato de danza.

Sin pensarlo dos veces, se levantó de su cama, se arregló un poco y salió disparado de su casa. Caminó algunas cuadras hasta llegar a una florería, donde compró un clavel rojo, el más hermoso.

Siguió su recorrido un rato, hasta que por fin llegó a la escuela de danza de Jimin. Miró a ambos lados de la calle, verificando que no estuviese aquel auto. Luego miró su reloj, tenía media hora.

Se adentró en el lugar, pero no pudo dar muchos pasos cuando la recepcionista lo detuvo.

—¿A dónde crees que vas?— preguntó la señora de mediana edad.

El azabache se giró hacia ella con una sonrisa obviamente fingida —Lo siento mucho. Vengo a ver a mi novio, Park Jimin.

La mujer lo miró unos segundos antes de bajar su mirada a un tablero que tenía en el escritorio. Con ayuda de su dedo, bajó nombre por nombre, buscando la P.

—Park Jimin está en clases, no creo que sea un buen momento.

—Por favor, déjeme ir a verlo. Necesito hablar con el con urgencia, no demoraré. Además las clases están por terminar. Por favor...— insistió.

Tal como lo indicaba en su uniforme, Zamiria comenzó a escribir algunas cosas sobre un papel.

—¿Nombre?

—Min Yoongi.

Murmuró un "anda" y con eso el azabache volvió a caminar por los pasillos ya conocidos. Subió las escaleras y caminó un poco más por el pasillo hasta que quedó en frente de la puerta semi-transparente. La música se escuchaba bastante, por lo que sería inútil tocar la puerta.

Cuando entró, vió la enorme sala llena de tapetes. Al parecer practicaban una coreografía ya que estaban todos bailando lo mismo. Se apoyó en el marco de la puerta, divisando a Jimin detrás del bailarín principal. Su novio se movía con los ojos cerrados, sintiendo como la música se calaba entre sus huesos y lo hacían bailar con tanta naturalidad y belleza.

A penas terminó la canción, se sumó a la ola de aplausos, sintiéndose orgulloso por el trabajo de su chico. Este, se sentó en una de las bancas, que estaban a unos metros de la puerta, para tomar agua y para secarse con su toalla.

Yoongi aprovechó de que no había sido visto, y se adentró totalmente en la sala. Se acercó sigilosamente hacia el rubio, dejó sus cosas en el suelo y le tapó los ojos al menor, sorprendiéndolo, por supuesto.

—Joder, me asusté.— rió para si mismo
—¿Quién eres?— preguntó, sin escuchar alguna respuesta.

El azabache tomó una cinta que estaba sobre el banquito, y vendó rápidamente a Jimin. Se pasó del otro lado de la banca para quedar frente a Jimin, y así poder tomarle la mano para llevárselo a la terraza.

—¿Okey? Me gustan las sorpresas. ¡Chicos, vuelvo en un segundo!

Los compañeros de Jimin, al ver a Yoongi solamente asintieron y no dijeron nada. Tomó las cosas que anteriormente había dejado en el suelo para sacar al rubio de la sala. Lo guió con delicadeza hacia la puerta que daba a la terraza. Cuando entraron, Yoongi cerró la puerta detrás de ellos.

Finalmente posicionó al menor de espaldas al muro y se paró frente a él.

—¿Me vas a decir quién...~— no pudo terminar la frase, debido a la placentera sensación de unos labios posicionándose sobre su cuello —O-oye lo siento mucho p-pero tengo novio...

You warm me up ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora